miércoles, 30 de noviembre de 2011

Un modelo profundo, largo y veloz


Ayer hablamos de la extensión del modelo.

Ensayábamos el abordaje de una nueva dimensión que agregue valor a la anunciada profundización del proyecto nacional y popular.

Hoy queremos sumar otra dimensión que nos ayude a comprender, mejor aún, los tiempos que corren.

Hablemos, entonces, de la velocidad de los cambios que se están produciendo en nuestro país y en América Latina.

El modelo se profundiza, se extiende y se acelera. ¿Qué tal?

¿Cómo explicar, sino, que antes de partir hoy hacia una Cumbre de países latinoamericanos y del Caribe la Presidenta inaugure otro parque industrial en Berazategui y desde allí mantenga tres videoconferencias: con la ciudad bonaerense de Marcos Paz donde se inaugurarán viviendas; con Plátanos, donde se habilitará la remodelación de la estación ferroviaria y con el barrio porteño de Puerto Madero, donde se inaugurará el puente sobre la avenida Córdoba?

¿Cómo explicar que la inversión en obra pública creció 37 veces en los últimos años, de $ 1.000 millones en 2002 a $ 37.000 millones en el 2011, de acuerdo a lo informado por el ministro De Vido y el secretario de Obras Públicas, José López, durante el acto de apertura de la Convención de la Cámara de la Construcción?

¿Cómo explicar que durante la gestión de Néstor y Cristina Kirchner se logró brindar agua potable a 4,7 millones de personas y cloacas a 3,3 millones; duplicar la cantidad de autopistas y autovías en la red vial nacional, quintuplicar la cantidad de soluciones habitacionales finalizadas por año, recuperar dos millones de hectáreas productivas y finalizar 1.250 nuevas escuelas?

¿Cómo es posible que el cupo exportable de trigo sea este año de 2,7 millones de toneladas convirtiéndose en el mayor registro de la década, según afirmaron los ministros Boudou y Domínguez?

El Estado garantiza, además, otros 6,5 millones de toneladas de reserva alimentaria para los argentinos.

No se vaya que hay más: la próxima cosecha de maíz, de trigo, de soja y de cebada serán un récord histórico con un total de 100 millones de toneladas.

Encuentro una explicación de doble vía:

La ampliación de derechos, libera energía social, por un lado y por otro, la fuerza de gravedad impuesta por el neoliberalismo es tan enérgica que para poder superarla, las turbinas del proyecto de país inclusivo, necesariamente deben ser lo suficientemente vigorosas y veloces.

Por eso, la democracia inclusiva, el desarrollo económico y la redistribución de la riqueza crecen de manera inversamente proporcional al miedo paralizante que destila la crisis que sufren los países desarrollados.

Por eso, Aerolíneas Argentinas crece y American Airlines quiebra.

Digo, es un ejemplo.

El Argentino, miércoles 30 de noviembre de 2011

martes, 29 de noviembre de 2011

La extensión del modelo


Ya no hay más dudas: el modelo nacional y popular se profundiza día a día.

Las últimas medidas del Gobierno son más que elocuentes y avisan a tiempo lo que vendrá.

“Vamos por más”, aseguran.

¿Pero nadie habla de la extensión del modelo?

Hablemos pues.

La extensión del proyecto de país que lidera la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner se propone cubrir la totalidad de la geografía nacional y el universo popular que la habita.

Pase y vea.

Vaya donde vaya, observará las obras de construcción de caminos, puentes, planes de viviendas, escuelas, hospitales, radares de última generación ubicados estratégicamente en los puntos más lejanos de nuestra larga frontera.

Le digo más, la extensión del modelo llegará hasta el Orinoco y un poco más allá. Pasará la línea del Ecuador y trazará un surco de integración con Venezuela, Bolivia, Uruguay, Brasil, del mar Atlántico al Pacífico.

Repase, por si no nos cree, las palabras de Amado Boudou y Mercedes Marcó del Pont en la reciente reunión de ministros y funcionarios de la UNASUR.

Adelantaron un esbozo de lo que aprobarán los Presidentes.

Habrá un Banco del Sur, obras de infraestructura conjuntas en toda la región, se jerarquizará el comercio entre los países de la América del Sur.

“¡Tiemblen gorilas, Tarzán es sudamericano!” Diría un graffiti callejero en cualquier lugar de esta América nuestra.

Por si fuera poco, el MERCOSUR, unificó su representación ante países extracontinentales y los organismos multilaterales.

El modelo se profundiza y se extiende en la Argentina.

Abarca a los trabajadores registrados y a los no registrados. A los ocupados y a los desocupados que quedan.

Decenas de miles de compatriotas se encargaron de extenderlo este fin de semana largo que pasó. Turismo para todos.

Un país con un turismo tan masivo sólo se explica por tres circunstancias: hay consumo interno, hay vuelos y transportes que conectan y hay esperanza colectiva.

Sin plata, sin conectividad y amarrocando los pocos billetes que se tienen “por si las moscas”, no habría esta fiesta popular.

La ministra Alicia Kirchner viaja hasta el Impenetrable chaqueño para observar de cerca la marcha de los planes sociales. Lo hace para extender la política de inclusión social hasta el último lugar.

Carlos Tomada extiende los planes de formación laboral a tres millones de jóvenes.

Podríamos seguir pero…ya comenzamos a extrañar a Tecnópolis, esa maqueta viva de la nueva Argentina.

¡Y que también se extiende!

El ministro de Ciencias, Lino Barañao y el Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, aseguraron que habrá Tecnópolis para rato y que se extenderá a las provincias. Lo que se dice, un modelo extra large.

El Argentino, martes 29 de noviembre de 2011

domingo, 27 de noviembre de 2011

El kirchnerismo y las lecciones de la historia


Bastaron dos discursos de la Presidenta esta semana, para poner en valor la voluntad popular expresada en las urnas el pasado 23 de octubre.

Uno fue ante los empresarios convocados por la UIA y el otro ante los trabajadores aeronáuticos.

Por si alguien lo dudaba, quedó en claro que en la Argentina manda la política.

Así, la contraofensiva del poder mediático desatada horas después del contundente triunfo de Cristina, volvió a morder el polvo de la derrota.

No es un dato para solazarse con nadie, pero sí para entender mejor el momento histórico que estamos atravesando.

¿Es posible imaginarse qué hubiese sucedido una década atrás ante semejante bombardeo de Clarín y La Nación? ¿No hubiese ocurrido la inevitable estampida de todos los actores y factores de la economía?

¿No hubiésemos encallado y naufragado como tantas otras veces?

Sin embargo, en estas circunstancias, ni el Gobierno ni la mayoría de la sociedad cayeron en la trampa.

Eso habla de las fortalezas de una democracia a punto de alumbrar definitivamente otro país.

O quizá el viejo poder no es tan poderoso como lo supo ser, ni el pueblo cae tan fácil en aquellas tramperas.

No se produjo la corrida tan deseada por cierta minoría, pese a que el capitalismo, a nivel global, está a punto de entrar en la fase más compleja y conflictiva de una crisis, indisimulablemente, estructural.

Nadie saldrá indemne del maremoto global, ni en los EE.UU. ni en el viejo mundo. Están todos contaminados de anarcocapitalismo financiero.

Alemania acaso vaya a ser la última estación de ese final de ciclo. Habrá que prestar atención, no a la suerte de Merkel, sino a la de esa Europa que se aferra a la falda del viejo gruñón alemán, sin caer en la cuenta que es el más viejo entre los viejos a la hora de esbozar un pensamiento nuevo.

Seguramente el mundo seguirá su curso por distintos carriles, pero no volverá al mismo muelle de partida antes de la crisis.

América Latina tampoco.

La UNASUR está dando muestras suficientes de que no nació para ser un remedo del mercado común europeo, sino la versión contemporánea de aquellas banderas desplegadas por nuestros padres libertadores en el trunco amanecer de la Patria Grande.

Y aquí nos acercamos al nudo de esta nota.

Se escuchó decir, en variadas hornallas argumentales, que Cristina puso en caja a los sindicatos, a los empresarios, a los especuladores, a los boicoteadores.

Ni tanto ni tan poco.

Habría que empezar por debatir qué es el kirchnerismo, cuál es el espacio social donde se referencia, cuál es su fuente en la historia, para intentar comprender dónde estamos parados en este tramo del camino.

Empecemos por recordar una definición que daba Néstor Kirchner para identificar al movimiento liderado por él y por Cristina: “Somos un espacio nacional y popular, nutrido con lo mejor de la historia del peronismo, de todos los movimientos populares argentinos y de las luchas emancipadoras de San Martín, Bolívar, Artigas y tantos otros líderes de América Latina”.

Sumemos ahora la drástica afirmación de Cristina, cuando dijo que el desarrollo desigual con los EE.UU. es que ellos, los que apostaban al progreso industrial en el país del norte, ganaron la Guerra de Secesión, mientras que nosotros perdimos aquí la Batalla de Caseros.

No es tan difícil advertir, entonces, que el kirchnerismo, como expresión del peronismo del siglo XXI, es la continuidad histórica de ese amplio y macizo movimiento nacional y popular, con la misma foja de servicio y la misma antigüedad de la patria.

Cristina, en tanto Jefa de ese movimiento y del proyecto de país que encarna, es Jefa de la Nación, una categoría que privilegia la gestión de gobierno, pero que no se agota en ella.

El kirchnerismo es un producto de la historia larga y la historia corta de este pueblo.

No es casualidad que allí donde inaugure obras, la Presidenta descubra que el último anterior peldaño haya sido colocado por el primer peronismo. Ese hiato entre las dos épocas es el período donde reinó el fracaso y la derrota del país.

Sigamos.

Los partidos políticos tradicionales suelen tener presidentes formales y caudillos reales. A veces coinciden, a veces no y otras, como ahora, están huérfanos de ambos.

Pero los movimientos populares, como el peronismo kirchnerista, tienen jefatura, liderazgos, proyectos, militancia, creatividad, mística, memoria.

Esas cualidades son categorías políticas que vienen de la historia y son insoslayables para entender la Argentina y por qué Cristina dice lo que dice.

No es necesario ni correcto encasillarla con categorías que se corresponden a la Europa del siglo XIX.

Desde la izquierda abstracta leyeron “El 18 Brumario de Luis Bonaparte” escrito por Carlos Marx y descubrieron que el bonapartismo era el traje que mejor calzaba al peronismo.

Para algunos fue un bonapartismo “malo”, mientras que para otros, fue un bonapartismo “bueno”.

En ambos casos, el problema no está en utilizar un clásico de la altura intelectual de Marx. El problema está en no saber utilizarlo y seguir creyendo que nuestra experiencia nacional es tan pobretona que no es capaz de crear sus propias categorías, las que se corresponden con cada tiempo histórico y con el análisis concreto de la realidad concreta que protagonizamos.

Las lecciones de la historia sirven, en definitiva, para quienes encarnan ese movimiento nacional y popular en cada época.

Cuando se desconocieron estas leyes de la historia, sucedió Caseros en el siglo XIX.

Y cuando se desconoció la jefatura estratégica de Perón en el siglo XX, sobrevino la desgracia de la desunión, primero, la tragedia después y la defección, como desenlace.

El kirchnerismo retoma la espiral del círculo de la historia.

No la desanda, la retoma para poder avanzar.

Y vaya si avanza.

En este marco, creemos, habrá que apreciar todos los días las mil flores que han nacido, sin olvidar que la historia enseña que los movimientos populares, cuando son verdaderos instrumentos de transformación social, respetan y valoran una sola jefatura.

Ni más ni menos.

Miradas al Sur, domingo 27 de noviembre de 2011

sábado, 26 de noviembre de 2011

YA NADA SERÁ IGUAL

"Ya nada será igual" El programa que conduce Jorge Giles en la AM 530, La Radio Compañera, todos los sábados de 16.00 a 17.00hs ya tiene su blog. http://yanadaseraigual.blogspot.com/

Escuchala en vivo y en directo hoy sábado 26 de noviembre a las 16hs en www.madres.org/wms2.htm

viernes, 25 de noviembre de 2011

El nido del cóndor



La Presidenta inauguró un moderno hangar de Aerolíneas Argentinas en la Terminal Sur del Aeropuerto de Buenos Aires.

Decirlo así quizá no diga mucho ante un desprevenido lector de lejanías.

O ante un desmemoriado de estas cercanías.

Déjeme que le cuente de qué estamos hablando, tratando de entender por qué se emocionó la Presidenta y con ella, se emocionaron los presentes y los millones de argentinos que la veían y escuchaban por CN 23 o la TV Pública.

Aerolíneas Argentinas fue un cóndor en peligro de extinción durante la triste década neoliberal.

Pero fue siempre nuestra línea de bandera y nuestra manera de conectarnos con el mundo y muy especialmente, entre los propios argentinos y latinoamericanos.

Esa fue su gloria y su pecado original.

Conectarnos libremente iba contra las reglas exigidas por el neoliberalismo.

Había que fragmentar a los pueblos.

Había que fragmentar el pensamiento.

Había que fragmentar el Estado.

Había que fragmentar el proyecto de nación soberana.

Aerolíneas iba camino a ser un nuevo desaparecido en la larga lista de caídos por la patria.

La privatizaron. La quebraron. La saquearon. La vaciaron.

Los enemigos del desarrollo decían: “pero si vamos a quedarnos sin moneda nacional, sin gobierno nacional, sin orgullo nacional ¿por qué no quedarse sin Aerolíneas?

¿Por qué esa terquedad tan sudaca de tener una patria en estos tiempos?”

De allí venimos los argentinos.

¿Se entiende ahora el valor que tiene para el país contar con 20 nuevos aviones, con este nuevo hangar, con nuevas rutas aéreas, con nuevos trabajadores, pilotos y profesionales?

¿Se entiende ahora porqué el boicot y el ataque a la empresa que conduce el equipo encabezado por Mariano Recalde, designado por la Presidenta?

No es casualidad que el portal inglés, BBC, se preguntara ayer: “¿Por qué Argentina sigue invirtiendo en una Aerolíneas que da pérdidas?”; nota basada, por si fuera poco, en una columnista del diario La Nación.

Todo un ejemplo de “prensa independiente”.

Allí donde escriben Morales Solá y Beatriz Sarlo.

Disparar contra el cóndor, es hacerlo contra este proyecto de país, contra un Estado presente y contra una juventud que vuelve a escribir la historia.

Que lo recuerden todos: cuando fueron la voz de este pueblo, Eva Perón andaba entre los 20 y los 30 años, igual que Mariano Moreno, Belgrano, Castelli, Felipe Vallese, el Gordo Cooke, los 30 mil que nos prestaron su mirada para siempre.

Disparar contra la juventud, en cualquier lugar del mundo, es hacerlo contra el futuro.

Pero en la Argentina, es disparar contra la historia.

¿Se entiende ahora por qué nos emocionamos con Cristina?

Quizás por eso mismo, este pueblo es invencible.

El Argentino, viernes 25 de noviembre de 2011

jueves, 24 de noviembre de 2011

En el país de los hornos


La noticia fue difundida ayer por la agencia Télam:

“Encuentran hornos indígenas de más de 1.500 años de antigüedad en Reconquista”.

Los hornos de arcilla estaban enterrados en el antiguo valle de inundación del arroyo El Rey.

Carina Zari, del Museo Municipal de Arqueología y Paleontología de la ciudad, agregó: “Localizamos un verdadero semillero de hornos indios” y explicó que “la gran población aborigen que habitó estas tierras, los utilizaban con múltiples propósitos, tanto en la cocina, como urnas funerarias o para darse calor en invierno”.

Si esas son nuestras raíces, ¿por qué no pensar que son el origen de nuestra deseada industrialización rural?

Que se encuentre un semillero de hornos de 1500 años de antigüedad, nos hace estallar la imaginación y los sueños.

¿Con qué rastros nuestros se encontrarán los habitantes del año 3511?

Viene al recuerdo el gran Tato Bores interpretando aquel arqueólogo del futuro revolviendo la tierra en busca de las huellas del hombre argentino.

Se encontraba con rastros de la corrupción y la farándula en tiempos de Menem.

¿Con qué se encontraría si hubiese atravesado la gran crisis del 2001?

¿Hallaría rastros del helicóptero partiendo con De la Rúa?

¿O videos que muestran a Duhalde administrando el puente del infierno de esa crisis?

Quizá la capa geológica de este tiempo de Néstor y Cristina, descollará por su contraste con el país que fuimos.

Sería clasificada, seguramente, como la Argentina de los Derechos Humanos, la Argentina inclusiva, la que recuperó y reparó los derechos sociales que fueron conculcados en capas geológicas anteriores.

Por supuesto que habría enigmas que provocarían la curiosidad de los científicos.

Por ejemplo, el hallazgo de un recorte de diario con un tal Mauricio Macri negándose a recibir el subterráneo para los vecinos de la gran ciudad.

¿Pero si era su deber de funcionario? ¿No era lo que reclamaba en campaña, según los rastros encontrados?

O descubrirían una colección completa de Clarín y La Nación fustigando al gobierno que recuperó la Argentina de entonces, es decir, la de ahora y se preguntarían: ¿serían extraterrestres? ¿Vendrían de algún país considerado enemigo de los argentinos? ¿O esconderían algo muy tenebroso de tiempos de su amistad con la dictadura?

En esta Argentina, hay hornos para todos.

Hornos indígenas. Hornos para las fábricas que se recuperan. Hornos para los panes multiplicados.

Un horno no se le niega a nadie. Ni siquiera para los que ya están en el horno.

Como los genocidas que cumplen condenas por delitos de lesa humanidad.

O como las plumas mitristas que, por impotencia, trocaron el análisis político por el ejercicio de la misoginia.

El Argentino, jueves 24 de noviembre de 2011

miércoles, 23 de noviembre de 2011

La sintonía fina del modelo


En el Día de la Música, la Presidenta habló de partituras y sintonía fina.

Y reiteró que no era neutral desde un escenario organizado por la UIA sobre la calle Macacha Guemes, heroína de la Patria y conocida en su tiempo como “la madrecita de los desprotegidos”.

Parecen casualidades, pero quizás sean señales.

La historia, además, escribe su huella con trazos muy claros para que nadie confunda los caminos.

“Se viene la etapa de la sintonía fina, de precisar la competitividad de la economía argentina, que solamente es sustentable con inclusión social”.

He allí una definición política sobre la coyuntura y a la vez, una mirada estratégica de la Argentina de hoy que sólo una estadista lo puede tener.

La Presidenta manifestó que es preciso “innovar los comportamientos de cada uno de los sectores: empresarios, trabajadores y el Estado”.

Esta “actuación tripartita ha sido una de las claves del crecimiento de este año, con acuerdos que han sido la política con convenios colectivos, la mejora de salario, pero hay que comenzar con la sintonía fina”.

No habrá que esperanzarse, en estos asuntos de la innovación, con el comportamiento de la corporación mediática.

Anclados en el Consenso de Washington, los zócalos de TN y Clarín son apenas un mediocre abuso del “corte y pegue”.

Ayer fue el colmo. Titulaban: “Cristina habló de la inflación” y abajo exhibían la frase literal de la Presidenta: “No me vengan a hablar de inflación”.

Sin vergüenzas.

Como una directora de orquesta, la Presidenta integró en un mismo compás a todos los sectores de la vida nacional.

Y cada uno recibió su merecido tono.

Antes pasaron por allí los ministros Amado Boudou, Julio De Vido, Débora Georgi, Lino Barañao, en un amplio despliegue argumental de quienes lideran y gestionan el modelo nacional y popular.

Quedó claro que, a diferencia de lo que ocurre en Europa, aquí gobiernan los hombres y mujeres elegidos por el voto popular.

Resaltamos cuatro definiciones que nos parecen centrales:

1.- Argentina culminó su ciclo pendular desde que encontró en el actual modelo de crecimiento, su verdadero modelo de país, con un Estado presente, un mercado interno muy fuerte y un claro liderazgo político.

2.- Argentina marcha a ser un país desarrollado con inclusión social.

3.- Argentina, que construyó su propia oportunidad para desarrollarse, atraviesa el periodo de industrialización más importante desde principios de siglo pasado.

4.- El Estado es la garantía del desarrollo social y utiliza la planificación como herramienta de fomento, promoviendo así, el crecimiento con igualdad de oportunidades.

Como diría el General: “Llevo en mis oídos, la más maravillosa música…”

El Argentino, miércoles 23 de noviembre de 2011

martes, 22 de noviembre de 2011

El tatuaje de la patria


Europa camina en falsa escuadra.

Con cada giro que da hacia la derecha, provoca que se caigan por la banquina de la historia miles de trabajadores y profesionales de clase media.

La televisión europea transmite la crisis en vivo y en directo.

Telesur y la CNN muestran, con lentes muy diferentes, el mismo drama, la misma noche oscura de esa democracia resignada ante la tecnocracia financiera.

Es imposible no conmoverse con los testimonios de los desocupados, con los hospitales sin cobertura médica, con esa educación en bancarrota.

¿Allí mandan sólo “los mercados”? ¿Dónde quedó la política en ese continente? ¿Dónde están los pueblos movilizados?

En esta orilla del mar, al mismo tiempo, nuestro país camina erguido, digno, humilde y orgulloso.

La Presidenta continúa inaugurando fábricas, universidades, caminos, radares para las fronteras y anuncia el crecimiento constante de nuestra economía.

Los europeos le agregan agua al guisado para abultarlo y nuevos agujeros al cinto para poder ajustarlo. Como lo hacíamos nosotros en el 2001.

¿Se acuerdan?

En este escenario global se ubican los conflictos de esta época.

Ayer, mientras se informaba que la desocupación en la Argentina cayó al 7,2 %, la Presidenta afirmaba: “Sacarle a los que menos tienen es una medida que no va más en el mundo”.

Esa es la diferencia con los gobernantes europeos.

Allá cortan el hilo por lo más delgado.

Acá no se corta ninguno, sólo los trenzan laboriosamente.

Por eso la Argentina va.

Aunque Macri se niegue a pagar lo que le corresponde a la Ciudad por el traspaso de los subtes. Como si De Vido razonara con cerebro argentino y Macri…vaya a saber con cuál.

Aunque los radicales estén a los tortazos como los Tres chiflados y la Coalición de Carrió se haya quedado definitivamente sin lumbre en su penosa oscuridad.

Aunque Clarín y La Nación lancen fuego a granel contra la democracia.

Aún sin contar con ellos, la Argentina va.

Como va su línea de bandera, la gloriosa Aerolíneas Argentinas, pese a tanto boicot.

Cuando Perón la creó por decreto, el 7 de diciembre de 1950, seguramente no la pensaba en términos de eficientismo y rentabilidad directa.

Pensaba en la Argentina soberana, en su pueblo, en su necesaria interconectividad, en su comercio interior y exterior, en el turismo nacional e internacional, en los trabajadores y los profesionales que debían recorrer miles de kilómetros de distancia para el logro de sus respectivos cometidos.

Como se la piensa ahora.

Aerolíneas se entiende en ese contexto de país inclusivo; o no se la entiende.

Los trabajadores lo saben mejor que nadie.

Por eso la llevan en la piel.

En ese cóndor tatuado que es la patria en pleno vuelo.

El Argentino, martes 22 de noviembre de 2011

lunes, 21 de noviembre de 2011

La esperanza no se televisa


España avisó ayer: de la crisis, los europeos salen por derecha.

Como en Italia y Grecia.

Que todos tomen nota: la tragedia social causada por el neoliberalismo no tiene solución a la vista.

Los trabajadores y las clases medias, serán las víctimas predilectas de la pendiente elegida por el electorado español.

La resignación del gobierno socialista lo hizo posible.

Hoy es el Día Mundial de la Televisión.

Es notable el fundamento expresado por Naciones Unidas en esa resolución:

“Invitar a los Estados a que observaran el Día Mundial de la Televisión promoviendo programas de televisión centrados en cuestiones como la paz, la seguridad, el desarrollo económico y social y la promoción del intercambio cultural”.

Para cumplir con la misma, en la Argentina, la TV debería informar la constante labor de las misiones de paz que integran soldados y profesionales argentinos en las zonas de desastre humanitario, como en Haití.

Y debería mostrar a las fuerzas de seguridad, como Gendarmería, que hoy habitan las barriadas populares compartiendo la música de sus bandas sonoras mientras velan por la seguridad de los ciudadanos.

Y debería informar el desarrollo creciente a escala económica y social que hoy vive el pueblo.

Esperamos con ansias que, al menos hoy, TN y los múltiples medios del Grupo Clarín y La Nación informen que durante el año 2011 se registraron 50.000 nuevos puestos de trabajo en la construcción.

Informó la AFIP, con la firma de su titular, Ricardo Echegaray, que el crecimiento del empleo alcanza al 12,5 % respecto al año 2010, expresando un crecimiento constante que ya lleva 6 años.

¿No es acaso una muy buena noticia, con impacto mediático, que involucra a decenas de miles de ciudadanos como para recorrer con las cámaras las obras de construcción que se realizan a lo largo y ancho del país?

Rutas, escuelas, hospitales, viviendas, están allí para mostrarlos.

A pantalla partida podrían mostrar el contraste con los edificios derrumbados por la desidia y la inoperancia de la gestión macrista.

Pero hay mucho odio en ese sector del poder como para ser optimistas.

Las editoriales de ayer domingo lo demuestran.

Licenciados en mentiras, las acomodan para justificar su perniciosa negación de la realidad.

Todo negativo.

Venden aquí pero con una cabeza formateada en el exterior y en el siglo pasado.

Los industriales realizarán su 17 Conferencia. Este año el tema será: "Un péndulo argentino o la hora del desarrollo".

¿Televisarán la esperanza que expresan el crecimiento del producto bruto, el consumo, las exportaciones y la actividad productiva que se expandieron en los últimos años? Sería una linda promoción del intercambio cultural.

El Argentino, lunes 21 de noviembre de 2011

domingo, 20 de noviembre de 2011

La única verdad es esta realidad



Como si el realismo mágico diera una voltereta en el aire y cayera sobre las comarcas de ese poder mediático que siempre despreció.
Como si García Márquez les sacara la lengua augurándoles cien años de soledad a Clarín y La Nación.
Como si el orden de las cosas se hubiese invertido, no justamente por azar, sino por la voluntad de un pueblo.
Como si el género del drama y el grotesco estimulara las plumas y las voces que otrora fueron las firmas del exclusivo y excluyente club de certificadores del sentido común.
La única verdad no es ese caprichoso plagio de realismo mágico que, por otra parte, seguirá perteneciendo por los siglos de los siglos al imaginario popular.
La única verdad es que el viejo orden ha caído.
Ese sí que sería un título certero para describir la realidad del mundo, la región y la Argentina adentro.
Los poderes establecidos a lo largo y ancho del siglo XX perdieron densidad e institucionalidad.
Ni los EE.UU. ni Europa son hoy lo que supieron ser en la antigüedad.
Es una crisis estructural que hace temblar las columnas que sostienen esa vieja hegemonía colonial e imperialista.
Los burócratas de la ONU y la OEA, el FMI y la OTAN, ordenan un café y el mozo les trae una lágrima, un mate cocido o lo que tiene a mano.
Los gobiernos de los países centrales acuerdan un “plan de salvataje” para Grecia y Zorba el griego corre el riesgo de morirse de hambre en pleno baile.
Ese viejo orden tiene sucursal en la Argentina desde siempre. Y también ha caído.
La prueba está en la desesperación facciosa demostrada por sus grandes medios. Mienten tanto y tan descaradamente en sus editoriales, que apenas son un remedo de aquellos burócratas que antes mencionamos.
Asustan con el dólar, por ejemplo, queriendo provocar una corrida y la gente de a pie, en clave de Néstor multiplicado, los mira como diciendo “¿Qué te pasa Clarín, estás nervioso?”.
Pero a no engañarse. Lo que cayó es el viejo orden, no el poder mediático que lo sostenía.
Siguen allí, como el eco vago de un mundo que ya no está, como una mascarita en medio de su propio funeral, como un lobo aullándole a la luna. Pero siguen allí. A veces agazapados y a veces en fugaz estampida por las calles y los bares y las plazas, como si fueran los toros de San Fermín. O el toro fijo de Wall Street.
La mejor manera de enfrentarlos es identificarlos ante cada operación contra los intereses del pueblo y la nación.
Pero sin detenerse más que lo necesario en ese preciso instante donde los hombres y mujeres se vuelven luminosos con su propia verdad.
Hay una patriota en la Casa Rosada. Por eso es tiempo de avanzar y construir un orden liberador, transformando la victoria electoral en más y mejor organización social.
Eso se llama, construir poder popular.
El Gobierno de Cristina está en la antesala del tercer mandato del proyecto nacional iniciado con Néstor Kirchner el 25 de Mayo de 2003.
Acomoda los muebles. Alfombra a nuevo el salón de todos. Quita los subsidios a los poderosos, transparenta el mercado de divisas, defiende el modelo con uñas y dientes, inaugura fábricas, sostiene con eficiencia y dignidad la línea área de bandera de los argentinos. Renueva las lámparas para alumbrar mejor, cercanías y lejanías.
Es una forma de decir que la fiesta obscena del viejo orden ha terminado.
Las principales espadas del modelo limpian los alrededores del salón para que las alimañas del mercado “negro” no hagan su agosto envueltos en papel prensa. Transparencia es el nombre del cambio en esta etapa. Todo por derecha. Empezando por la derecha. La económica, la política, la que venga.
¿Se opone alguien a esta transformación social? Si fuese así, habrá que debatirlo a cielo abierto, con todos los vecinos y los compañeros del trabajo o del papi futbol. Pero debatirlo entre todos, es la tarea. Es la manera de dejar al desnudo la proyección enfermiza que los comunicadores del poder hacen de cada acción de gobierno.
Ellos dicen: “Se terminó la fiesta”. Diario La Nación.
Nosotros decimos: así es y no le han mentido. Tendrán que aceptar, como un jarabe amargo, que la política de subsidios es universal en tiempos de crisis, pero selectiva en tiempos de bonanzas.
Ellos dicen: “La tarifa, como De Vido subraya, no se modificará. Pero los usuarios pagarán mucho más por el gas, luz y agua”. Diario Clarín.
Nosotros decimos: con todo respeto humano, háganse ver por un profesional. Si admiten que las tarifas no subirán ¿cómo hacen para fundamentar que igual se pagará más? A no ser que Clarín disponga un aumento desde las oficinas de Magnetto.
Ya entendimos: ustedes pagarán más. Esa es la queja.
Y a eso le suman que el eje de rotación de la democracia ya no pasa por la inmunidad y la impunidad de nadie, tampoco de los poderosos, sino por una política que redistribuye progresivamente el ingreso y la riqueza. Y que para peor de males, tiene caja de quinta pero no tiene marcha atrás.
Lo cierto es que a mayor transparencia, mayor equidad social. ¿O no se preguntan adónde irán a parar las sumas recuperadas por la quita de subsidios a los grandes contribuyentes? Les damos una ayuda para que no se confundan: ¿Adónde fueron a parar los ahorros de los trabajadores recuperados de las ex AFJP? Si responden a más escuelas, más hospitales, más caminos, más agua, más cloacas, habrán acertado en la respuesta. Si continúan con la opereta de siempre, es porque simple y llanamente no quieren que les quiten los subsidios, no quieren que haya transparencia en la compra venta de divisas, no quieren equidad social.
En esta nueva fase del modelo, el consumo, la producción y la creación de fuentes de trabajo se seguirán recalentando. Aunque no tanto como los diarios del monopolio. Y se seguirán enfriando aquellos mecanismos que encontraron su fundamento en épocas de plena crisis pero no ahora que estamos de lleno en plena redistribución equitativa.
No hay neutrales en esta historia, dice la Presidenta.
Los ninguneados de siempre están contentos. Y esa música del pueblo no suena bien a todos los oídos.
Se tendrán que ir acostumbrando.

Miradas al Sur, domingo 20 de noviembre de 2011

sábado, 19 de noviembre de 2011

HOY: YA NADA SERÁ IGUAL

"Ya nada será igual" El programa que conduce Jorge Giles en la AM 530, La Radio Compañera, todos los sábados de 16.00 a 17.00hs ya tiene su blog. http://yanadaseraigual.blogspot.com/

Escuchala en vivo y en directo hoy sábado 19 de noviembre a las 16hs en www.madres.org/wms2.htm

viernes, 18 de noviembre de 2011

Hay una Patriota en la Casa Rosada


Aquel 20 de Noviembre de 1845 el poder colonial sabría finalmente que allí, en la Vuelta de Obligado, miles de patriotas empuñaban su honor en nombre de una historia que estaban escribiendo ellos mismos.

Duro con ellos.

Cuentan que ingleses y franceses mascullaban su odio contra los criollos que cruzaban las cadenas que impedían esa marcha belicosa y mercantil remontando triunfal el Paraná, aguas arriba.

Pero no entendían la porfía en resistir tanto poder de fuego.

Hasta que uno de los invasores dijo resignado: “hay un patriota en el gobierno”, pensando sin nombrarlo, en el Brigadier General, don Juan Manuel de Rosas.

Duro con él.

Cuando se produce esa chispa de encuentro y combustión entre un pueblo y su líder, los pueblos se vuelven invencibles.

Y los poderosos sólo encuentran una forma de vencerlos: dividiéndolos.

Es la dura lección aprendida en estos 201 años que llevamos de historia soberana.

La otra lección, su contraparte, es la unidad nacional y popular.

Ahora que se acerca una nueva conmemoración de aquella heroica Batalla, fundamento de nuestra Soberanía, es preciso valorar:

La Patria que hoy tenemos.

El pueblo que hoy somos nuevamente.

La Patriota que habita esa Casa de Gobierno.

Es la que dijo ayer: “en momentos tan complejos de la economía mundial, en la Argentina y en la región en general de América del Sur tenemos una oportunidad de dar un salto histórico en nuestro desarrollo industrial, tecnológico y social y lo vamos a aprovechar para potenciar este especial momento de la región”.

Estamos en ese preciso momento donde se juega el destino común de una vez y para siempre.

Que una fábrica como Peugeot que ocupaba 700 trabajadores en el 2003 hoy cuente con un plantel de 5700, no es un dato menor ni mucho menos aislado. El contexto es la patria recuperada.

Al fin y al cabo, eso es la soberanía.

Cuando Cristina dijo un día: “Tenemos Patria”, fuimos muchos los que sentimos que ahora sí, teníamos trabajo, educación, salud, viviendas, caminos, jubilaciones dignas.

Ya no cruzamos cadenas sobre el río contra nadie. Hoy se construyen automóviles en la Argentina, para caminos locales y caminos de afuera.

Ya no vamos a esperar a nuestro Líder a Ezeiza, confrontando con tanquetas y bayonetas. Hoy se recuerda y honra a Néstor Kirchner y se declara, como lo hicieron ayer los militantes, los gobernadores, ministros y funcionarios desde Río Gallegos, que Cristina es la única conducción del movimiento nacional y popular, del peronismo y sus vecindades.

Ya no se administra la crisis, como en Europa. Se gestiona la victoria que no le pertenece a un gobierno solamente.

Es de un pueblo que ha vuelto a celebrar su soberanía.

El Argentino, viernes 18 de noviembre de 2011

jueves, 17 de noviembre de 2011

Los mocasines del militante


Llovía a cantaros ese 17 de noviembre de 1972.

El militante se había empapado ya la noche anterior, llevando y trayendo las banderas y los bombos al local del barrio.

La alegría y la emoción se mezclaban con el regreso de Perón a la patria.

El frío en los huesos no contaba. El mate cocido caliente remediaba todo.

Los compañeros iban llegando para marchar de allí hasta Ezeiza.

Pero debía cambiarse esas zapatillas antes de largar la marcha

Repasaban una y otra vez las instrucciones del Movimiento y la JP.

El documento de identidad. Papel de diario. Fósforos. Pan y dulce.

El listado de los compañeros. No caer en ninguna provocación y avanzar organizadamente.

El militante tiritaba de frío con los pies mojados.

Corrió a cambiarse y volvió al instante con un nuevo calzado: un par de impecables mocasines.

Sus amigos lo gastaban por su facha de flaco militante, de campera militante, de mirada militante, de conducta militante y de zapatos mocasines a tono para una gran fiesta.

El cielo no mejoraba. Y ellos marchaban alegres hacia Ezeiza.

La columna se engrosaba en cada barrio. Retenes militares por aquí y por allá, pero nada ni nadie los podía detener.

El repertorio era incansable: el Himno, la Marchita, consignas populares y de tramo en tramo un “Viva Perón, carajo” que venía desde lejos.

Arriba del avión también se cantaba. Pero la tensión crecía.

Perón le dio instrucciones precisas al Chacho Pietragalla, de la JP.

“Por si las moscas”, le dijo. Y le enseñó las armas.

“¿Y si lo quieren apresar, General?”

“Habrá que resistir” respondió Perón a Juan Manuel Abal Medina a poco de bajar en Ezeiza.

Los encerraron en el Hotel del Aeropuerto.

La dictadura esperaba una rendición total de Perón ante Lanusse.

“Vamos a salir de acá, así el pueblo se entera que me tienen preso” ordenó Perón.

“No me obligue a disparar” dijo un comisario a cargo del cerrojo.

Perón avanzó igual. Lo escoltaban Cámpora, Rucci y Abal Medina.

Llegaron a la casa de Gaspar Campos.

Los muchachos, dispersos entre los bosques y el río, reagrupaban fuerzas hacia allá.

“La Casa Rosada cambió de dirección, está en Vicente López por orden de Perón”.

Sale el sol. Y Perón habla desde una ventana a esa multitud: “Compañeros…gracias…siento una inmensa satisfacción al presenciar la calidad humana de nuestra juventud…cuando un país puede confiar en su juventud debe sentirse orgulloso de su futuro…el mañana es de ustedes…quiero entregarles un consejo: la fe de ustedes debe ser inquebrantable”

El militante señaló sus mocasines ya destartalados por el aguacero y comentó por lo bajo:

“¿Vieron quién es el único que vino correctamente calzado para esta fiesta?”

Así nació el Día del Militante.

El Argentino, jueves 17 de noviembre de 2011

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Entre el cielo y el infierno


Imaginemos un poco. Es un buen ejercicio para la memoria.

Empecemos por imaginar un día en la vida de Ángela Merkel.

La jefa del gobierno alemán se levanta temprano y parte a su despacho.

La Bundeskanzler habla con banqueros, con presidentes de la eurozona y el tema siempre es el mismo: el ajuste.

Nunca una inauguración de escuelas, de fábricas, de caminos y obras públicas.

Nunca.

En tiempos de ajuste salvaje, la palabra “producción y empleo” es una herejía.

Y la palabra “inclusión” te transforma en sospechoso de inmigrante clandestino.

Merkel charla animadamente con el francés Sarkozy y se dividen las tareas.

Uno habla con los griegos. Otro, con los italianos.

Recitan la receta del FMI con algunos bemoles.

“Europa desaparece si desaparece su moneda” dicen. “Es la crisis más grande desde la segunda guerra mundial. ¿Cómo debemos enfrentarla? Ajustando más la economía con menos gasto público, menos empleo, menos inversiones”.

España ya probó la medicina. Y se cae. Portugal, ídem. Grecia e Italia, ídem.

La cultura greco romana no era tan fuerte como nos enseñaron.

¡Hasta el petiso Asterix se les anima!

¿Y un día en la vida de nuestra Presidenta es muy distinto?

Se levanta temprano. Recibe a sus ministros y funcionarios.

Viene de Tierra del Fuego. Inauguró una fábrica. Habló a los trabajadores y les pidió que cuidemos el país que reconstruimos y que vamos por más. Siempre.

Vuelve a Buenos Aires. Viaja a Santa Fe. Recorre la planta de General Motors en Alvear, en las afueras de Rosario. Le muestran la unidad 200.000 del modelo “Agile” producido en el país y, además, se anuncian más inversiones.

Pronuncia un discurso y luego se dirige a la ciudad santafesina de Las Parejas; cierra la 8ª edición de la Muestra Agroindustrial, “Néstor Kirchner”; participan más de 90 empresas de maquinaria agrícola.

Se anuncian inversiones por 2,5 millones de dólares y se descubre una placa recordatoria con la frase que pronunció Néstor Kirchner en julio de 2007, cuando dijo: “Las Parejas es el corazón vivo de la Argentina que renace”.

Dice Cristina: “es bueno que los argentinos sepamos que tenemos que defender con uñas y dientes, en un mundo complejo que se derrumba, este modelo que hemos construido entre todos y que aprendamos que cuando comienza a irle mal a un sector, generalmente son los más vulnerables los que más tarde o más temprano sufrirán las consecuencias”.

En el regreso lee que la ministra Alicia Kirchner declaró: “Mientras en el mundo se discute el ajuste, en Argentina se siguen generando puestos de trabajo e inclusión”.

Cristina sonríe.

Sabe que él la está mirando desde algún rincón del cielo, mientras festeja el triunfo de Argentina.

El Argentino, miércoles 16 de noviembre de 2011

martes, 15 de noviembre de 2011

Si no nos dejan soñar...


Habló la Presidenta desde Tierra del Fuego y convocó a seguir creciendo de manera solidaria.

Europa se desploma, advierte la canciller alemana, Angela Merkel.

Berlusconi ya es pieza de museo.

Atacan a nuestra Aerolíneas Argentinas, provocando la cancelación de vuelos.

Cristina llamó a no boicotearnos entre nosotros.

Se recupera una fábrica y hay fiesta popular en Ushuaia.

¿Hay una Europa viable y otra Europa inviable?

Si hubo provincias inviables en el país de Cavallo ¿porqué no pensarían lo mismo para el viejo continente?

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, solicitó a la Justicia la suspensión de la personería gremial de APTA, Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, por no acatar la conciliación obligatoria.

El radicalismo parece a punto de desintegrarse.

El peronismo federal ya se desintegró pero sigue haciendo daño desde las huestes sindicales que responden a Luis Barrionuevo. Momo Venegas, de FATRE y Ricardo Cirielli, de APTA, entre otros.

La Presidenta dijo “Yo les pido a todos los argentinos que tengamos la inmensa responsabilidad de defender lo que hemos logrado. Defenderlo inteligentemente, que no significa no debatir. No me gustan las sociedades de mudos, pero tampoco las de tontos, que debaten cosas que nada tienen que ver con la realidad del país”.

Argentina avanza. Europa retrocede.

Argentina construye trabajo y producción. Europa los destruye.

Argentina invierte, invierte, invierte. Europa ajusta, ajusta, ajusta.

Paren las rotativas.

Muchachos, ustedes, los “combativos” del siglo XXI, los que no aceptan que el mundo ya no volverá a ser lo que era, que ha llegado el fin de un ciclo para la humanidad, que hay que elegir de qué lado se quiere estar, si del lado de los presidentes que se parecen a los mercados o del lado de los presidentes que se parecen a sus pueblos.

Muchachos, a la Argentina la defendemos entre todos o no la defiende nadie y Aerolíneas somos todos y esta vez es para siempre.

Muchachos, ustedes, los especuladores del billete verde, los que defienden los subsidios a las grandes empresas, bancos y financieras, los que se ponen locos y furiosos cuando escuchan hablar de transparencia, los que titulan mentira tras mentira en sus editoriales, los que bastardean la voluntad del pueblo y el digno orgullo de sentirnos argentinos.

Quizá nuestro buen gusto por la belleza se explica porque aquí no se rinde nadie y se está haciendo historia y aquí hay memoria y hay un 54 % de la verdad y aquí hay coraje, voluntad y claridad.

Por eso, bajen las armas de una vez, que aquí sólo hay pibes soñando.

Pero además, como dice el graffiti de los indignados, si no los dejan soñar, no los dejarán dormir.

El Argentino, martes 15 de noviembre de 2011

lunes, 14 de noviembre de 2011

Los zapatos de la patria


Alguna vez fuimos un país descalzo.

Un país sin casas ni caminos ni automóviles no precisa andar calzado.

Alguna vez fuimos un país sin escuelas.

Un país sin alumnos ni trabajadores ni productores no precisa andar calzado.

Alguna vez fuimos un país sin turistas.

Un país sin jubilados ni viajeros ni cantores no precisa andar calzado.

De allá venimos todos, de ese viejo país de la injusticia y la tristeza de andar descalzos por las calles de la vida.

Es preciso que usemos la memoria como un arma cargada de futuro, parafraseando al poeta.

Es preciso que les recordemos a la dama y al caballero que, desprevenidos, repiten como un loro lo que leen en Clarín y La Nación, que les recordemos decía, que hubo un tiempo, no hace mucho, donde el infierno tan temido estaba aquí a la vuelta, en el fondo de la casa, en esa pesadilla que tenía el domicilio fijo en la almohada, en el flaco sueldo que se moría de pena a mitad de cada mes, en la falta de trabajo.

Pero para que nadie crea, confundido de olvidos, que sólo nos conformamos mirando por el espejo retrovisor, es preciso que pintemos entre todos una bandera gigante, con fondo patria, azul y blanco y escribamos, por ejemplo: ¡Argentina producirá este año 115 millones de pares de calzado!

Levantemos la voz, sin prepotencia alguna, sólo para que se escuche a lo lejos una humilde noticia de este tiempo, pero que nos hace tan felices, ahora que ya no somos un país descalzo ni andamos por la vida con zapatos rotos.

Pase, vea y compare, señora, señor:

La ministra de Industria, Débora Giorgi, afirmó en un bello texto que la Argentina duplicó la producción nacional de calzados en los últimos 7 años y que casi triplicó el consumo de zapatos.

De ser alguna vez un país que arrastraban por el suelo los mercaderes del templo neoliberal, nos hemos convertido en un país “cien pies” que no para de andar de aquí para allá.

La industria del calzado es un buen ejemplo para entender lo que está pasando.

Venía a los tumbos y en un puñado de años, Néstor y Cristina mediante, se pusieron de pie y echaron a andar con taco y suela nueva.

Mil fábricas pequeñas y medianas. 70 mil personas trabajando en ellas. Apreciados en el extranjero por su porte y elegancia, ya llevan exportados 1.200.000 pares, revirtiendo la tendencia nefasta del pasado.

Zapatero a tu zapato, ahora que se puede caminar a cielo abierto, desoyendo los aullidos de esos lobos desdentados que tienen sus madrigueras en las tapas de Clarín y el zócalo de TN.

Usted sabrá disculpar. Pero este día quisimos arrancar de esta manera.

¿Qué importa si Susana se quedó sin poder comprar más dólares?

La patria camina con zapatos nuevos. Y eso sí que es importante.


El Argentino, lunes 14 de noviembre de 2011

domingo, 13 de noviembre de 2011

Artífices de nuestro propio destino


Dicen que la rueda de la historia funciona más o menos así:

Los pueblos construyen su propia realidad cultural, viven conforme a las mismas durante un largo ciclo, luego transforman esa realidad y vuelven a comenzar un ciclo nuevo. Si este será superador o no respecto al anterior, dependerá de quiénes lideren el cambio social y cultural.

En este marco podríamos afirmar que en nuestro país hay un choque inevitable entre una cultura del amor que se abre paso y otra cultura del odio, que niega su decrepitud y resiste el cambio.

Hemos construido hasta aquí como sociedad, un tiempo histórico signado por la construcción y la reparación de derechos, junto a la recuperación del rol del Estado en los asuntos de la vida pública.

Al kirchnerismo, expresión actualizada del movimiento nacional y popular, le cabe el logro de haber reposicionado el sentido de la política y la democracia con más inclusión social y más integración latinoamericana.

Nada le vino dado a este país desde otros confines. Nada. Todo lo que hoy tiene lo construyó con su propio esfuerzo y saber.

Acertados o equivocados, los argentinos podemos decir con propiedad y fundamento que volvimos a ser artífices de nuestro propio destino.

Si esto es así, hay que definir categóricamente que el modelo de país vigente, en términos políticos, económicos y sociales, es una construcción cultural colectiva.

Podrán arreciar las tempestades de la crisis global en los EE.UU. y la vieja Europa, pero la voluntad popular ha dicho con toda elocuencia y claridad, que los argentinos desean vivir en este proyecto de país que lidera Cristina.

Esta introducción pretende dar cuenta de la singularidad del proceso político que protagonizamos los argentinos en los últimos años y que nos convoca y estimula a valorar el hábitat cultural que nosotros mismos hemos construido.

¿Será por eso que Clarín y La Nación se oponen?

Ya peca de grotesca la furiosa y desenfrenada ofensiva mediática contra la democracia argentina.

Meten miedo todo el tiempo. Intentan cargarse el 54 % del electorado a martillazos de titulares y editoriales, escritas y habladas. Y no contentos con eso, cargan también contra algunos dirigentes de la oposición a los que ellos mismos prohijaron en tiempos del Grupo A.

El reciente episodio de pretender vanamente ensuciar la relación con el gobierno de los Estados Unidos por parte del diario de Mitre, La Nación, los ubica a la derecha del Tea Party. Esa derecha fundamentalista del país del norte, al menos, se declara fanáticamente norteamericana. Mientras que la corporación mediática cruzó hace rato la raya reservada sólo para los cipayos de peor estofa.

Lo cierto es que mientras la Argentina, Brasil, China, India y los países emergentes todos, siguen y seguirán creciendo económicamente, trastocando el viejo orden de las cosas en el mundo, la tragedia griega se extiende como una mancha venenosa.

Ya cayó Italia. Ya cayó España. Ya cayeron los pobres y las clases medias en los Estados Unidos de América. Ya cayó la educación en Chile.

Y ya cayó otro edificio en Buenos Aires y ahora amenazan con hacer caer los derechos constitucionales de los docentes porteños.

La lista sigue y amenaza con engrosarse allí donde la serpiente del neoliberalismo encuentre el terreno apto para poner sus huevos.

Después de la advertencia de la directora del FMI, Christine Lagarde, acerca de que el mundo corre peligro de ingresar a una fase de crisis terminal, de la que nos salvamos todos o no se salva nadie, según afirmó, tenemos la impresión de estar asistiendo al lanzamiento de los últimos botes que quedaban en el naufragio neoliberal y sentimos la necesidad de activar el reflejo de ponernos en guardia ante una eventual provocación de querer contagiarnos con tamaña crisis mundial.

La estrategia del poder financiero global está a la vista: resguardar a los bancos y financieras, “creyendo” que con planes de ajustes cada vez más impopulares se asegurarán el cobro de la deuda externa de los países bajo la hegemonía del anarcocapitalismo, como los denominó nuestra Presidenta en el G-20.

Hace diez años conocimos ese infierno en esta tierra nuestra. Vade retro.

Los argentinos navegamos con todas las velas al viento, creciendo, soñando, imaginando un país y un continente más justo e inclusivo.

Pero hay polizones a bordo. La necesidad de identificarlos, se ha convertido en una causa nacional.

Y lograrlo no depende sólo del gobierno, sino de la activa participación democrática de la sociedad toda.

¿Por qué debiera ser así? Porque las minorías del privilegio que provocaron la tragedia que hoy vive el viejo continente, cuentan con una infantería mediática que les abre paso a lo largo y ancho del mundo.

Ojo al piojo. Que nadie crea que nos enojamos con Clarín, TN o La Nación sólo por que mienten. La razón más profunda es porque con esas mentiras intervienen como un actor estratégico en el escenario local, intentando crear un estado de miedo, de resentimiento y de frustración colectiva que es el terreno apto para que aniden los mentores del capitalismo más salvaje que conoció la humanidad a lo largo de la historia.

El modelo argentino que lidera Cristina crea seguridad en torno a cuestiones tan elementales como el trabajo, la creciente producción industrial, la educación y la ciencia. Hacía allí van dirigidos los cañonazos mediáticos, para crear inseguridad y zozobra en la población.

Vienen de perder una gran batalla el 23 de octubre, para decirlo con términos que ellos mismos usaron. Como se mueven por senderos que están en las antípodas de la democracia, al día siguiente de aquella victoria electoral iniciaron una contraofensiva mediática para empañar el triunfo popular y avisar que ellos están allí.

Mientras la gente los identifique, no habrá nada que temer.

Además, gobiernos como el de Néstor y Cristina, no resuelven una crisis mirando para atrás, sino hacia delante, construyendo el futuro, pintando un horizonte venturoso con el pueblo.

Gobiernan pensando en el día que vendrá.

Celebremos. Ese día está llegando.

Miradas al Sur, domingo 13 de noviembre de 2011