viernes, 26 de febrero de 2010

DE LA UTOPÍA DEL CAMBIO AL GENOCIDA VIDELA


La semana fue pródiga en sucesos políticos que incidirán fuertemente en el porvenir.

Alguna vez sugerimos observar, atenta y articuladamente, cómo los contendientes de distinto signo van acentuando sus rasgos más peculiares a medida que la encrucijada histórica les demanda mayor nitidez y visibilidad en los posicionamientos de sus respectivos proyectos.

A veces es posible moldear la historia, pero otras es la historia la que tira la plomada para alinear las cargas. Cuando ello sucede, de poco o nada valen las voluntades de escapar por la tangente.

Podemos lamentarnos que la historia sea así de inapelable, pero no hubo un tercero entre “Braden o Perón”.

O se está con el modelo nacional y popular gobernante, que inexorablemente irá marchando hacia su profundización o se participa del contramodelo de exclusión que sustenta la derecha del ajuste y el corralito.

El proceso político ha entrado en una etapa que podríamos definir como de afirmación transformadora.

Avanza por los carriles que le pertenecen por derecho propio, basado en la voluntad popular que le dio origen y, ante las barricadas opositoras, sea en el Parlamento, en la justicia o en los grandes medios de comunicación, procura avanzar por los bordes permitidos, cuidando de no pisar ninguna banquina desestabilizadora.

Sabe, por experiencia histórica, que los argumentos falaces de la “ingobernabilidad” están escritos desde hace mucho tiempo. Difícilmente encuentren lugar para su ensayo siquiera, ante una economía sólida y en constante crecimiento y un proyecto político que conserva intacta su creatividad e iniciativa, su mística militante y su capacidad movilizadora.

Al despliegue en abanico del modelo, con la presencia en la Cumbre de México logrando un respaldo unánime a la soberanía sobre Malvinas, inédito en la historia, habrá que sumarle el exitoso encuentro con el mundo empresario, la reaparición de Néstor Kirchner en el escenario mayor de la política, la legítima maniobra del bloque oficial en Senado y el rescate de la utopía como palanca de cambios de la historia, expresada por la Presidenta en Magdalena.

¿Cómo responden los opositores?

Elisa Carrió propuso la ausencia generalizada de la oposición en el acto magno de Apertura de las Sesiones del Congreso Nacional para intentar subir de prepo hasta el podio presidencial. No podrá ni aunque la suban a upa de un elefante rosado.

Pero en la desesperación que acontece después de un gran papelón, como el que sufrieron los opositores en el Senado, Carrió tuvo que apelar a un grotesco institucional, a un mamarracho propio de una republiqueta bananera para desviar la atención mediática. Cree que el gobierno disputa las pantallas de televisión, cuando es la democracia la que disputa el poder o para el pueblo o para los monopolios.

Demuestran por ellos mismos, que en lugar de un gorro frigio, en verdad cubren sus testas con el gorro de aquellos pitufos tan exitosos décadas atrás.

Eduardo Duhalde, también en la desesperación, rompió el contrato manzanero que había firmado con los radicales representados por Rodolfo Terragno al tildar de mojigatos a quienes un día antes catalogó como patriotas.

Recordemos que, oh casualidad, Clarín publicó días atrás un extenso artículo firmado por ambos ex dirigentes en el que reivindican elogiosamente los Pactos de la Moncloa en España, la “ley del olvido” y “el plan de ajuste económico” que “abrieron, en 1977, las puertas a la reconciliación política y el crecimiento económico”

Estremeciendo a la memoria colectiva, ahora Duhalde se despacha afirmando que “tenemos que parir en el 2011 un gobierno de todos, en el que nos respetemos todos. Al que quiere a Videla y al que no lo quiere. A todos.”

Ya nadie puede confundirse.

A medida que transcurra el tiempo y el modelo de desarrollo inclusivo profundice sus caminos, se hará más visible esta disyuntiva entre quienes abrazan la utopía del cambio y quienes ya prometen un nuevo indulto para los genocidas.


Jorge Giles. El Argentino. 26 de febrero de 2010
http://www.elargentino.com/nota-79594-De-la-utopia-del-cambio-al-genocida-Videla.html

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