viernes, 31 de mayo de 2013

Al que le quepa el sayo que se lo ponga




Sucedió en Lomas de Zamora.
Recibían la visita de la Presidenta y era la ocasión de escucharla y de escucharse entre todos los que allí estaban.
Y entre los que miraban el acto por TV.    
El Intendente Martín Insaurralde estremeció con su historia de vida. Haber peleado con una enfermedad que parecía terminal, se parece a la pelea que afronta día a día junto a los vecinos para transformar, con inclusión y justicia, ese lugar del conurbano. 
Y habló de una revolución hecha de amor y de obra pública, de amor y viviendas, de amor y caminos, de amor y mejor calidad de vida.
La revolución es una fiesta cuando se la vive de este modo.
La Presidenta inauguró el Sistema de Seguridad Integral y se comunicó a distancia con Entre Ríos, Quilmes y el Camino de la Ribera.
Si estas actividades presidenciales y territoriales se mostraran con pantalla partida, mirando a Europa y a la oposición, apreciaríamos mejor el país que vivimos.
De un lado, la Argentina con el empleo formal en la construcción subiendo el 2,1 % en marzo con relación al mes anterior, con un total de puestos registrados de 394.852 personas y con la generación de más empleo privado durante el primer trimestre. 
Del otro, la vieja Europa aumentando el desempleo a 3 millones de personas en Francia, cerrando hospitales, escuelas y ramales ferroviarios en España, incendiando la periferia de Suecia y los profetas de la desesperanza repitiendo aquí como loros todo lo que dicen los medios corporativos.  
Volvamos a Lomas.    
De pronto fue como si un aguacero cayera del discurso presidencial.
Fue cuando Cristina exclamó: “Me llama la atención que haya dirigentes intocables a los que los grandes medios corporativos no los tocan, tal vez porque tengan intereses también”.  
Y siguió: “Soy  argentina y siempre voy a defender a la gente, pese a que cuando dicen cosas de mí y de mi compañero algunos dirigentes miran para otro lado”.
El Gobernador Scioli la miraba distante. El Intendente Insaurralde, en cambio, aplaudía emocionado.
“Siempre es más cómodo decir palabras de ocasión, quedar bien con todos y tener un millón de amigos. Gobernar para el pueblo no es fácil. Después vienen las peores difamaciones, ataques y mentiras” subrayó Cristina por si alguien no entendía. 
Después de criticar la inacción de aquellos dirigentes que frente a las angustias de la gente sólo buscan quedar bien con todos, Cristina afirmó: “Nosotros no nos pasamos hablando del acuerdo y del consenso, nosotros construimos el consenso”.
O sea. La revolución dijo sus verdades y un pueblo la abrazó efusivamente.     
Más de un dirigente habrá puesto sus barbas en remojo.
Y al que le quepa el sayo, que se lo ponga.

El Argentino, viernes 31 de mayo de 2013

jueves, 30 de mayo de 2013

El país real de Agustín y Mara



Pasan cosas lindas en el país real de los argentinos.
Pasa la vida en bicicleta y monopatín, haciendo piruetas que arrancan risas y aplausos y encienden estrellas en un cielo de memorias colectivas.
Memorias del país que somos y el país que fuimos y no queremos ser. Nunca más.
Pasan cosas lindas como las de ayer.
Ese niño que se encontró con la Presidenta, es Agustín, el que reclamaba al padre que la quería ver en la vida real y no en la tele.
Ese pibe es una metáfora de la Argentina de hoy.
Va a Plaza de Mayo con la familia y quiere ver a Cristina, pero sin el filtro editado de la televisión, que es una imagen de la vida. Distorsionada, sincera o mentirosa, pero una imagen al fin. Y Agustín traspasa ese espacio con su terquedad de 4 años, pone en tela de juicio a la pantalla chica y logra tocar la realidad y se abraza a Cristina y sonríe como si hiciera un gol de media cancha en el patio de la escuela o en la placita del barrio.  
Y esa niña que ríe satisfecha junto a la Presidenta se llama Mara y es la que dibuja en su casa y en el Cole, con un  trazo largo y fino sobre una hoja, figuras grises y coloridas y que luego las vende para juntar monedas que ayuden a Cristina a comprar más computadoras para todos los chicos del país real.
Mara es hija de un hijo de desaparecidos. O sea. Mara es nieta de abuelos desaparecidos y en cada dibujo los recuerda y los nombra y les devuelve la vida y la libertad en garabatos como ese que, amorosamente, fue de la mano de Carlos Zannini, en la ex ESMA, hasta las manos temblorosas de emoción de la Presidenta.    
Pasan cosas lindas y casi mágicas en esta Argentina de hoy. 
Cuando Cristina dijo en este último 25 de Mayo que no era parte de un modelo económico sino de un proyecto de país y que la Patria es el otro y había que organizarse para ser felices definitivamente, quizás la vida quiso que Mara y Agustín la representen y en ellos dos se exprese la multitud de pueblo que aquel día manifestó su amor y su alegría por lo que construyó en esta década ganada.
Pasan cosas lindas en el tiempo real que vivimos.
En la romántica Venecia los gondoleros que navegan por sus calles de agua, cantan desde ayer la más bella canción cuando pasan frente a esa Evita que nos representa en la Bienal de Arte.
Cristina la presentó ayer como una metáfora del país real cuando dijo: 
“Con su balance definitivo de haber ingresado en la historia, aparece y desaparece en la historia y una y mil veces vuelve. Por eso Eva es la Argentina. Espero que esta vuelta del pueblo en esta década sea la vuelta definitiva y que nadie pueda ultrajarlo, humillarlo y desaparecerlo”.
Si así fuera, ni Agustín ni Mara nos perdonarían.

El Argentino, jueves 30 de mayo de 2013

    



miércoles, 29 de mayo de 2013

Mil novecientos setenta y seis



El diario La Nación, fundado en 1870 por Bartolomé Mitre, actuó siempre en cumplimiento de un deber original: ser el guardaespaldas de la vieja oligarquía terrateniente.
Celebremos, porque ahora derrama ríos de tintas combatiendo a sus enemigos en plena democracia, pero supo festejar los ríos de sangre derramados en nombre de la “civilización” contra la “barbarie”.
Que lo cuente sino el pueblo paraguayo y el genocidio que sufrió con la Guerra de la Triple Alianza al mando de Mitre.
Que lo cuente el Chacho Peñaloza y las montoneras gauchas, pasados a degüello por los coroneles de Mitre por defender la patria federal de sus desvelos.
Que lo digan los centenares de niños, hombres y mujeres bombardeados en 1955 en Plaza de Mayo.  
Que lo digan los desaparecidos y asesinados por la dictadura cívico militar desde el 24 de marzo de 1976.
Todas las tragedias que padeció nuestro pueblo, fueron bendecidas por el diario La Nación.
Y sino que lo diga su actual director, el último de los Mitre, cuando ofendió a la Presidenta, a la democracia y a los argentinos en un reportaje de la revista brasileña Veja el pasado año, diciendo entre otras infamias: “Esencialmente, vivimos en una dictadura de los votos. Es la peor de todas…Es un panorama sombrío. Nunca habíamos pasado por algo parecido”. Y agregó: Argentina no es más un país culto…Es un país con una elite que piensa de una manera y una clase baja que no se informa, no escucha, no toma conciencia y sigue a la presidente. Cuanto menos cultura, más votos Cristina consigue”.
Es el mismo diario que saludó a la dictadura de Videla, Massera, Agosti y que en su portada del 8 de agosto de 1976, cuando aquí se masacraba, se torturaba y se desaparecía a miles de personas, La Nación titulaba: “Una imagen falsa de la Argentina. En Europa se desarrolla una campaña que deteriora el prestigio de nuestro país” firmado por Luis María Bello, corresponsal del diario en París.
Ese artículo comienza así: “La Argentina tiene mala prensa en Europa. Entonces, nada es más urgente que una remodelación que la imagen ofrecida en el extranjero. Se está pagando una pesada hipoteca: tres años de gobierno peronista han sido tres años de descrédito acumulativo”.
A los Mitre les dolía el peronismo, no el gobierno de Isabel. 
Los argentinos aprendimos, pese al diario La Nación, que el peor de los gobiernos democráticos siempre será mejor que cualquier dictadura. 
Ese mitrismo cargado de odio y resentimiento es el que hoy vuelve a la carga con la banalización del Holocausto y comparando nuestra democracia con el régimen nazi.
El pasado los condena.
Que lo sepan de una vez: al país violento del mitrismo no volvemos nunca más.

El Argentino, miércoles 29 de mayo de 2013






martes, 28 de mayo de 2013

El nacimiento de la Segunda Década





Mal que les pese a algunos, la Segunda Década ya comenzó.
No se puede detener el tiempo, ni el calendario, ni el reloj, ni la historia cuando hay un proyecto de país en danza y voluntad para bailarlo; desde el pie, hasta las alturas. Y viceversa.
Y vaya qué manera de iniciar el nuevo tramo.
El Gobierno trabajando y gestionando, como dijo ayer el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina y la oposición desparramada y desorientada sobre la mesa de arena de Magnetto y compañía.
Las voces de la histórica Plaza en este 25 de Mayo aun baten sus alas en el aire, cual si fuesen pájaros bullangueros.
Nadie se quiere ir de esa memoria ardiente.
Nadie quiere dejar de contar lo que vivió ese día.
Nadie quiere dejar de convertirse en historiador o analista político de esa multitud que vibró plena y esperanzadamente con la palabra de Cristina.
Ese discurso presidencial clausuró conceptualmente la Década ganada 2003-2013 y le dio la bienvenida a esta Segunda Década que empezamos a transitar.
Fue como darle la bienvenida al futuro.
Algunos tramos de esa guía presidencial para no perdernos, fueron:
1. “Es necesario empoderar al pueblo, a la sociedad de estas reformas y de estas conquistas para que ya nunca nadie más pueda arrebatárselas, y sé de qué estoy hablando”.
2. “El cambio de un gobierno por otro, ¿es fin de ciclo o en realidad a lo que se están refiriendo es a que cuando yo me vaya se va a acabar todo lo que hemos conquistado en esta década ganada? Me parece que se refieren a eso”.
3. “Yo digo que los precios no los ponen los trabajadores ni el gobierno. Yo digo que los precios los fijan los empresarios y los grandes monopolios”.
4. “Si no se organizan, si no participan, si no cuidan ustedes mismos lo que es de ustedes, van a venir otra vez por todos ustedes como lo han hecho a lo largo de toda la historia”.
5. “Tenemos los argentinos el deber de no depender de una persona; tenemos el deber, pero sobre todo la necesidad, de empoderarnos nosotros mismos de esas conquistas y de esos derechos y de organizarnos para defenderlas. Con eso sueño”.
6. “Tenemos que cerrar ese río con memoria, con verdad, con justicia, con trabajo y con convicciones de que tenemos que unirnos porque la patria es el otro, sea quién sea”.
Y Cristina finalizó así su mensaje al pueblo:
7. “Amigos, amigas, compañeros y compañeras, argentinos y argentinas: ¡siempre por la patria, por el futuro, por nuestros hijos y nuestros nietos! ¡Adelante!”
Habría que ensamblar este Apunte con el discurso entero.
Pero vayan estas siete notas sobre un pentagrama para recordar aquel proverbio que dice:
“Cuando soplan vientos de cambio, algunos levantan muros y otros construyen molinos.”

El Argentino, martes 28 de mayo de 2013

lunes, 27 de mayo de 2013

La Plaza del futuro y de los sueños



Esta vez la Plaza fue distinta a otras Plazas de Mayo.
En su cuerpo voluminoso se advertía fácilmente la gravidez de futuro de ese pueblo que colmó las calles y las avenidas, las otras plazas  cercanas, los subtes y los colectivos, los trenes del suburbano, las largas columnas que danzaban sin descanso hasta encontrar su lugar. Y una vez allí, seguían danzando, cantando y vivando a esa mujer que resume en esta etapa de la historia, todos los sueños que habitan en los barrios.
Esta vez la Plaza fue distinta a otras Plazas de Mayo.
Vinieron de todas partes. Casi un millón de argentinos y argentinas se adueñaron de la fiesta. El escenario con sus cantores y bailarines eran el complemento de lo que se vivía allí abajo. Nadie se estaba quieto. Todos se movían de un lado al otro. Como queriendo encontrarse con algún vecino o compañero que seguro andaría por ahí.
Esta vez la Plaza fue distinta a otras Plazas de Mayo.
En un mismo espacio de amor, compartían los organizados y los no organizados, las clases medias y los laburantes, los veteranos y los adolescentes, las madres con sus hijos, las murgas con sus tamboriles y los zancudos con sus figuras. Esos dos mascarones de proa gigantescos con las caras de Perón y Néstor, provocaban el aplauso y la emoción a su paso entre la multitud. Vimos a más de uno acercarse y saludarlos como si fueran ellos de veras.
Quizá tenían razón.
Esta vez la Plaza fue distinta a otras Plazas de Mayo.
Los sindicatos más poderosos marchaban con sus cascos y uniformes de trabajo. Algunos médicos y maestros con sus guardapolvos. Los militantes de Unidos y Organizados eran un solo cuerpo empujando la historia. La columna nutrida de La Cámpora se llevó todas las miradas y aplausos por su alegría desbordante, por  su ingenio en las letras, por sus pibes cada vez más pibes, como los secundarios de 14 o 15  años engrosando la marcha. Y porque son los más demonizados por el Grupo Clarín y sus alcahuetes. Una señora que miraba le decía a su marido: “Hay que ser jodido para difamar a estos pibes”.
Dimos media vuelta y seguimos viaje  para no largarnos a llorar de emoción con ellos.
Esta vez la Plaza fue distinta a otras Plazas de Mayo.
Fue la más numerosa y más organizada y más feliz y más pacífica que se recuerde desde el Bicentenario. Pero con un componente que la hace paridora de la historia: fue una Plaza que acunó a su jefa, a su líder, a su compañera, a su Presidenta, a Cristina, o llámela como quiera.
Por eso fue una plaza que parió futuro por sus cuatro costados. Y lo hizo con amor y sin rencores. El proyecto de país echó raíces. 
Y cuando eso ocurre, está naciendo otra historia.
Quien quiera que oiga.

El Argentino, lunes 27 de mayo de 2013

domingo, 26 de mayo de 2013

Óleo de mujer con pueblo



Y la Plaza de Mayo habló. Y cantó. Y lloró. Y bailó. Como en las grandes ocasiones de la historia argentina.
La Plaza fue, como en 1810, la Plaza de la Victoria. Sólo que esta vez tuvo una doble trascendencia: el que se movilizó es un pueblo unido, solidario y organizado que celebró   sus primeros diez años de gobierno nacional y popular y va por más.
Además, es un pueblo que para festejar como lo hizo, tuvo que superar el asco que provocan estos días de golpismo mediático.
Son señales más que claras para afirmar que el proceso político argentino finalmente decantó.    
No fue nada fácil. Tuvieron que pasar diez años para que la derecha se muestre tal como es y para que el campo popular reconstruya su andamiaje político, territorial y cultural con un solo liderazgo, el de Cristina Fernández de Kirchner.
Basta recordar el país de antaño con sus grises, claros y oscuros, con sus campos minados, con su hojarasca inútil, con su voz de mando en la trastienda, con esa cantinela admonitoria de “si lo dice Clarín”, para darse cuenta que ahora son millones los compatriotas que saben por dónde pasa la vida y el futuro y por dónde el pasado más sombrío.
Suena raro quizá, pero la política se ha ordenado.
De un lado, Clarín y los sabuesos de la nada.
Del otro, el proyecto nacional, popular y democrático.
Estamos pronto a llegar a una nueva línea de largada.
Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias en agosto y, a renglón seguido, las elecciones generales para legisladores en octubre.
En los próximos cinco meses se definen muchas cosas para bien o para mal de todos. O de muchos. O de algunos.
Y entramos ya en tiempo de descuento.
El modelo kirchnerista, dicho así para abreviar, ha cumplido diez años en el gobierno. Y ha ganado cuotas importantes de poder. La vieja disquisición entre gobierno y poder tendrá seguramente validez teórica y práctica, pero la cualidad de este tramo de la historia está expresada en que primero Néstor Kirchner y después Cristina, no se conformaron con tan sólo gestionar y administrar un mandato de gobierno, sino con recuperar porciones de poder y hegemonía para el pueblo, como las supo tener en el primer peronismo.
No andemos con más vueltas. Cuando se recuperó YPF, Aerolíneas, el ahorro nacional incautado por las ex AFJP, cuando se le dijo no al ALCA y al FMI, cuando se empoderó a los sectores más humildes con derechos nuevos y derechos reparados, en verdad se estaban construyendo espacios de poder para la sociedad, disputándoselos a los que en nombre del “mercado” se habían quedado con el pan y con la torta desde la dictadura cívico militar y de ahí en más.
Magnetto nunca hubiese querido estar en el lugar donde hoy está parado. Operaba mejor cuando hablaba en nombre de “la gente”, cuando no se sabía mucho del origen espurio de Papel Prensa, cuando eran otros los que lo representaban en el escenario, cuando Clarín era la biblia y TN la potente luz que iluminaba el alma colectiva de los argentinos.
Y sin embargo, ay, mira lo que quedó, como reza el tango.
Cuando el poder exponía a través de Bernardo Neustadt, recién salidos de la dictadura, un abanico de estrellas rutilantes en el campo de la joven democracia se anotaba para sacarla a bailar a Doña Rosa. Y Neustadt sonreía mientras organizaba el juego de la silla como mejor le placía a “las empresas a las que les interesaba el país”.   
El Grupo Clarín tomó y amplificó esa tradición de la derecha mediática. Tenía fierros más que poderosos cuando se consolidó como monopolio. Pero vinieron los Kirchner y le desbarataron el juego.
Aquel “¿Qué te pasa Clarín, estás nervioso?” es a Magnetto lo que a los genocidas de la derecha blindada fue que bajaran sus cuadros.  
Estamos intentando evitar la tentación de recurrir a cifras y estadísticas que demuestran científicamente que esta es una década ganada en todos los terrenos, para conceptualizar en cambio, el salto cualitativo y cuantitativo que los argentinos dimos en estos años.
Dijimos que la derecha quedó desnuda sobre el escenario. La represión al Hospital Borda es una ecografía personal de Macri, así como la invitación al indulto de los genocidas es la calvicie real de José Manuel De la Sota. Ellos son eso. Ellos son el endeudamiento y el regreso a la dependencia del FMI que reclaman los opositores en cumplimiento del mandato del poder económico concentrado.
Quedaron todos atrapados en la misma logia.  
Hermes Binner, el que hubiese votado por Capriles en Venezuela, es apenas la raya engominada y perfumada de esa opción de derecha. De los radicales no queda ni el aliento, salvando la honradez de los pocos discípulos que le quedan a Irigoyen, a Lebensohn, a Illia, a Alfonsín el padre, a Karakachoff.   
Otros opositores pasaron de la hora de los hornos a estar en el horno con Carrió.
Sólitos se la buscaron.
Con este patético cuadro de situación opositora, el proyecto de país que lidera Cristina se encuentra cara a cara con los verdaderos enemigos de los intereses nacionales y populares. Son los que empujan para que el kirchnerismo agote su cantera electoral y se sienta obligado a retroceder en el ring de la batalla por la historia grande de este pueblo que somos.
Es lindo decir que se batalla y se milita no en contra de nadie sino a favor de todos.
Pero no.
Contra los que suben los precios y asustan con sus campañas infundadas de cada domingo con Lanata, se batalla.
Contra los que quieren que el país se vuelva a hincar de rodillas ante los poderosos de afuera y de adentro, se batalla.
Democráticamente y en paz, pero se batalla.
Esta Plaza de Mayo de ayer es un nuevo punto de inflexión.
Allí comienza el camino hacia la segunda década, a punto caramelo de ser ganada como la primera.
Si esos adversarios no dudaron en meterse hasta con los caniches de Cristina, como dijo Oscar Parrilli hace unos días, sabrán ahora que esa mujer, la Compañera, la Presidenta, tiene a  su lado un pueblo movilizado que tampoco duda a la hora de disputar y defender  la hegemonía política y cultural que alguna vez le robaron.

Miradas al Sur, domingo 26 de mayo de 2013



viernes, 24 de mayo de 2013

El pueblo ya sabe de qué se trata



Ahora sí lo sabemos.
Como dijo Cristina: tenemos patria y esa patria es el otro.
Ahora sí lo sabemos.
Todos los gobiernos que precedieron a Néstor  Kirchner se parecían a la Junta impuesta  el 24 de Mayo de 1810. Declamaban el cambio, pero el que gobernaba era un virrey.  
Ahora sí lo sabemos.
Cuando Manuel Belgrano se enteró ese día 24 de la trampa y que el virrey Cisneros seguía gobernando, se vistió con el uniforme de Mayor del Regimiento de Patricios y,  cuenta Tomas Guido en sus memorias, “Belgrano escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi postrado por largas vigilias observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido por el fuego de sangre generosa entró al comedor de la casa del señor Rodríguez Peña y lanzando una mirada en derredor de sí, y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada dijo: ¡Juro a la patria y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey no hubiese renunciado, a fe de caballero, yo le derribaré con mis armas!”.
Ahora sí lo sabemos.
Por la noche, Castelli y Saavedra se apersonaron ante Cisneros pidiéndole la renuncia. Se disolvió la Junta y se convocó nuevamente al Cabildo para el día siguiente.
Ahora si lo sabemos.
Mañana, 25 de Mayo, los argentinos celebramos aquella Revolución de 1810.  
Primero fuimos libres, 6 años después independientes. 
Ahora sí lo sabemos.
Esa Revolución es la que cimienta y nutre el proyecto de país inaugurado el 25 de Mayo de 2003 por Kirchner y continuado luego por Cristina.
Ahora sí lo sabemos.
Esa Revolución cumple 10 años continuos por primera vez en estos 203 años de historia. Por eso la Plaza de Mayo, como en 1810, es la Plaza de la Victoria.
Ya no están las milicias de French y Beruti. Ni están los próceres de Mayo. Ni  está ese pueblo que exigía “queremos saber de qué se trata” reclamando el nombramiento de una Junta patria.
Pero estará la misma patria que ha crecido y se ha fortalecido en estos 10 últimos años.
Estará Kirchner más presente que nunca, diciéndole No al ALCA y al FMI y recuperando la política y dejando su vida en la tarea, pero no sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada.
Estará Cristina y la década ganada con YPF y Aerolíneas Argentinas recuperadas. Con la Asignación Universal por Hijo. Con un salario más justo y una jubilación más digna.
Ahora sí lo sabemos.
No hay que dejar de cantar en la Plaza del pueblo nunca más.
Hay que participar y hay que mirar para cuidar lo que conquistamos.
Por todo esto, la Plaza de Mayo mañana será una fiesta.
Y  un compromiso de vida con la patria.  
O sea, con el otro y con nosotros mismos.

El Argentino, viernes 24 de mayo de 2013

jueves, 23 de mayo de 2013

Para nacer he nacido en la Argentina



Para nacer he nacido, dijo Pablo Neruda.
Y Cristina ayer, desde la Casa Rosada, quizás completó la bella frase del poeta.  
Es que millones de familias argentinas hoy estrenan nuevas sonrisas; aumentos en la Asignación Universal por Hijo y Asignaciones Familiares mediante.
Con la convocatoria a una amplia movilización popular y permanente para cuidar los precios y defender el valor de los salarios conquistados, la Presidenta convocó al pueblo  a defender la década ganada.
Por eso mismo, el lanzamiento de la campaña “Mirar para cuidar” es la mejor noticia en esta Semana de Mayo.
Pero hay más: el informe global de Save the Children señaló a la Argentina como el mejor país de Sudamérica para nacer y dar a luz.
El citado informe subraya que los países menos afectados por la mortalidad materno-infantil son aquellos en los que se cuenta con la mejor nutrición, el mejor nivel de saneamiento y mayor acceso a la asistencia médica.  
Y Argentina cumple con ese rango internacional.
Estas noticias justifican y estimulan por sí solas la voluntad de llenar Plaza de Mayo el próximo sábado 25 de Mayo.
Hay más, no se vaya todavía.  
Las Naciones Unidas prevén una disminución del desempleo en América Latina en 2013 y un crecimiento económico en toda la región del 3,5 %.
Según la ONU son 16 millones los latinoamericanos  rescatados del hambre adonde los había arrojado el neoliberalismo dominante en los años noventa.
La ONU difundió el último Mapa de la desnutrición a nivel mundial: la Argentina se encuentra entre los países con las tasas más bajas de malnutrición, integrando el mismo lote junto a Cuba, Venezuela, Chile, Estados Unidos, Uruguay y México.   
“El crecimiento económico es necesario, pero no es suficiente para acelerar la reducción del hambre y la malnutrición. Debería traducirse en financiamiento en la educación, el desarrollo de programas públicos de nutrición y salud”, dice la ONU.
Por esto mismo, la meta de Hambre Cero en la Argentina está muy próxima.
¿Se entiende ahora porqué llegan actualmente a la Argentina diariamente miles de ciudadanos españoles, italianos y de otros países europeos en busca de trabajo y mejor horizonte?
En el desarrollo humano alcanzado en la región está la respuesta. Es la que explica la vuelta a casa de los miles de sudamericanos que habían emigrado.  
Contra este desarrollo apunta Lanata y el monopolio Clarín con sus operaciones. Y apunta el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, proponiendo reducir las penas a los genocidas de la dictadura. Y apunta Mauricio Macri y su maridaje con Magnetto.   
No importa.
El sábado 25 celebraremos orgullosamente esta Patria que reconstruimos entre todos y todas.

El Argentino, jueves 23 de mayo de 2013





miércoles, 22 de mayo de 2013

Cuando la patria es un Cabildo Abierto



La patria es un lindo revoltijo en estos días de Mayo.
Como hace 203 años, el sábado 25 un pueblo entero dará el presente en la Plaza de Mayo.
En la previa, la Justicia dictó una medida cautelar que frena el DNU de Mauricio Macri, dando lugar así a la presentación de los legisladores Gabriela Cerruti, Delia Bisutti y Edgardo Form.  
La derecha abusó tanto de las cautelares que terminó probando su propio remedio.
Quizás el juez haya dictado el fallo que frenó el decreto de necesidad y urgencia de Macri, después de preguntarse:
¿A quién se le ocurre legislar desde el Poder Ejecutivo desconociendo al Poder Legislativo? ¿O acaso se consideran una dictadura? ¿A quién se le ocurre indultar el pago de impuestos y cobro de deudas a los medios de comunicación por poderosos que sean?
Macri, alpiste. Perdiste.
Es que las cuestiones políticas, por disímiles y antagónicas que fueren, se procesan en el ejercicio de la política. Pero las cuestiones judiciales se resuelven en la justicia.
Como en este caso.
Porque el asalto a la Constitución Nacional, vía DNU de Macri, es un asalto y punto. No hay que debatirlo concediéndole graciosamente la categoría de “proyecto político institucional”.
El juez y los legisladores han garantizado así la normalidad democrática.
Los negocios privados de Macri, De la Sota y Magnetto se deben tratar en otra parte. Ellos sabrán dónde.
Empezamos bien la Semana de Mayo. Repasemos la historia.
El 22 de Mayo de 1810 una parte importante del pueblo de Buenos Aires se daba cita en la Plaza de la Victoria, hoy Plaza de Mayo.
Desde la Plaza, French y Berutti hacían el aguante.  
Adentro del recinto del Cabildo, Juan José Castelli iniciaba sus dotes de orador de la Revolución.
Belgrano, Moreno y Saavedra iban y venían por los pasillos consultándose qué hacer.
Sabían que el virrey Cisneros debía irse a su casa para que el pueblo nombrara a su propia Junta de Gobierno.
Pero Cisneros y los colonizados que lo sostenían, no largaban el hueso.
Desde ese día, los argentinos empezamos a ser libres, ladrillo por ladrillo.  
Como ayer en La Plata, con una Presidenta que se abrazó a su ciudad natal con las manos tendidas del Estado llevando solidaridad a los afectados por el temporal de abril.
En ese Cabildo Abierto estaban el Hospital Español, los estudiantes con su netbooks, la planta de reciclaje en Salto, las viviendas en Salta y Zárate y la Biblioteca del Colegio Nacional que orgullosamente se llamará “Madres de Plaza de Mayo”.
Hoy se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica.
Un buen motivo para reafirmar que en esta patria tan generosa, cabemos todos.
Hasta los ridículos a los que ayer hizo alusión Cristina.

El Argentino, miércoles 22 de mayo de 2013  

martes, 21 de mayo de 2013

Toma y daca le dicen



La democracia otorga derechos y deberes a todos los ciudadanos. A todos.
Pero si hay un ciudadano o ciudadana que debe ser ejemplo de rectitud republicana y decoro constitucional, ese es el mandatario o mandataria de un país, de una provincia o de un municipio.
Cuando un gobernante hace lo que se le antoja con la Constitución, cuando firma decretos que van en sentido contrario a la unidad nacional, cuando gobierna y legisla para las corporaciones económicas y mediáticas y no para su pueblo, cuando quita derechos en lugar de ampliarlos, es cuando los gobernantes cometen  mala praxis contra la democracia y contra los intereses de la sociedad.     
Eso, exactamente eso, es lo que vienen cometiendo el jefe de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri y el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota.
El problema se agrava cuando pretenden cercenar derechos colectivos, como acontece con los decretos de ambos mandatarios para favorecer al Grupo Clarín. Mucho más cuando se olfatea que esta politiquería es una devolución de favores económicos y mediáticos.
Clarín los cubre y ellos cubren a Clarín.
Toma y daca le dicen.
El dirigente cordobés y titular de Radio y Televisión Argentina (RTA), Alberto Cantero, manifestó que el gobernador De la Sota “garantiza diez millones de pesos mensuales al Grupo Clarín” con la clausura de la antena de la Televisión Digital Abierta (TDA) en la ciudad cordobesa de Río Cuarto.
“Córdoba es la única provincia que no ha designado representante ante el Consejo Federal de Comunicación Audiovisual, que es el espacio donde se debate y se proponen políticas públicas de comunicación”, dijo Cantero; por eso consideró poco serio que emita un “decreto inconstitucional” con el presunto objetivo de garantizar la libertad de prensa.
“De la Sota trata de generar efectos políticos mediáticos para tratar de tapar serios problemas que tiene en la provincia”, concluyó Cantero.  
En Buenos Aires, en tanto, la Legislatura local inició el tratamiento del decreto de Macri. O de Clarín, se igual.  
Supongamos que le den los números al PRO para imponer el decreto: ¿qué pasaría con Buenos Aires en relación al país federal? ¿Se alzaría contra la Constitución, contra las leyes vigentes, contra el orden democrático? ¿Rompería la integridad territorial, acaso?
Es posible que esto sea apenas el boceto de un programa común de la derecha para las próximas elecciones.
“Está en juego el modelo de transformación del país” sostuvo ayer el ministro Julio De Vido.
La mala praxis engendrada diariamente por los opositores le da toda la razón.
El país empieza a debatir en serio: O volvemos a los años 90. O consolidamos esta década ganada. 
Nosotros ya optamos.

El Argentino, martes 21 de mayo de 2013

lunes, 20 de mayo de 2013

El termómetro de un genocida



La muerte del genocida Videla nos permite  tomarle el pulso y la temperatura a la democracia. 
Pasada la conmoción del primer anuncio de su fallecimiento, los obituarios, los comentarios y  la cronología de su larga vida, sería útil y necesario mirar a los costados, al frente y atrás de su sepulcro para ver cómo estamos como sociedad.
Empecemos.
¿Quién lloró a Videla? La flor y la nata de la vieja oligarquía.
¿Hubo movilizaciones multitudinarias como cuando murió Pinochet? No hubo ninguna movilización, ni a favor ni en contra.
El Estado y en particular las Fuerzas Armadas de las que él fue comandante en jefe ¿le brindaron honras fúnebres oficiales?  No. No hubo nada de eso. Ni desfiles. Ni coronas oficiales. Ni mención siquiera en las portadas institucionales.
¿Hubo algún demócrata que haya rescatado algo del pasado de Videla?  No.   
¿Cómo reaccionaron  los grandes diarios del país que supieron ser sus socios y patrones  en Papel Prensa? ¿Manifestaron su pena o la disimularon?  Ni una cosa ni la otra. Tanto Clarín como La Nación consignaron su muerte casi con frialdad, sin comprometerse con su pasado.
A la hora de matar, lo acompañaron.  A la hora de su muerte, lo abandonaron. 
¿Videla murió en su casa, en un cómodo cuartel o en una prisión común? En una prisión común.
¿Se supo de su elección política en el último tramo de su vida? Manifestó en distintos reportajes su profundo  odio contra el gobierno democrático de los Kirchner.
¿Se hizo un minuto de silencio en las escuelas y universidades, en hospitales, fábricas y estadios de fútbol?  No. Definitivamente, no. 
Hagamos un diagnóstico precoz: la democracia goza de buena salud;  la fiebre está en los grandes medios y desde allí contagia a un pequeño sector de la sociedad.
Este termómetro no miente.
Si hubiese otro estado de ánimo social, si hubiese cierto ablandamiento en la textura del sistema político, si los antiguos socios y camaradas en la noche de la dictadura cívico-militar hubiesen manifestado sin pudores su dolor por la pérdida del genocida, si las respuestas fuesen contrarias a  las que aquí consignamos, entonces sí  habría que preocuparse en serio por lo que pueda pasar con cada campaña de Magnetto.
Que la muerte del genocida  pase sin pena ni gloria es un orgullo para esta democracia inclusiva  que estamos construyendo.
Y en consecuencia, es la vergüenza final  de los que cultivan el odio a  cacerola batiente, en los programas de TN, en la lengua falaz  del Grupo Clarín y  La Nación.
El termómetro de Videla demuestra la razón del fracaso de la oposición mediática: nada de lo que blasfemen, será creído ni reproducido.
La democracia está más viva que nunca.
Videla no.

El Argentino, lunes 20 de mayo de 2013