lunes, 1 de febrero de 2010

LAS LECCIONES QUE NOS DEJA ENERO

Febrero amanece con un horizonte nuevo, sembrado de esperanzas ciudadanas.

El Bicentenario asoma ahora, engalanado de perspectivas inmejorables para el destino de la nación y la felicidad de su pueblo.

Será conveniente repasar las proyecciones que realizaran la Presidenta y algunos de los ministros de su gabinete para cuantificar y cualificar certeramente el año que tendremos.

Pero vale repasar el mes que dejamos definitivamente atrás.

Se lo mire por donde se lo mire, enero es una verdadera lección.

Si es desde la oposición, enseña sobre lo que no se debe hacer en política.

Si es desde el gobierno, se apreciará claramente que el gobierno aguantó con firmeza el timón de la nave ante la contraofensiva conservadora, sostuvo todos sus estandartes en alto y lo que quizás es el dato más relevante, construyó un escenario inmejorable para profundizar el modelo de desarrollo inclusivo apelando, de aquí en más, a todos los argumentos, recursos y reservas que la Constitución, la democracia y el ahorro de los argentinos le demanden.

Que nadie se confunda: cada deuda pendiente en lo social, no será una excusa para poner el freno, sino un nuevo motivo para apretar el acelerador del modelo de inclusión en marcha.

La contraofensiva opositora de enero, culminó en el peor de los fracasos.

Se quedaron sin Redrado, sin poder anular los decretos presidenciales, sin arrancar de prepo el llamado a sesiones extraordinarias en el Congreso, sin talar de cuajo el modelo de desarrollo inclusivo como se alentó desde el monopolio mediático, sin voltear la legalidad y la legitimidad del Fondo del Bicentenario y encima, con un Cobos malherido políticamente y con la iniciativa política gubernamental aguantando a pie firme cada embate.

Todo mal para la oposición.

Otro gallo hubiese cantado en la Argentina si Redrado seguía amotinado a gusto y placer; si Cobos mantenía esa imagen impoluta de un De la Rúa mejorado; si el gobierno hubiese tenido que retroceder en todas las líneas, principalmente desarmando el Fondo del Bicentenario; si el Congreso opositor finalmente se hubiese autoconvocado en torno a la defensa de las adoradas reservas del Central; si Duhalde recibía elogios en lugar de los repudios generalizados que concitó su adhesión a los genocidas.

Esto sólo para mencionar algunos de los objetivos frustrados de la oposición.

El enero que se fue marcó un grave traspié de la oposición conservadora.

Es necesario ver la realidad desde una vista panorámica para entender lo que pasó en toda su amplitud.

Recordemos que la Presidenta terminó el 2009 a toda orquesta, con anuncios tras anuncios de medidas que favorecen a la producción y al empleo en el marco de un 2010 que se venía al galope, augurando un mayor crecimiento de nuestra economía.

En este marco, el Fondo del Bicentenario constituyó un nuevo hito en la hoja de ruta del modelo nacional.

La oposición comandada por Clarín puso el grito en el cielo cuando advirtió las primeras consecuencias altamente positivas que generó el anuncio de Cristina. El momento elegido para contragolpear era el que ocuparía la Presidenta en su viaje a China. Pusieron toda la carne en el asador en la jugada. Los diputados opositores reaparecieron con el bronceador en la mano prestos al asalto final, vía parlamentaria. Los titulares de Clarín y La Nación derramaban babas de odio y placer por adelantado. Gastaron todos los cartuchos en un solo mes. Y fracasaron nuevamente.

La audacia presidencial de suspender el viaje a China, trastocó todos sus planes.

La mejor forma de comprobarlo es simplemente leyendo las burdas mentiras de sus editoriales políticas y lo que es más saludable, apreciando las buenas nuevas que anuncian que ya sin Redrado, se viene un 2010 con un crecimiento que tendrá el mismo éxito que el que tuvo el turismo nacional, superando todos los récord históricos en la materia.

Felizmente para los argentinos que trabajan y producen, la nave va.

Pese a los buitres de afuera y de adentro, como dice Cristina.



Jorge Giles. El Argentino. 1 de febrero de 2010.
http://www.elargentino.com/nota-75831-Las-lecciones-que-nos-deja-enero.html

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