miércoles, 30 de septiembre de 2009

HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA

El poderoso monopolio de las comunicaciones se quedó sin argumentos el día que la Presidenta, los diputados oficialistas y distintos bloques opositores, acordaron introducir al texto original, todas las modificaciones y aportes que impulsaban los actores sociales involucrados en la construcción participativa de la Ley de Comunicación de la democracia.
Les queda el meneado latiguillo de los “derechos adquiridos”, del que nos ocuparemos luego.
Pero los cortes de calles y avenidas, protagonizados por movimientos piqueteros, terminaron siendo ayer la más eficaz resistencia al que apelaron los multimedios contra la Ley.
La cobertura mediática con tono dramático que realizaron, metía miedo contra la población, advirtiendo “el caos que generan las políticas oficiales” y ya que estamos, con el agregado de que “estos piquetes suceden en el momento que se trata de imponer la “ley K” de medios”.
¡Bravo muchachos! Le están dando una buena mano a quienes intentan frenar el avance de las políticas democráticas que impulsa Cristina. Lo que con las cacerolas de la Recoleta no pudieron, buscan lograr con los cortes intempestivos de circulación.
Y esto no implica de modo alguno negar la legitimidad de los conflictos.
Pero hay que decir que muchas de estas agrupaciones le pusieron la pimienta “izquierdista” al conflicto de las patronales rurales el año pasado.
Recomendamos la más perfecta caracterización que al respecto dibujaran ayer los humoristas Paz y Rudy en el diario Página 12.
En una entrevista le preguntan a Vilma Ripoll “¿su agrupación apoya a los trabajadores de Kraft?” Y el dibujo femenino responde “Sí…en un mundo con tantas injusticias, buscamos un poco de equidad” “¿Cómo?” pregunta el periodista. Y la dirigente concluye “El año pasado estuvimos con la Mesa de enlace…este año nos toca con los obreros”
Los comentarios que sobre “el caos piquetero” hacen los voceros del monopolio son de manual. Se sintetizan en la línea de que “el Gobierno, en lugar de estar crispando a la sociedad con una ley de medios, debería ocuparse de estos cortes”
La riqueza de una acción política, social o cultural, no se expresa tanto por las respuestas que conlleva sino por las preguntas que provoca.
Es lo que viene pasando con la Ley de Comunicación que debate el Parlamento.
Agotados todos los argumentos sobre las formas y el contenido del texto enviado por el Poder Ejecutivo, aparece con total desnudez que están discutiendo un asunto de plata, de dinero, de intereses económicos, de ganar tiempo para licuar la ley hasta volverla trampa.
Los derechos adquiridos que previó el constitucionalista lo son para aquellos derechos que son vitales para la educación, la salud, la vivienda, la jubilación, el empleo y la propiedad privada en tanto no resulte invasora o negadora de otros derechos amparados en la justicia social, la democracia, la libertad.
Todas las injusticias del mundo fueron “derechos adquiridos” alguna vez. El colonialismo y la esclavitud fueron legales hace un siglo atrás. El derecho al tormento fue legal. El genocidio cultural de nuestro continente se transformó en un millón de cuerpos jurídicos que habilitaron “derechos adquiridos” de los conquistadores. Los monopolios y los oligopolios lo fueron también. La apropiación y el secuestro del fútbol televisado, ídem. Las AFJP y la mayoría de las privatizaciones espurias del neoliberalismo constituyeron “derechos adquiridos” de los privatizadores.
La ocupación pirata de nuestras Islas Malvinas, es defendida por sus habitantes y el reino inglés por semejante “valor legal”.
Con estos falaces argumentos la humanidad no hubiese avanzado ni un milímetro hacia la plena justicia de los pueblos.
El mayor tiempo que reclaman es equivalente al tiempo que les demandará transformar la ley en una nueva trampa para seguir monopolizando por los siglos de los siglos.
Se dijo en la Audiencia. O votan con el pueblo. O votan con el monopolio y la dictadura. El senador está optando.

Jorge Giles. El Argentino. 30.09.09

martes, 29 de septiembre de 2009

INVITACIÓN - 29/9 - 17.30HS



DECLARACION
CORRIENTE NACIONAL Y POPULAR
FRENTE PARA LA VICTORIA

Somos la Corriente Nacional y Popular del Frente para la Victoria.
Somos un conjunto de militantes comprometidos, con la voluntad de dejar lo mejor de nosotros en esta instancia crucial de la historia.
Nos constituimos en la convicción que el 25 de Mayo de 2003 se inició una fase decisiva del proyecto de nación que transita la patria desde su mismo nacimiento y es preciso, en consecuencia, poner todos los principios en acción para fortalecerlo.
Poder sostener y defender el modelo de país que expresa el Gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es poder profundizarlo.
En esa etapa estamos y a ella nos debemos.
Pasada la encrucijada de los últimos comicios electorales, el escenario nacional demuestra cómo la voluntad política puesta al servicio de los intereses del conjunto del pueblo, pudo restañar lo que hubo que restañar, corregir rumbos sin arriar banderas, avanzar a cielo abierto, enfrentando a las permanentes corporaciones del poder económico y mediático que operan desde las vulnerabilidades partidarias de los opositores de turno.
Somos una vertiente más en el amplio camino de construcción política, territorial y cultural que aún nos debemos como parte del proyecto.
Nos anima un deber patriótico, una mística, una historia de lucha, una memoria que está viva en nuestras conductas cotidianas.
Nos convoca sólo el desafío de ahondar este proyecto desde la modestia de nuestra cotidianidad militante, inspirados en una tradición cultural que cruza toda la historia argentina y todo el territorio de la nación.
Nos convocan desde el pié de la Patria, Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Dorrego y San Martín, y en los días más próximos, Evita y Perón.
Nos convoca el 17 de Octubre, la Resistencia y también el Cordobazo.
Nos convoca una razón de ser y de vivir, inspirados en una generación que dejó todo de sí por la construcción de un país más justo.
Nos inspiran las mujeres y los hombres que en el antes y en el ahora de nuestras utopías colectivas, supieron construir un pensamiento nacional y popular, progresista y transformador, propio y universal al mismo tiempo. Estamos pensando en la FORJA de Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz, en Hernández Arregui y Rodolfo Puiggros, en el testimonio inclaudicable de Rodolfo Walsh y en el compromiso intelectual de los compañeros y compañeras que hoy conforman Carta Abierta.
Nos comprometemos a militar la unidad frentista de todos quienes reconocemos en la conducción y el liderazgo de Néstor Kirchner, la posibilidad concreta de superar las injustas desigualdades que aún castigan a los sectores más humildes de nuestro pueblo.
Con esta voluntad venimos a dar el presente, contribuyendo solidariamente al debate colectivo, con un Documento político de este nuevo sueño organizado.-

Buenos Aires, Septiembre de 2009


Mesa Nacional:
Jorge Giles –Carlos López – Alberto Vulcano –Enrique Deibe – Horacio Gonzales –Ignacio Velez –Nora Jiménez –César Nuñez –Agustín Colombo Sierra –Silvia Risko.
Integran la Corriente: Cristina Álvarez Rodríguez –Lilia Walsh – Sergio Fernández Novoa- Néstor Piccone- Luis Lázaro- Hugo Barcia y otros.

“¿Padres de la patria o hijos del monopolio?”

Así se preguntó ayer una cronista de una FM barrial que analizaba la ronda de audiencias en la Cámara alta por el proyecto de Ley de Comunicación de la democracia.
Hay quienes sostienen que los diputados son los representantes del pueblo y los senadores, los “padres de la patria”. Una exageración, sin dudas.
Pero preferible a cualquier prestación de servicios de origen dudoso.
Los muros pintados por la militancia, son acompañados en estos últimos años por otros medios de comunicación, tan modernos como populares.
Las radios comunitarias, los blogs, los correos electrónicos.
Todo sirve para la bella frescura de los jóvenes cronistas de nuestro tiempo.
Hay que leerlos y escucharlos, por que de ellos será el reino de las comunicaciones en un futuro muy próximo.
Lo saben las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo que debieron peregrinar su calvario durante la dictadura y aún después, llevando sus laboriosos comunicados para una prensa local, generalmente esquiva.
Ayer pasaron por el Senado. Pero, qué extraño, la televisión no transmitió en vivo y en directo.
Pudieron decir con la digna voz de Hebe de Bonafini que “esta ley de la dictadura es una vergüenza para el mundo. No nos tenemos que seguir avergonzando. Nos tenemos que sentir orgullosos de que hubo 156 periodistas que prefirieron morir a callarse la boca”
Nadie con más autoridad moral que los familiares de los 30.000 desaparecidos para poner las cosas en su justo lugar. Sin odios, sin resentimientos, sin revanchismos. Simplemente mostrando sus propios dolores, su historia, sus expectativas, sus enormes ganas de ver sancionada, en los próximos días, la Ley que nos debe la democracia desde hace 26 años.
Después, vendrán las perfecciones, la prosa fina del texto final. Pero, cualquier demora, sonará a emboscada.
Todos saben que es así. Y saben que nada volverá a ser como antes de este debate.
La mentira planificada de los monopolios y de sus voceros políticos, está sentada en el banquillo de una sociedad que quiere ser libre, pero libre de veras.
Hablaron en la audiencia, además de los organismos de Derechos Humanos, representantes de los maestros, de las radios del interior, de los trabajadores de prensa. Hablaron los protagonistas de carne y hueso de la comunicación. Y entonces se cayeron las máscaras de los que vienen hablando en su nombre, interpretando sus necesidades y los presuntos riesgos que corren.
Fueron muy claros ante el verdadero interrogatorio al que lo sometieron los senadores de la oposición que parecían querer obligarlos a que digan que hay que modificar el proyecto.
El consenso que pregonan algunos senadores, debe ser el consenso con los sectores sociales, no con los intereses de los monopolios.
En la defensa de la libertad, no hay derecho a equivocarse después del crimen de Cabezas, ni después que radio “Mitre” del monopolio “Clarín”, mancilló el nombre de Adolfo Castelo y lo siga haciendo pese al pedido expreso de sus hijas para que no lo hagan.
El monopolio tiene poder, lo que no tiene es moral.
Hay una sociedad que está mirando. Y seguramente juzgará el comportamiento de cada uno.
Ya lo está haciendo.
Hay que leer los resultados de las elecciones en Salta y en Santa Fe el domingo pasado para contextualizar la derrota estruendosa de dos de los más relevantes dirigentes del llamado “PJ disidente”, Juan Carlos Romero y Carlos Reutemann
Una publicación decía ayer que Reutemann perdió hasta en el casco de su estancia.
El triunfo del socialismo santafesino es complementado por otros dos datos muy significativos: uno, que el Frente para la Victoria que había perdido en Rosario en el 2007 por una diferencia de 24 puntos, este domingo arañó el primer lugar, quedando sólo 4 puntos abajo; y otro, que los candidatos amigos de la patronal rural, perdieron rotundamente en las ciudades donde se presentaron.
Ya viene alumbrando un nuevo día. Aunque los grandes diarios sigan titulando que oscurece siempre.



Jorge Giles. El Argentino. 29.09.09
http://www.elargentino.com/nota-59897-Padres-de-la-patria-o-hijos-del-monopolio.html

lunes, 28 de septiembre de 2009

UNA RAZÓN DE VIVIR, VÍCTOR

La vida vale en tanto haya una razón de vivir, como dice Víctor Heredia en una de sus más bellas canciones.
La democracia, como la vida, también vale en tanto sirva para vivir mejor, para profundizar la justicia social y tener la palabra liberada y sin mordazas.
Invocamos esta canción al empezar una semana que será trascendente para el camino que viene recorriendo desde hace 26 años la Ley de Comunicación.
Atrás, la dictadura. Ahora, la democracia.
Todo lo que se haga para demorar la sanción de la nueva norma legislativa olerá a negocios turbios. Devolver el proyecto de Ley a Diputados, sonará a derrota popular y triunfo de los intereses exclusivamente monopólicos.
¿Quieren más tiempo para qué?
¿Para especular con la continuidad de los monopolios?
No hay nada que no se pueda contemplar en la promulgación y la reglamentación de una Ley por parte del Poder Ejecutivo.
Es lo que sucede después del paso parlamentario de una Ley. De ésta y de cualquier otra.
Sanciona el Senado, pasa al Ejecutivo, la promulga, la reglamenta, se constituyen las autoridades de aplicación previstas por el texto legal, se reúnen y recién allí fijan los plazos del calendario, otorgando audiencias a los presuntos afectados para acordar los plazos más convenientes.
Todo ese trámite lleva mucho más de un año. Esa es la verdad.
No hay más excusas.
Por eso, para frenar la Ley el monopolio tendrá que tener de su lado a voluntades legislativas complacientes. ¿Les alcanzará?
Son aquellos que se desvelan por los presuntos “derechos adquiridos” de las corporaciones, pero “no dicen ni mu” por los derechos vulnerados a las organizaciones libres del pueblo.
¿O las radios comunitarias, las cooperativas telefónicas y los pueblos originarios clamaron por no tener la Ley así como está?
Se lo vamos a responder a los senadores de la oposición, que el viernes brillaron por su ausencia: todos, absolutamente todos los sectores populares y profesionales de los pequeños y medianos medios de comunicación dijeron que quieren ya la nueva Ley.
Y dicho con todo respeto ¿No sentirán un poquito de vergüenza haberse rasgado las vestiduras senatoriales para que el Proyecto sea debatido, no en una como marca el Reglamento, sino en cuatro comisiones del Senado y cuando éstas se constituyen, dejan las sillas vacías?
¿O sólo están cuando se trata de defender a los monopolios?
¿O sólo hablan cuando están las cámaras de la televisión en vivo y en directo?
¿O creerán que las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo hoy pedirán más tiempo? ¿Los sindicatos que irán pasando por la Audiencia Pública, los de la CGT y los de la CTA, reclamarán por un punto y coma del texto para que vuelva hasta el infinito a Diputados?
Ya pasaron por otras Audiencias y fijaron su posición a favor de la Ley.
¿Qué les pasó a los senadores opositores para tirar su honra a los perros y actuar cual fieles abogados defensores de los monopolios?
En un prestigioso programa de radio, por la media noche, le preguntaron a Víctor que sentía por la actitud de los senadores radicales, y respondió lacónico y tajante: “tristeza”.
“Para aligerar este duro peso de nuestros días, esta soledad que llevamos todos, islas perdidas. Para descartar esta sensación de perderlo todo, para analizar por donde seguir y elegir el modo. Para aligerar, para descartar, para analizar y considerar, sólo me hace falta que estés aquí con tus ojos claros…ay fogata de amor y guía, razón de vivir mi vida…”
La poesía se adelantó al debate de la democracia, en el deseo de tener las herramientas para que se escuchen todas las voces populares que aligeren, descarten, analicen y consideren nuestra razón de vivir.
Claro, un monopolio no está en condiciones de tener ni perder un unicornio azul.
Un monopolio sólo sabe de intereses económicos. No sabe de canciones ni poesía.
Esas son cosas del pueblo y sus cantores populares.
¿Lo entenderán igual los senadores?

domingo, 27 de septiembre de 2009

EN DEFENSA DE ESTA PRIMAVERA

Habrá que decir que a lo largo de estos años, pocas coyunturas políticas fueron tan profundas como esta.
Habrá que anotar en la memoria, que esta vez la primavera vino cargada de presagios de un nuevo tiempo para la democracia.
Con la Ley de Comunicación que se debate a duelo en el Senado, se recuperarán del olvido las voces del niño de la Puna, del gran Chaco y de la Patagonia, del obrero peleando por un trabajo digno, de la maestra, del profesional, del artista, del intelectual, del artesano, de los pueblos originarios.
Por eso es importante que sigamos observando las diferentes posturas que los legisladores asumen en el debate parlamentario y en la puesta en escena que realizan a través del desfile por los medios.
Están dictaminando en nuestro nombre. Aunque no parezca cuando algunos se enardecen defendiendo los intereses de las empresas monopólicas y se olvidan que están allí para defender el bien común, empezando por el bien público.
En defensa de esta primavera habrá que inscribir la próxima sanción de la Ley.
Algunos logros ya se pueden ir anotando en el tablero de la pugna por más o por menos democracia en las comunicaciones.
Cuando empezó a correr este reloj que hoy marca nuestras horas, eran muchos los que negaban la existencia de monopolios. Y hoy, como dijo Cristina, ya se discute sobre cuál es el peor de los monopolios.
Antes de esta discusión que atraviesa toda la sociedad, el titular de un gran diario, la imagen desolada y despueblada de una pantalla televisiva, más la voz latosa y gangosa de una radio de alcance universal, eran la verdad absoluta, un pesebre de deidades indiscutibles, una sentencia y un dogma a seguir a pie puntilla.
Sin embargo hoy, aprendimos el arte de desconfiar en defensa propia, de mirar la marca antes de consumir a ciegas, de leer la fecha de vencimiento, de ligar la fuente con lo que se afirma.
En definitiva, sabemos que nos mienten o al menos no nos dicen toda la verdad.
Que es más o menos lo mismo.
Un gigantesco avance para la cultura de un pueblo inteligente y soberano. Pequeñas batallas ganadas que anteceden al triunfo final.
El fútbol para todos y la decisión presidencial de eliminar el delito de calumnias e injurias para la prensa, para que todos puedan ver, oír y decir lo que les venga en ganas, es un triunfo de la democracia, que vino de la mano de este Gobierno y esta sociedad capaz de discernir sobre su propia suerte.
En defensa de esta primavera habrá que anotar que la Argentina volvió al concierto de las 20 grandes naciones del mundo en un pie de igualdad. Pero con una diferencia respecto a un siglo atrás, cuando se era potencia y granero del mundo al precio de ser “la más preciada joya del imperio británico” como dijo un ministro de la vieja oligarquía.
Esta vez, por el contrario, entramos por la puerta grande del mundo sin arriar las banderas del pleno empleo, la producción, la democracia, los derechos humanos, la inclusión social, el multilateralismo.
Y la unidad inquebrantable con los países hermanos de América Latina.
Como dice Néstor Kirchner, “vaya con la diferencia entre un centenario y otro”.
Este domingo primaveral hay motivos para encender la esperanza. Pero también para estar alertas. Faltan apenas días para llegar al 7 de octubre y sacarnos las mordazas del monopolio de la información.
¿Leyó usted algún titular con la formidable noticia que la economía volverá a crecer en este último trimestre? ¿Y leyó en alguna tapa, a todo color, que la Argentina forma parte del nuevo polo mundial donde se discuten las nuevas reglas del juego democrático internacional?
Por el contrario, bombardean diariamente con un crónico pesimismo y con la infamia de un “país aislado”. Son ellos ese país que está solo y al que nadie espera.
Que nadie permanezca indiferente en esta hora crucial. Es casi un mandato de la historia.
Y una forma de devolverle una flor a esta primavera que recién comienza.


Jorge Giles. El Argentino. 27.09.09

Tenía que ser octubre para alumbrar la Ley

El curso de la coyuntura provocó extrañas mutaciones en algunos medios. El diario “La Nación”, por ejemplo, reivindicó piquetes y tomas de fábricas cual si fuese un boletín de izquierda y el grupo “Clarín” husmea en la historia del movimiento popular para atacar al Gobierno.
Todo vale a la hora de apropiarse de la palabra para fragmentar la sociedad.
Son días de cuidarse de las emboscadas mediáticas. En las intrigas y conspiraciones, superan, con su dosis de perversidad, la imaginación de Alfred Hitchcock.
Octubre es un mes de evocaciones trascendentes. Alcanza con decir que un 17 de ese mes, en 1945, irrumpieron para siempre los trabajadores, los sectores medios, el pueblo real y concreto, inaugurando un ciclo histórico que aún está por fructificar uno de sus mejores logros.
Un ciclo que sigue abierto, una historia inconclusa, dolorosamente esperanzada.
Por eso tenía que ser octubre cuando alumbre la nueva Ley de Comunicación de la democracia.
Habrá un antes y un después del debate coral en el Parlamento.
Cada legislador cargará de ahora en más, con la honra o la deshonra del deber cumplido. Dependerá del lugar que cada uno haya ocupado en la faena.
Al servicio de la democracia o al servicio de los monopolios.
Pocas veces la historia del Congreso registró actitudes bochornosas como las que pudimos ver en estos días, en vivo y en directo.
Los senadores opositores sobreactuaron la defensa de las empresas monopólicas con mayor énfasis que los mismos propietarios y voceros de esas empresas.
No intentaron siquiera el buen gusto de la sutileza para expresar sus discursos en el Senado.
Arremetieron contra Gabriel Mariotto y Tristán Bauer con la ferocidad del fiscal que niega la legitimidad del Estado para recuperar la soberanía de la palabra a través de una nueva legislación.
Este plano de la realidad domina por sobre los demás planos en tanto genera una tensión pocas veces vividas durante estos 26 años en democracia.
Además, lleva a suponer que estamos en el preludio de una nueva etapa política y que ésta se hará efectiva a partir de la sanción definitiva de la Ley.
El debate parlamentario fue una pantalla partida mostrando distintos modelos de sociedad, de intereses y conductas contrapuestas.
Están en pugna los dos escenarios posibles para celebrar el próximo Bicentenario patrio. Con monopolio comunicacional o con mayor cuota de democratización para el conjunto de la sociedad.
En el panel contra el Proyecto de Ley convocado por la denominada “Fundación Libertad” en la ciudad de Rosario, se mostraron juntos, Daniel Vila, el socio de Francisco de Narváez, un periodista del diario “La Nación” y Vicente Massot, dilecto amigo y defensor público de varios genocidas.
Los panelistas abundaron en las acusaciones de corte ideológico contra los principales dirigentes políticos del oficialismo. El más anacrónico y rabioso macartismo, al que muchos creían superado por el ejercicio de la democracia, volvió a la carga en boca de los disertantes. No defendían sólo la libertad de empresa, sino las mismas ideas que se impusieron con el terror de la dictadura y la “doctrina de la seguridad nacional” de tan tristes consecuencias.
Claro, son dueños y/o voceros de empresas multimedios, confesos simpatizantes de ideas de la derecha más retrógrada.
Por eso mismo, resulta escandaloso el sometimiento colonizado de aquellos legisladores opositores que no titubearon en cuestionar el articulado del Proyecto de Ley referido a los intereses económicos de las empresas monopólicas afectadas. No encubrieron sus intervenciones en la defensa del derecho de los ciudadanos a tener una mejor radio y una televisión más culta y educativa. Defendieron el presunto “derecho adquirido” por los monopolios y la necesidad de facilitarles todos los años que demanden para la reconversión técnica que, hipotéticamente, les demande la futura legislación democrática. Es una falacia total. La senadora Blanca Osuna, dio cuenta de esta situación con palabras mesuradas y respetuosas. Pero que dejaban traslucir el llamado casi angustiante a que asuman el origen de sus mandatos institucionales, que no es justamente el de ser defensores de las empresas privadas sino del bien público, del derecho de los niños y los jóvenes a ser contemplados en una nueva Ley de la democracia. Si bien se dirigió a todos sus colegas por igual, esas palabras fueron destinadas a los legisladores opositores. Ninguno acusó recibo de las mismas.
Atrás había quedado la anterior situación creada con el artilugio de la falta de tiempo suficiente para tratar el Proyecto, el peligro de las telefónicas, la autoridad de aplicación y las cuatro comisiones que solicitaban en la Cámara alta.
Despejado el argumento sobre las formas, los protagonistas se vieron y se ven obligados a debatir el contenido del texto y asumir entonces, su propia opción.
Más allá de nuestras fronteras, dos sucesos conmovieron la región y el mundo.
El regreso a su país del Presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, reavivó la resistencia nacional e internacional contra los golpistas que el pasado 28 de junio lo destituyeran, dejando ver la bestialidad de un régimen dictatorial que reprime al pueblo hondureño y ataca la Embajada de Brasil donde se aloja el legítimo Presidente.
La rápida respuesta internacional esta vez no se hizo esperar. Sin embargo, el golpe cívico militar demuestra una porfía que, por su permanencia, sólo es imaginable con un poder de fuego muy pesado, radicado en algún otro punto del verdadero poder que lo sostiene.
Nuevamente, fueron la Presidenta argentina y el Presidente Lula los protagonistas a la hora de liderar la defensa de la democracia en un país hermano del continente latinoamericano. Habrá que seguir de cerca el desarrollo de la resolución final de esta crisis, en la certeza que, en verdad, se está jugando la fortaleza del sistema democrático y el poderío de los países que decididamente se enfrentan a los golpistas.
O pasa el golpismo o se consolida la democracia.
Más al norte, la Asamblea de las Naciones Unidas y la Cumbre del G-20 parecieran indicar el inicio de una nueva agenda. El vértice del poder se amesetó y del G-8 se pasó al G-20. Argentina está entre ellos. ¿Salió en algún titular argentino?
Ya no pregonan la flexiblización laboral como en la cumbre anterior. Con la incorporación de la OIT propuesta por la Argentina, se avanzó en promover al trabajo decente y la producción como ejes articuladores de un nuevo orden mundial, que todavía deberá vencer el acoso del planeta neoliberal y financiero que pugna por volver a las condiciones que regían antes de la crisis global.
La tabla evangélica del pensamiento único, del unilateralismo, del valor de lo financiero por encima de lo productivo, pareciera haber encontrado su última estación.
De todos modos, Cristina fue la imagen de la inserción argentina en el mayor plano internacional, reafirmando la prioridad de su gobierno en el empleo, como articulador social de un nuevo desarrollo y en el mercado nacional y regional como la frontera común del mismo.
La actual coyuntura pareciera ir trazando las líneas de un horizonte no tan lejano.
Que se empiece a hablar de la candidatura presidencial de Mauricio Macri, licenciado en “fascismo” a estar por sus estridentes declaraciones, está indicando la profunda crisis de la derecha nativa.
Obligado por la deserción de Carlos Reutemann y la caída vertical de Elisa Carrió, el jefe de gobierno porteño es empujado a salir al ruedo en el intento de reagrupar las filas partidarias que representan los intereses económicos y sociales de una minoría privilegiada. La derecha atendida por sus propios dueños, como oportunamente se dijo. Deberá pasar por el trance de dirimir el liderazgo del espacio opositor con Julio Cobos.
La vergonzosa actitud antirepublicana de quien es Vicepresidente de la Nación y jefe opositor al mismo tiempo, parece estar licuando vertiginosamente la figura del mendocino. Debería apurarse por adecentar su conducta, si quiere pretender al menos un certificado de idoneidad para correr la próxima maratón presidencial.
En la otra orilla, los sectores del cambio, nucleados en el espacio nacional y popular, avanzan en la ampliación de sus fuerzas. Se definen por sus aliados, pero mucho más por los enemigos que cosechan con las medidas estructurales que encara Cristina.
Un amplio abanico de sectores políticos, sociales y culturales, considera posible y necesario, la configuración de un polo que se aglutine alrededor del liderazgo del ex Presidente Néstor Kirchner, en la construcción de un proyecto político que pueda expresar genuinamente la defensa, la continuidad y la profundización de los cambios producidos en estos últimos años.
Pero falta mucho tiempo para que maduren todas las brevas. Antes, habrá que disfrutar, ya con la nueva Ley de Comunicación, el próximo y primaveral mes de octubre.



Jorge Giles. Miradas al Sur. 27.09.09

viernes, 25 de septiembre de 2009

DISPAREN CONTRA EL SENADO

Hay que prestar atención al debate que se inició ayer en el Senado de la Nación sobre el Proyecto de Ley de Comunicación de la democracia.
Por allí anda la pasión de la historia, diría Scalabrini Ortiz. Y anda la sombra luminosa de Lisandro de la Torre.
Es un debate político a favor o en contra de la libertad de la palabra. Es decir, a favor o en contra de los monopolios.
Aunque se escandalicen los profetas del olvido, en los momentos cruciales de la historia los pueblos caminan por un desfiladero que sólo deja lugar para dos opciones posibles.
Con San Martín o con los godos. Con Hipólito Irigoyen o con el golpista Uriburu. Con Perón o con los fusiladores de la “revolución libertadora”. Con la democracia o con Videla. Con Alfonsín o con los “carapintadas”. Con los trabajadores o con el neoliberalismo. Con De La Rúa o con el pueblo en las plazas.
En un nivel de tensión semejante, y con la garantía del ejercicio pleno de la democracia, los argentinos estamos en las puertas de un salto de calidad en la construcción de ciudadanía. Es ahora o nunca.
El debate nos permite ver en vivo y en directo a quienes husmean en los recodos más íntimos del Proyecto para encontrar la ocasión de asestar un golpe a la Ley, defender la vigencia de la legislación de la dictadura y la continuidad de los monopolios.
Son legisladores elegidos por el voto popular, aunque usted no lo crea.
Luego de las consideraciones expuestas por Gabriel Mariotto y Tristán Bauer, desde algún lado pareció venir la orden de abrir el fuego discursivo contra los funcionarios.
Los opositores, preguntaron y repreguntaron como si fuesen fiscales contra el Estado, contra la cosa pública, contra la sociedad. Algunos, incluso, actuaron como auténticos abogados defensores del monopolio mediático.
No argumentaban a favor de los derechos de los ciudadanos, ni de una mejor televisión y una mejor radio, sino a favor de las empresas. Parecían un clon de Marcelo Bonelli.
Concurrieron encolumnados tras la consigna fundamentalista de “la defensa de la propiedad privada”.
Pero son miembros de un poder del Estado, aunque usted no lo crea.
No preguntaban; interrogaban, que es muy distinto. Defendían el poder de las corporaciones mediáticas y menoscababan el derecho del pueblo a tener su propia Ley.
Indagaban con la inocencia de monjes de clausura y sentenciaban con el odio de los inquisidores.
Pese a ellos mismos, lo importante es que un Parlamento que antes debatía en penumbras el descuento del 13 % a los jubilados, la entrega del patrimonio público a manos privadas y las leyes del olvido y la impunidad, hoy debate para dejar atrás un triste resabio de la dictadura, como pretende esta Ley.
Es todo un signo de vitalidad para la democracia, que pone en evidencia cuánto hemos avanzado en estos últimos años. Aunque la oposición no lo crea.
Por primera vez, en 26 años de democracia, un Gobierno y un Bloque oficialista, defienden el derecho a tener una Ley que regule los medios y evite el monopolio; en tanto los opositores, asumen el oscuro papel de defender los intereses de los propietarios de esos grandes medios, citando descaradamente a la SIP, organismo empresario que defendió a la dictadura.
Anótelo en su memoria. Y acuda a ella toda vez que elija algo.
La crónica de lo sucedido en el Senado está a la vista de todos.
Nadie tiene excusa para escapar por la tangente, criticando las formas, la escasez del tiempo y la estética nacional y popular del oficialismo.
No están las telefónicas, se amplió la autoridad de aplicación y se giraron a cuatro comisiones en el Senado.
Por eso ahora se muestran con sus argumentos al desnudo. Prefieren la continuidad de un decreto-ley de la dictadura antes que una Ley perfectible de la democracia.
Pero es un avance que el Parlamento argentino esté procurando la profundización y ampliación de la democracia y no su achicamiento, como lo supo hacer durante gobiernos anteriores.
Y no es poca cosa para ir festejando.



Jorge Giles. El Argentino. 25.09.09
http://www.elargentino.com/nota-59493-Disparen-contra-el-Senado.html

jueves, 24 de septiembre de 2009

UNA CARICIA AL ALMA

Fueron las palabras que utilizó la Presidenta argentina para valorar el mensaje del Presidente de los EE.UU., Barack Obama, ante la Asamblea de las Naciones Unidas, convocando a la paz y el entendimiento entre Israel y Palestina.
Cristina condenó con toda dureza y claridad al golpe cívico mediático de Honduras, que por estas horas reprime a su pueblo, corta la luz de la Embajada argentina y ataca a la Embajada de Brasil donde está refugiado el Presidente constitucional Manuel Zelaya.
Reclamó nuevamente al gobierno iraní por el esclarecimiento judicial del atentado a la AMIA.
Finalizó su discurso, reafirmando la bandera de la democracia, la vigencia de los derechos humanos y el multilateralismo efectivo entre todos los países, sean ricos o pobres.
La Presidenta se mueve como pez en el agua en este contexto internacional, signado por las consecuencias de la crisis global.
Corre con la ventaja de presidir un Gobierno que arrancó temprano en la tarea de enfrentar las primeras oleadas del tsunami neoliberal, en el 2001 y el 2002.
Cristina señaló en sus conferencias que, desde la gestión del Presidente Néstor Kirchner en adelante, el país recuperó el rol primordial del Estado en los asuntos públicos que conciernen a la vida y la suerte de los ciudadanos, dejando atrás una era de hielo en que el dios mercado y el poder financiero destrozaron los ahorros, la producción y el trabajo de los argentinos.
La agenda presidencial en los EE.UU. está cargada de reuniones con empresarios, académicos, presidentes de países amigos, como España y México, y se aumenta con los pedidos de audiencia que recibe la Embajada argentina por parte de importantes personalidades.
Junto a otros presidentes de la UNASUR, la Presidenta se reunió con Clinton y compartió un almuerzo con Obama.
Esta Asamblea, indica que el mundo está girando alrededor de más democracia.
Y que Argentina está más inserta que nunca en la nueva agenda mundial.
Seguramente, se tardará un largo tiempo antes que el envión inicial adquiera un ritmo sustentable, duradero y previsible.
Escuchar a Obama exaltar el multilateralismo y definir sin ambigüedades, que son ellos, los países más desarrollados e industrializados, quienes más daños causaron al medio ambiente, es una muestra cabal de los cambios que se avecinan.
Mientras tanto, la nueva Ley de Comunicación de la democracia avanza, generosa, en el Senado de la Nación.
A propósito, ¿se acuerda de ese dúo imperdible que una vez conformaron Jorge Luz y Jorge Porcel, haciendo el exitoso programa de TV, "La Tota y la Porota?"
Eran dos vecinas muy chismosas, que se la pasaban criticando a quien se les viniera en ganas. Cuando no acertaban en encontrarle fisuras a la víctima circunstancial, sus chismes rondaban sobre la pintura de uñas que usaba, la cartera y el vestido que lucía, etc. Eran muy graciosos.
Pero, que haya dúos de pretendidos analistas políticos televisivos, repitiendo aquel guión, es una falta de respeto a los cómicos argentinos.
Algunos aparecen en las pantallas una vez por semana y otros, todas las noches. Es una pena que trunquen el prestigio profesional que, quizás, se merecen por méritos propios, en el afán de defender apasionadamente al monopolio de Clarín o el de De Narváez, Vila y Manzano; en definitiva, empañan su carrera defendiendo la ley de la dictadura y los poderes económicos corporativos.
Con el nuevo gesto de amplitud del bloque oficialista, girando el Proyecto a cuatro comisiones, los opositores ya no tienen argumentos basados en los procedimientos democráticos para oponerse.
Claro, nada los conforma, por que sólo tratan de dilatar el debate hasta el infinito, si les fuera posible,
Ahora sí se mostrarán, impúdicamente, como defensores de los monopolios, en el último intento de ganar en un artículo todo lo que llevan retrocediendo con la Ley en general. Desconcierto opositor total.
Que nos gobierne un proyecto de nación, esa sí que es otra caricia al alma.


Jorge Giles. El Argentino. 24.09.09

miércoles, 23 de septiembre de 2009

LA ARGENTINA EN MOVIMIENTO

“Un día todos los elefantes perderán la memoria. Todos, menos uno”
Cobijados por este antiguo proverbio, y mientras contamos las horas que faltan para tener una nueva Ley de Comunicación de la democracia que deje atrás para siempre a la dictadura, analicemos algunas cuestiones que impactan sobre la realidad.
*La situación en Honduras es la continuidad, a escala del siglo XXI, del golpismo antidemocrático del siglo pasado.
*El último llamado a un “cacerolazo” contra el Gobierno nacional fue un fiasco total.
*La marcha hacia La Plata con la que venía amenazando la Mesa de enlace de los patrones rurales, apenas reunió un puñado de personas.
*La Presidenta desarrolla en los EE.UU. una agenda internacional estratégica para el país.
*El índice oficial dice que la pobreza bajó en el último año del 17,8 % al 13, 9%.
¿Qué nos dicen estos datos apuntados sobre la marcha en el día de ayer? Veamos.
Desde el mismo instante en que se conoció la noticia sobre el golpe cívico militar que destituyó al Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, nuestra Presidenta asumió un liderazgo y una presencia que mereció calificativos antagónicos, según su origen.
El macrismo, durante un clásico almuerzo televisivo opositor, reprobó y hasta se mofó de la preocupación presidencial en defender la democracia hondureña.
En cambio, los pueblos y gobiernos latinoamericanos expresaron su admiración por el coraje de Cristina al trasladarse al epicentro de la tragedia.
Hoy es el Brasil del Presidente Lula quién sigue aquellos pasos de dignidad refugiando en su Embajada al mandatario destituido.
El mundo mira angustiado ese estadio de béisbol con centenares de presos de una dictadura que ya se parece al estertor maloliente del dictador Pinochet.
¿Qué guió aquella vez a Cristina, sino la memoria de nuestros propios dolores?
El “Nunca más” vale para nosotros y para toda América Latina.
El vertical descenso en la capacidad de convocatoria de los más fanatizados opositores al Gobierno, está indicando una pérdida de credibilidad ante el amplio abanico social que hace apenas un año cautivaron con la colaboración interesada de los grandes medios de desinformación.
La historia se mueve hacia adelante mientras los opositores caminan para atrás. Alguien debería avisarles que el país es un reloj en permanente movimiento.
No atrasa ni adelanta. Funciona.
Que la Presidenta argentina brinde sendas exposiciones en la prestigiosa Universidad de Columbia y luego ante un nutrido auditorio de importantes compañías inversoras, defendiendo el proyecto de país que desarrolla su gobierno, el rol del Estado, la defensa de la producción y el trabajo y que en ambos lugares, sea aplaudida de pie durante varios minutos, sinceramente ¿no es para que se sientan orgullosos todos los argentinos, sean oficialistas o no?
Sólo el odio y el resentimiento, oscurecen y enturbian el entendimiento.
El índice de pobreza está marcando una tendencia. Exactamente en el sentido inverso del modelo económico que pregonan los líderes de la derecha opositora.
Mientras haya un pobre, un excluido social, no estaremos alegres sino con una razón para seguir peleando por la justicia y la equidad.
Pero lo que nutre la esperanza, es saber que venimos de una línea de pobreza que se ubicó entre 1996 y el año 2000 entre el 28 y el 29 % de la población y que la curva de personas bajo esa línea, ascendió en el año 2002 al 54,3% de la población. Lo leyó bien.
De allí salimos. De aquel drama social nos venimos recuperando en los años que siguieron a la asunción de Néstor Kirchner como Presidente de la Nación.
Esto es lo que hay que valorar. Un país que se mueve en dirección de la inclusión, de mayor empleo y que en medio de la mayor crisis global del capitalismo, mantiene su capacidad de reserva en 45.500 millones de dólares. Y aún así, no se conforma.
La rebeldía ante las injusticias es el motor del desarrollo.
¡Que venga ya una nueva Ley de Comunicación que permita valorar estas cuestiones!



Jorge Giles. El Argentino. 23.09.09
http://www.elargentino.com/nota-59146-La-Argentina-en-movimiento.html

martes, 22 de septiembre de 2009

LOS SOSPECHOSOS DE SIEMPRE


Lo que le vamos a contar ahora no tiene desperdicios. O está lleno de ellos. Según el diario "La Nación", más otros testigos inoportunos, el miércoles pasado, mientras los diputados sesionaban en la Cámara baja, muy cerca de allí, en un salón del hotel Savoy, instalaron una "mesa de arena" donde se representó la sesión legislativa, con muñequitos de cartón que representaban, con colores distintos y en degradé, las eventuales posiciones que asumirían los diputados a la hora de pasar a votación el Proyecto de Ley de Comunicación Audiovisual.
En la sala donde se realizaban las "maniobras", los celulares se ponían al rojo vivo con el paso de las horas.
¿Sabe quiénes habrían sido los "comandantes" del operativo? El ex senador Eduardo Duhalde y el que acuñó en tiempos de Menem la frase "robo para la corona", José Luis Manzano; hoy socio de De Narváez.
El clima era tenso, alborotado y ansioso. Los personajes que entraban y salían eran altos directivos de la corporación mediática y dirigentes políticos de un porte semejante a los nombrados.
Las frases más escuchadas se referían al intercambio de agendas y contactos para "cazar" legisladores y convencerlos que voten en contra o al menos, se abstengan.
Pasadas las primeras horas, y viendo que el bloque oficialista estaba muy firme en sus convicciones, que el socialismo reafirmaba su coherencia de principios respecto al tema y buena parte de otros legisladores progresistas adelantaban su decisión de votar afirmativamente, los "comandantes" decidieron impulsar el abandono urgente del recinto de los bloques liderados por Francisco De Narváez y Federico Pinedo, el autodenominado "PJ disidente", la UCR oficial y el grupo de Elisa Carrió.
Uno de ellos aseguraba con un tono altanero "acuérdense lo que les digo, yo sé de estas cosas; cuando se vayan los nuestros, medio bloque oficial también se irá".
Y un empresario de los medios, agregó muy canchero "ese es el momento de sacar una buena foto para terminar de destruirlos con la tapa de mañana".
A esta circunstancia, se refiere en parte, la nota publicada ayer en El Argentino con el titulo "La foto que no pudo ser".
El final parlamentario ya es conocido.
Salvo el centenar de legisladores opositores de la derecha, todos los demás se quedaron, debatieron, parlamentaron y votaron.
Lo que se dice, una derrota estrepitosa para los que ponían y sacaban los muñecos de cartón.
Se oyeron reproches mutuos y las caras largas barrieron las alfombras del salón.
Sigilosamente, partieron en sus poderosos automóviles, tras ordenar a sus auxiliares una limpieza prolija de la escena operativa.
¿Qué había sucedido ese día?
Ganó la política, ganó la democracia, ganó el derecho de los pueblos a vivir sin monopolios, a comunicarse libremente, sin ataduras ni mordazas.
Los "operadores" de la vieja política se quedaron anclados en un pasado donde los multimedios movían a algunos políticos como muñecos de cartón. Compraban o alquilaban voluntades con la "banelco" o la chequera o la billetera corruptora. Por eso ahora algunos de esos personajes, apelan al golpe bajo para intentar manchar a los dignos legisladores que simplemente cumplen con su deber de legislar en nombre del pueblo y no de un monopolio.
"El ladrón cree que todos son de su misma condición" respondieron con distintos matices, Agustín Rossi y el Gobernador Binner a las desaforadas críticas de un Reutemann que se quedó sin nafta nuevamente.
Mientras alumbra en el Senado la sanción definitiva de la Ley, el Presidente Zelaya nos emocionó con su regreso a Honduras y la Presidenta se entrevistó en Nueva York con el Nobel Joseph Stiglitz y el Director del BID; además, recibió la confirmación que la Cumbre Iberoamericana del 2010 se realizará en nuestro país y brindó una cátedra en la Universidad de Columbia.
Allí pronunció una frase que los huéspedes del Savoy deberían leerla, aunque no la entiendan jamás:
"Hay quienes saben de todo pero no entienden nada. Y hay quienes no saben tanto, pero entienden todo"


Jorge Giles. El Argentino. 22.09.09
http://www.elargentino.com/nota-58964-Los-sospechosos-de-siempre.html

lunes, 21 de septiembre de 2009

LA PRIMAVERA PROGRESISTA

Allá por 1973, se produjo lo que dio en llamarse “la primavera camporista”.
Con Héctor Cámpora en la presidencia, el país vivió un breve interregno histórico signado por cambios profundos en la orientación y el mensaje del gobierno democrático elegido el 11 de marzo de ese año.
En la memoria colectiva y en el registro de la historia, quedó impresa la extraordinaria participación dinámica de la juventud de ese tiempo, las masivas movilizaciones populares, así como en su reverso y con mayor impacto y dramatismo, se apuntan las agudas contradicciones en el campo popular.
Esa primavera fue el rasgo de una época. Importa el comportamiento de sus protagonistas, saber de sus potencialidades y sus limitaciones a la hora de hacer la historia, en el barro de la historia, con sus pulsiones y sus emboscadas, para sacar enseñanzas que ayuden a equivocarse menos y acertar más en el presente de un país inesperado como es el nuestro.
Si por progresismo entendemos un núcleo de ideas asentadas en la creencia de que es necesario construir una sociedad mejor, más libre, más justa, más solidaria, más equitativa, mejor desarrollada, la experiencia enseña que es imprescindible sumar al mismo tiempo, la posibilidad, la capacidad y la inteligencia política para que esas ideas puedan dar brotes, como las flores en la primavera.
De lo contrario, el progresismo se muere en un café entre amigos de la misma especie, ocupando el carril izquierdo de un campo de juego dominado por los poderes fácticos de la sociedad.
En síntesis, creemos que el progresismo es tal si es capaz de transformar la realidad y no sólo de interpretarla. Es en este marco conceptual donde habrá que medir los próximos pasos de los sectores progresistas en sus distintas escalas de representatividad social, cultural y política.
Esta vez, es nuevamente un Gobierno de raíz nacional y popular el que produce los cambios estructurales, el que lidia con las ingratitudes de una época muy distinta a los años 70 pero al mismo tiempo camina en la dirección de los vientos que soplan en el continente. Nunca, como ahora, la historia quiso que tantos presidentes latinoamericanos comulguen una misma idea de desarrollo y unidad continental.
La reciente votación en Diputados dándole media sanción a la Ley de Comunicación está expresando que no sólo es necesario sino también posible juntar masa crítica entre los diferentes sectores progresistas, no para acompañar pasivamente sino para impulsar y sostener en el tiempo la construcción de un país más democrático y justo.
Las condiciones en la historia, es decir en la política, son irrepetibles y son intransferibles. Lo que no se haga hoy no se hará de la misma manera mañana. El tiempo político de una sociedad tiene peso, densidad, cuerpo, tiene su propia textura y cuando se muestra en la pista, hay que sacarlo a bailar inexcusablemente.
La música está sonando.
Asistimos al quiebre de todos los ensayos partidarios del centro hacia la derecha. Se desmiembran sin disimulos por causas profundas y banales a la vez.
El poder del monopolio mediático que los cobijó y los maquilló durante décadas, ha entrado en crisis; carecen tanto de liderazgos como de un mando único que los articule armoniosamente; carecen de un proyecto alternativo al proyecto gobernante, y por último, carecen de una voluntad política de igual o mayor volumen que el que habita en el espacio conducido por Cristina y Néstor Kirchner.
Es la hora de la primavera progresista. Lo viene siendo desde el 25 de Mayo de 2003
¿O en qué lugar del tablero hay que apuntar el entierro del ALCA y las AFJP, el soberano adiós al FMI de la imposición colonial, la política de Derechos Humanos, la de empleo, el protagonismo en la UNASUR, el enfrentamiento contra los poderosos barones del poder terrateniente?
Habrá que estar muy juntos para seguir avanzando, para sostener lo conquistado y para cuidarse de los ataques miserables de los que sólo aspiran seguir viviendo en el país de un eterno y gris invierno.


Jorge Giles. El Argentino. 21.09.09
http://www.elargentino.com/nota-58825-La-primavera-progresista.html

domingo, 20 de septiembre de 2009

EL CAMBIO RECIÉN COMIENZA

“De lo único que no se vuelve es del ridículo”. Lo recordamos hoy al asistir al bochornoso espectáculo de la pantalla televisiva del diputado De Narváez, apurando con el conteo de un reloj, la entrega del texto que unas horas antes exigían retrasar para evitar su aprobación.
Ni hablar de las diputadas Giudice y Bulrrich condenando con diptongos mal empleados, el poder legítimo y soberano de un Congreso que ellas mismas integran. Vergüenza ajena.
La derecha cuando se queda sin argumentos, es muy poco creativa; ridícula, incluso. Se inspiran más en Silvio Berlusconi que en Angela Merkel.
Pero mal que les pese, la suerte está echada.
Con la aprobación de los Diputados, la Ley de Comunicación se encamina firme hacia su bautismo en el Senado de la Nación.
Es la hora de avanzar. No hay lugar para el retroceso ni la ambigüedad.
Sin estridencias ni desmesuras, el proyecto nacional y popular arrinconó por primera vez en medio siglo a la expresión más sutil y voraz del poder económico de las corporaciones.
El monopolio mediático, insistimos, es el cancerbero de las demás expresiones del poder. Es “el gran hermano” donde estamos todos a la fuerza y es la voz, dulzona o agresiva según convenga, de intereses muy poderosos, acostumbrados a cubrir con sus titulares, con sus falaces editoriales, con sus movileros todo terreno, a las más sucias operaciones políticas en resguardo de sus oscuros fines.
Ese monopolio es el que “legaliza” a todos los demás poderes.
Reparten ácido, pero juran que es agua bendita, sin ponerse colorados.
Fueron ellos, por poner un ejemplo, los que construyeron la imagen “bonachona y amigaza” de los patrones rurales que se resistían y resisten con prepotencia y soberbia a la política de redistribución de ingreso de la Presidenta de la Nación, convenciendo que el Gobierno era el “malo” y los de la mesa de enlace, los “buenos”.
Contaron, es cierto, con la complicidad de buena parte de políticos y comunicadores que arengaban y arengan hasta el cansancio con la política del miedo que tantos réditos le ha dado a la gran burguesía a lo largo de la historia.
El telón se ha corrido. Todos están a la intemperie, los unos y los otros.
Al final de la jornada, se verá más claro que ganó la democracia.
Un sincero ejercicio intelectual, analizando el mapa político argentino antes de Kirchner y después de Kirchner, valorando con absoluta objetividad y sin apasionamientos partidarios la correlación de fuerzas en pugna y el centro de gravedad de la cultura de la época, nos permite concluir con todo rigor y honestidad, que se ha producido ya un giro copernicano en el escenario nacional.
Hasta el año 2003 el centro de la escena era ocupado por la usina ideológica de la derecha. En cambio, las ideas que iban del centro hacia la izquierda del dial discutían en desventaja las ideas dominantes, las resistían, las combatían, pero en un plano de relativa debilidad y casi siempre, a la defensiva.
Hoy ocurre todo lo contrario. Es el Gobierno de Cristina, con medidas progresistas y transformadoras, el que pone la agenda de la democracia, y es el Congreso de la Nación el que impone la razón de la política por sobre los intereses corporativos del poder económico.
La derecha, y no es una paradoja, también está convencida que es así y por eso se abroquela en defensa del monopolio mediático. No suele equivocarse al momento de caracterizar a sus adversarios y enemigos. Pero mal acostumbrados a golpear cuarteles, se muestran torpes cuando la democracia les marca la cancha y el ritmo.
Hay sectores de la progresía que lamentablemente muestran esa incapacidad crónica de entender el tiempo histórico, de sus circunstancias, del espacio y el tiempo donde transcurren los hechos concretos. Como si vivieran en una caja de cristal, atrapados por su narcisismo y por los pasajes románticos y puros de los clásicos literarios. Actitud regada con una buena dosis de mezquindad política.
Es tan hondo el sectarismo de algunos actores políticos que no pueden aceptar que fue y es la voluntad presidencial la que posibilitó en definitiva el envío y tratamiento del Proyecto legislativo en cuestión, más las modificaciones posteriores que, sobre la marcha, despejaron las malezas discursivas sobre la participación de las telefónicas y la autoridad de aplicación.
Es esa voluntad la que permitió que el fiel de la balanza, entre los intereses monopólicos y los de la democracia, se inclinara a favor de la masa crítica que distintos sectores democráticos protagonizaron durante décadas construyendo esta Ley a punto de alumbrar.
Pero nos interesa resaltar que hoy el cuadro político se ha invertido. Son las ideas progresistas y de centro izquierda promovidas por el Gobierno y acompañadas por un amplio sector político parlamentario, las que ocupan el centro de la escena, por no decir del cuadrilátero, y es la derecha la que, desde la defensiva, resiste como puede semejante ofensiva del campo popular.
Esto no acontece en un tiempo a-histórico, abstracto, ilusorio. Tampoco están las masas movilizadas, exigiendo por izquierda un pliego de reivindicaciones que el poder político no cumple ni deja cumplir.
Es la decisión del proyecto político gobernante el que permitió recuperar la propia autoestima de la política, haciendo sinergia con las demandas sociales más profundas.
Ahí está el giro. En que el Estado, y el Gobierno como su instrumento principal, se animaron a salir a campo traviesa para recuperar la potestad secuestrada desde la dictadura, de producir pensamiento colectivo y democrático, de generar ideas y de brindar las herramientas comunicacionales que lo hicieran posibles.
Ese es el tiempo histórico real y concreto que acontece. Un tiempo que al estar signado por historias de vida como las de Juan Cabandié, desde la desaparición de sus padres y su tortuosa apropiación, hasta este presente de justicia y representatividad popular de su investidura legislativa, validan con creces la autoridad moral del proyecto liderado por Cristina y Néstor Kirchner.
Al salir de este tramo político, de las tensiones que genera la previa del desenlace, seguramente empezará una nueva coyuntura donde las fuerzas progresistas deberán sostener y consolidar la mirada común que en estas circunstancias construyeron juntas. El Gobierno y el bloque legislativo presidido por Agustín Rossi, revalidaron títulos en lo mejor de la historia de transformación de este pueblo. No se incurrió, jamás, en enviar para su aprobación parlamentaria medida alguna que castigue a los sectores populares. Con sus desaciertos, impurezas, imperfecciones, ha inaugurado una etapa de profundas modificaciones estructurales al viejo esquema de poder imperante.
No se equivocan Chavez, Evo, Correa, Lula ni el Pepe Mujica cuando caracterizan al gobierno argentino como un gobierno democrático, amplio, nacional, popular y de centro-izquierda.
Tampoco es casualidad que el ancho movimiento o frente político que encarna el kirchnerismo tenga su medula en el peronismo. Como si el país inconcluso tantas veces declamado, se pusiera de pie, con sus heridas y sus cicatrices y echara a andar nuevamente.
Este escenario será el previsible para los próximos tiempos por dos razones centrales. Por que el Gobierno de Cristina continuará cumpliendo su consigna inaugural de que “el cambio recién comienza” y por que el Congreso que viene tendrá una composición inédita y compleja.
La incorporación del ex Presidente Kirchner al Parlamento seguramente le pondrá un condimento y un dato sustantivo a la hora de esas transformaciones.
Nos animamos a pensar que Kirchner será tan convocante como catalizador del amplio espacio que se constituirá a partir del 10 de diciembre.
El corte de agua suscitado en ocasión de la sesión histórica que dio una media sanción a la Ley de Comunicación, quizá esté adelantando lo que viene en la política argentina.
Es absolutamente falso e intencionado el horizonte pintado por los opositores, con pretendidas mayorías de derecha que harán lo que les venga en ganas, aprobando leyes, desandando otras, imponiendo rumbos al Gobierno.
No habrá que subestimarlos, pero la realidad es una, y las expresiones de deseo, otra.
La confrontación de ideas y de posiciones, en definitiva de modelos de país, acelera el reacomodamiento de las placas más profundas de la historia.
Decía el poeta chileno Vicente Huidobro que cuando todo decanta, se adquiere tal velocidad que “los cuatro puntos cardinales son tres: norte y sur”
Ha entrado en crisis la usina de ideas y creencias dominantes, que abasteció y/o condicionó de manera unilateral a todo el espectro político y principalmente al Estado.
Este es el nudo de la cuestión. Es el poder de la palabra el que está en discusión. O sea, es el poder mismo. Por eso tanto alboroto en sus alturas y en sus profundidades.
Entre ese norte neoliberal y el sur liberador, vuelve a estar la opción de país para los próximos años.




Jorge Giles. Miradas al Sur. 20.09.09

sábado, 19 de septiembre de 2009

¿ME DEJÁS QUE TE CUENTE?

Los domingos fueron hechos para compartir nuestras cuitas y alegrías.
Con un sol brillante o con nubes y lluvias, se dominguean los amigos, la familia, los amores y desamores, los compañeros, los que están cerca y los que nunca más.
¿Me dejas que te cuente por qué estamos contentos este domingo? Por que ya tiene media sanción de Diputados la nueva Ley de Comunicación de la democracia.
Y vos dirás quizás “¿Y a mi qué?”
A vos todo. Es para vos la Ley. Es para que ya no tengas que estar aprisionado de las telarañas discursivas de los politiqueros apañados por los grandes medios y mucho menos de los finos charlatanes de esos grandes medios que pontifican desde una pantalla televisiva, un micrófono de radio y la prosa florida de un “gran diario”, el reino de un “cielo” que les pertenece.
Si habláramos con los ángeles, como lo hace Silvio Rodríguez, nos contarían que esos cielos monopolizados se reconocen de lejos por el cartel luminoso de la entrada: “Prohibido pasar. Propiedad privada”
Pero hasta los ángeles saben que ni el cielo ni los cursos de agua tienen propiedad. Son de la humanidad, son de todos.
Las ondas que circulan allá arriba como el agua acá abajo, son de todos y hay que defenderlos para que no se las lleven.
¿Me dejas que te cuente entonces?
Cuando se debata en el Senado, sería bueno que los miremos juntos, que escuchemos a los señores senadores con sus argumentaciones y fundamentos, que observemos sus rostros y que nos alegremos con ellos al final como nos alegramos con la muchachada que abrazaba al diputado Agustín Rossi y a la revelación de la noche, la jujeña Maria Carolina Moisés.
Están alborotados los poderosos. Pero no hay que festejar antes de tiempo. No hay que subestimarlos. Hay que dormir con un ojo abierto y un ángel al lado.
¿Me dejas que te cuente por qué? Por que estos tipos, son capaces de todo. Habría que hacer un curso rápido de historia en estos días y recordar que la derecha no rimó nunca con la democracia, mucho menos si se pone en autocracia, aristocracia, mitómanocracia, monopoliocracia.
Por eso hay que estar contentos, pero en alerta, siempre.
Vienen de cometer tantas torpezas que uno teme que en la atropellada cometan un foul por jugar a destiempo. ¿Vieron el reloj que pusieron en una de sus pantallas de TV? Presionan con el tic-tac para que la Ley corra más rápido que el dibujito animado del correcaminos. ¿Pero acaso no clamaban, maldecían, exigían que la Ley se quede quietita donde estaba, que nadie la discuta, que nadie la mueva, que nadie diga nada ni la apruebe? ¿No era que se fueron del recinto por que impugnaban la sesión?
¿Son farsantes o están acorralados?
La democracia es buena y generosa pero se pone brava cuando descubre que la acosan y la desprecian.
Los opositores de derecha cometieron un indigno acto para su investidura al cambiar el Honorable Congreso por un estudio televisivo. Hay que remontarse hasta el comportamiento de los conservadores del voto calificado para encontrar algún parentesco con estos señores diputados.
¿Me dejas que te cuente por qué lo decimos? Por que están cometiendo un crimen de lesa democracia. Están diciendo que el Proyecto enviado por una Presidenta elegida por el voto popular mayoritario, inspirado en la democracia participativa ejercida por miles de ciudadanos y ciudadanas, por trabajadores y pueblos originarios, por empresarios y artistas y periodistas de verdad, es decir, honestos piensen como piensen, semejante proyecto democrático, dicen los opositores, peca de procedimientos antireglamentarios. ¡Cuando del otro lado no está Juan Bautista Alberdi para aplaudirlos, sino los genocidas de Videla y Martínez de Hoz!
Vendieron su alma al diablo. No hay excusa posible para tanto desatino.
Pero estamos contentos en el preludio de un concierto de voces plurales como el que vendrá desde el día después de la sanción de la Ley
Y gracias por dejarnos compartir juntos el último domingo, antes de la primavera.





Jorge Giles. El Argentino. 20.09.09

viernes, 18 de septiembre de 2009

NO HAY PEOR FASCISTA QUE UN GORILA ASUSTADO


El uso del idioma delata siempre una ideología.
Los vocablos se trepan a su propio juego, se atan y desatan, de acuerdo a quien los pronuncia.
A veces, los sustantivos y los verbos parecen duendes tan juguetones, que deschavan al hablante en el momento menos esperado.
Ayer, por ejemplo, un pronombre demostrativo que sonó posesivo, hizo de las suyas colándose en unas declaraciones de Mauricio Macri.
Cuando afirmó "Este es el Gobierno más fascista de los últimos años", muchos de los presentes en la jornada organizada por la derecha internacional reunida en Buenos Aires, aplaudieron a rabiar, convencidos que el jefe de gobierno porteño se estaba refiriendo a su propia gestión.
"¡Bravo Mauricio! ¡Así se habla coño!, ¡Joder!", gritaba alborozado un ex jefe de estado español que comparte, entre otros asuntos, el mismo modelo de bigotito rasurado de Macri.
¿Fue un acto fallido? ¿O apenas un acto de sinceramiento al calor de tantos ilustres personajes de derecha como él?
El Gobierno nacional fue criticado muchas veces por su excesiva tolerancia con los movimientos sociales, con las marchas obreras y con las ofensas recibidas y no respondidas por el Ejecutivo; o criticado por el envío de leyes al Parlamento que fueron acompañadas de mecanismos de democracia participativa o por su estrecha amistad con los mandatarios progresistas de América Latina. Pero convengamos que el gobierno macrista peca por conductas que están en las antípodas.
Como muestra vale un botón, dicho sin ninguna connotación peyorativa.

*La insistencia en sostener al cuestionado ex comisario Fino Palacios como candidato, a la jefatura de la policía metropolitana.

*El intento de espiar y registrar los consumos y adicciones personales de los empleados públicos de la ciudad.

*El intento de excluir a los provincianos en la atención hospitalaria.

*Los allanamientos a barrios humildes, la expulsión en masa de sus habitantes y la represión que denunciaron varios ocupantes de edificios porteños.

*El control y denuncia a dirigentes sociales por encabezar manifestaciones pacíficas realizadas en calles y plazas.
*La convocatoria y participación del macrismo en eventos internacionales como los señalados al principio.

Por esto y mucho más, cuando Macri habla de fascismo, está mostrando su propio DNI ideológico. Por eso el aplauso de sus contertulios.
Muy lejos del orden cerrado macrista, todavía resuena el eco de la votación triunfal en la Cámara de Diputados para la pronta sanción de la nueva Ley de Comunicación de la Democracia.
Esta vez la divisoria de aguas entre los distintos bloques parlamentarios se pareció en mucho a la caracterización deseada para el escenario político argentino, de cara al bicentenario patrio.
Los que se fueron del recinto se parecían mucho entre sí.
El aliento rancio de la derecha del Pro comandada por Federico Pinedo y De Narváez, de la UCR oficial, del "PJ disidente" y las huestes de Elisa Carrió, comulgaron en la decisión de desertar al momento de enterrar definitivamente una norma de la dictadura, y aprobar una gran Ley de la democracia. Toda una definición.
Los que se quedaron, deberían pensar una mirada estratégica común para los próximos desafíos históricos.
En esta oportunidad, las diferencias y similitudes se activaron en clave de concepción de la democracia. Y cada uno de los sectores optó por uno de los hemiciclos posibles.
Este escenario seguirá en el futuro, básicamente por dos razones.
Por que el Gobierno de Cristina seguirá profundizando el modelo de país equitativo, defendiendo a capa y espada las conquistas sociales logradas desde la presidencia de Néstor Kirchner y por que la composición del Parlamento nacional será más compleja.
Ambas razones requieren de la unidad del espacio progresista, nacional y popular.
Para seguir sosteniendo estas banderas, más allá de legítimas diferencias.
Y para que la Argentina del Bicentenario sea una Argentina más solidaria.



Jorge Giles. El Argentino. 18.09.09
http://www.elargentino.com/nota-58534-El-peor-fascista-un-gorila-asustado.html

jueves, 17 de septiembre de 2009

SEAN ETERNOS LOS LAURELES


¿Dónde queda la luz sino en tus ojos, libertad?
¿Dónde están Rodolfo Walsh y Paco Urondo y dónde Mariano Moreno y Juana Azurduy arengando al gauchaje a levantar la frente? ¿Estarán por aquí, en el recinto y en la calle, indivisibles con su pueblo?
¿Vendrán a celebrar con nosotros este paso que ellos nos legaron?
La media sanción del Proyecto de Ley de Comunicaciones enciende un faro de luz en la democracia. La ensancha. La libera. La profundiza.
Todos van a poder hablar desde ahora y para siempre. Se terminaron los miedos y los privilegios.

Televisión, radio y diarios para todos y de todos.
La vecina que se indigna con el precio de la carne, el laburante por su salario, el médico que reclama por la salita del barrio, la arquitecta que tiene un proyecto para embellecer un paseo y una plaza, hablarán. Hablarán por fin y para siempre.
No hago otra cosa que pensar en ti, cantará Serrat. Gracias a la vida que me ha dado tanto, por la Negra Sosa. Sur, paredón y después, por Adriana Varela. Pedro canoero, cantará Teresa Parodi. Cacerolas de teflón, por Ignacio Copani.
Como se verá, nos domina la emoción y la alegría en este día, más que todos los días. Es preferible que sean ellas las que nos dominen, cuando ayer vimos antiguos luchadores del campo popular devenidos diputados, arrojándose cenizas sobre su propia historia, bastardeando la memoria de quienes cayeron víctimas de la dictadura, inaugurando con su voto la dignidad perdida.
No habrá excusa que valga para justificar tanto deshonor. Prefirieron un “perfecto” decreto ley de la dictadura, antes que un “imperfecto” proyecto de la democracia. Defendieron a un monopolio y sus oscuros intereses, poniéndole bisagras a sus rodillas.
Prefirieron ponerse del lado de los carceleros de la palabra y no de los prisioneros.
Cuando la historia quiso que se abrieran las puertas del presidio para liberarnos, sin vergüenza alguna, pidieron tiempo para pensarlo.
Son prisioneros por propia opción, desvergonzadamente.
La oposición, con su conducta desertora, se ubicó en el lado oscuro de la luna.
Ayer 16 de septiembre, con su deserción del recinto, celebró el golpe contra el Gobierno popular de Juan Perón, mientras la mayoría de los diputados, rindió homenaje con su presencia, a los pibes de la Noche de los Lápices.
Nos ponemos de pie. Están haciendo la Historia.
Todo es antológico en estos días. El valor de Cristina, de un lado.
Las tapas de Clarín, las editoriales de Morales Solá, los impúdicos almuerzos televisivos, del otro.
Pero la metáfora del absurdo es el triste movilero de TN afirmando que la Presidenta logró estirar la agenda de las Naciones Unidas, del G20 y la Cumbre de América Latina y África, a fin de impedir que Cobos dirija la sesión del Senado.
¿Tanto poder tiene Cristina para incidir en la agenda de la ONU?
Esta agenda internacional está pautada y publicada desde mucho antes de saberse esta circunstancia parlamentaria.
La hora de la estupidez está llegando a su fin. Y la pretensión de tomar por estúpidos a esta sociedad, también se termina. Somos libres, entonces. Libres de los poderosos, de los estúpidos y de la estupidez.
La oposición de derecha legitimó con su presencia en el debate, la sesión histórica de ayer. Pero a la hora de votar dijeron que se iban por que era ilegítima
¿En qué quedamos? ¿Es legítima para debatir pero no para votar?

Es la misma lógica perversa de llamar legítimo al Congreso para defender un interés patronal pero ilegítimo para defender las leyes de la democracia.
Ayer ganó la democracia y con ella, la inteligencia, el buen gusto, ganó la belleza contra la fealdad, la transparencia contra el secreto, las voces contra el silencio.
A veces, cuando se vota una ley se deroga otra. Es este el caso.
Ayer, la oposición de derecha no quiso derogar un decreto ley de la dictadura. Desertaron nuevamente.
La democracia, que es tan generosa, los invitará igual a festejar juntos el nacimiento de esta histórica Ley. ¡Al gran pueblo argentino, salud!


Jorge Giles. El Argentino. 17.09.09
http://www.elargentino.com/nota-58367-Sean-eternos-los-laureles.html

miércoles, 16 de septiembre de 2009

LA LEY YA ESTÁ EN SALA DE PARTOS


La sala donde ayer se reunieron las Comisiones de la Cámara de Diputados para tratar el Proyecto de Ley de Comunicaciones, parecía una sala de partos.
De un lado estaban, mezclados, los oficialistas y no oficialistas que cual dignas comadronas de pueblo, ayudaban a pujar para que la Ley pueda alumbrar en el justo período de gestación democrática.
No alcanzaban paños calientes, pero sí carpetas, apuntes, aportes sobre la marcha.
Del otro lado, los rostros agrios de los opositores, también mezclados, murmuraban cosas inentendibles.
Parecían sepultureros en la hora del crepúsculo.
Cuando pasaron a un cuarto intermedio a efectos de darle una última lectura a las modificaciones dispuestas por la Presidenta de la Nación y aquellas otras que fueron propuestas por distintos bloques, el diputado Baladrón que dirigía la sesión con la solvencia de un médico obstetra, pareció decir que el trabajo de parto había comenzado bien, pero había que esperar nuevas contracciones.
Los más férreos opositores dialogaron con la prensa y se produjeron increíbles diálogos como el que sigue:
"¿Están conformes con las modificaciones que el oficialismo hizo al Proyecto de Ley?", "De ninguna manera", respondió enojado un representante.
"¿Pero acaso ustedes no pedían la exclusión de las telefónicas?"
"Así es, pero tenemos 25 objeciones más"
"Perdón señor diputado", insistió el cronista preguntón y chapado a la antigua, "pero también pidieron que la autoridad de aplicación sea descentralizada y autárquica y el oficialismo acaba de introducir esas modificaciones, ¿tampoco eso es suficiente para la oposición?"
"Sabe lo que pasa, que el tiempo es escaso para tratar una Ley así"
"Pero es una Ley que se viene reclamando hace 26 años, tratando hace seis años, 80 foros, 120 reuniones, 4 audiencias públicas y que ningún gobierno de la democracia pudo, supo o quiso apoyarla", siguió el cronista.
"Justamente, 26 años no se pueden condensar en una hora y media. Y mucho menos con esta centro-izquierda que hoy está en el Gobierno y a logrado reencontrarse con sus viejos aliados en esta Cámara"
"Pero entonces ¿qué debería hacer el oficialismo para lograr el apoyo de ustedes?"
"Retirar el proyecto", respondió lacónico y mordaz el diputado opositor que raudamente partió hacia su bloque.
El cronista que no se rendía así nomás, preguntó ya en el pasillo "¿No deberían estar orgullosos de protagonizar la aprobación de una ley que la democracia le debía al pueblo?"
El diputado opositor sonrió y se encogió de hombros repetidamente. El cronista sintió el desprecio en la cara pero siguió preguntando "¿No le gustaría quedar en la historia de esta Cámara como un legislador que votó contra el monopolio y a favor de la libertad?"
El legislador detuvo su paso, miró fijamente al cronista y le devolvió con un tono socarrón "¿Y quién le dijo a usted que en la Argentina hay monopolios? Le puedo asegurar que no los hubo ni los habrá"
Cumpliendo con su oficio, el cronista insistió "Contésteme la pregunta"
Con tono de fastidio, el diputado le espetó entonces: "Ustedes los oficialistas son todos iguales, por algo será"
En esa frase autoritaria estaba plasmada la cuestión histórica que despierta esta Ley.
Las viejas consignas que creíamos guardadas en el baúl de los recuerdos, recobraban vida de pronto y salían de paseo a pleno sol.
"Patria sí, colonia no", allá a lo lejos. "Liberación o dependencia", del peronismo en los setenta. "Democracia o dictadura", del radicalismo en los ochenta.
Esta vez, el cronista ya sabe que cuando el Presidente de la Cámara diga "los que estén por la afirmativa sírvanse emitir su voto", los legisladores votarán a favor de una ley de la democracia.
Incompleta, perfectible, mejorable. Pero de la democracia.
Y cuando diga "los que estén por la negativa", otros estarán votando por la continuidad de un "decreto ley" de la dictadura.
Aunque el "Nunca más" del juicio a los genocidas, se estremezca de vergüenza.



Jorge Giles. El Argentino. 15.09.09
http://www.elargentino.com/nota-58223-La-ley-ya-esta-en-sala-de-partos.html

martes, 15 de septiembre de 2009

EL DÍA QUE NICOLINO VA AL PARLAMENTO

La nueva Ley de Comunicación sigue su marcha triunfal.
La decisión de la Presidenta de la Nación, eliminando la participación de las empresas telefónicas, remueve la trinchera de resistencia más estridente que enarbolaba la oposición.
Ya no hay excusas ni argumentos válidos para no votar una Ley cuyo período de gestación tiene los años de la democracia.
Los únicos beneficiados por la nueva legislación serán los pueblos originarios, las pequeñas y medianas empresas nacionales, los sindicatos de trabajadores, la cultura, la educación, en suma, el pueblo argentino.
El cuco de un nuevo monopolio se borró de un plumazo presidencial.
Sigue en pie, aunque haya perdido el dominio sobre el fútbol y la verdad absoluta, el monopolio que sí existe, el que se puede leer y escuchar en estos días, con vergüenza ajena.
Luego de las palabras de Cristina en la Casa Rosada, los interpretes del resentimiento y el egoísmo, balbuceaban una respuesta que los sacara del ahogo.
Que era una "artimaña oficial para conseguir el quórum y que el Gobierno se vio obligado a tomar la medida por no contar con los votos necesarios para aprobar el proyecto", fueron algunas de las disparatadas interpretaciones escuchadas.
Si así fuese, el Gobierno estaría demostrando su amplitud de criterios, su generosidad política, su voluntad de apertura e inclusión para lograr, precisamente el consenso de todos los bloques legislativos.
En la vida de un Parlamento, se sabe, el consenso se traduce precisamente en lograr el quórum y el voto de las mayorías parlamentarias.
El Gobierno no optó de manera autista y soberbia, por la tentación de imponer su número y su proyecto contra viento y marea.
Demostró ser capaz de tener y emplear la ductilidad que necesitan las grandes políticas de Estado, esas políticas que trazan el perfil de una democracia y la cualidad de sus gobernantes.

Sólo los estadistas se hacen cargo de los proyectos que no nacen de su propio despacho sino del seno de la sociedad. ¿No es acaso lo que está haciendo Cristina al respecto?
Decía Nicolino Loche, nuestro eterno Campeón mundial, que nada frustraba más a sus rivales que una cintura suya, en el momento exacto.
"Les duele más que una trompada", afirmaba el mendocino, siempre leal a su público.
Teniendo en claro el plan general para librar la disputa, el resultado que se desea alcanzar será más factible si, al necesario endurecimiento para poder avanzar, se le agrega una pizca de la plasticidad de aquel gran campeón.
La otra noticia importante es, sin dudas, la estrepitosa derrota electoral del candidato de Julio Cobos en la provincia de Corrientes. El actual gobernador correntino fue derrotado por el radicalismo de Ricardo Colombi y en la ciudad capital por nuestro campeón olímpico Carlos Espíndola, candidato del kirchnerismo local.
El excelente resultado alcanzado por el senador Fabián Ríos, más el triunfo kirchnerista en una ciudad que concentra prácticamente la mitad de la población provincial, va en el mismo sentido de la recuperación de la iniciativa política del Gobierno nacional.
Complementando este cuadro, apuntemos que la indecente actitud de Julio Cobos de permanecer usufructuando el sueldo de Vicepresidente para atacar a la Presidenta a la que tendría que defender, siguió mereciendo repudios a lo largo del día; esta vez, incluso, de correligionarios suyos, como Margarita Stolbizer y Gerardo Morales.
Cuando la traición es tan grosera y obscena, se retiran los amigos y sólo quedan los cómplices.
Lejos de esta indecencia, en Avia Terai, "monte grande" en lengua toba, allá en el corazón del quebracho chaqueño, Cristina, el gobernador Capitanich y las Madres de Plaza de Mayo lideradas por Hebe de Bonafini, inauguraron el hospital del pueblo, las primeras calles asfaltadas y el plan de viviendas sociales que promueve la mencionada Asociación.
Esa Argentina, tan profunda como olvidada, se ha puesto de pie nuevamente.
Y se hace oír, en uso del derecho que le adeuda la historia.


Jorge Giles. El Argentino. 15.09.09
http://www.elargentino.com/nota-58041-El-dia-que-Nicolino-va-al-Parlamento.html

lunes, 14 de septiembre de 2009

LA GUILLOTINA YA NO ESTÁ EN EL ARMARIO

La sala de reuniones del despacho senatorial del Vicepresidente Julio Cobos viste muebles eclécticos, mezcla del barroco francés con el neoclásico isabelino español, el victoriano inglés y el neo-renacentista.
La larga mesa no luce tanto como el armario donde se guardan carpetas, libros y, según testigos, una guillotina de uso múltiples.
En ese lugar, recogido, ocurrió un hecho político grave.
Hay que pulsar el replay de la memoria para volver a él tantas veces resulte necesario.
¿De qué hablamos? De la conferencia brindada por el alto mando de la derecha afirmando, brutalmente, que luego de la renovación de ambas Cámaras parlamentarias y mucho más después del triunfo presidencial que auguran para el 2011, anularán todas las medidas sociales del Gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
El sinceramiento de la oposición fue obsceno y filoso como un puñal trapero, pero sirve para conocerlos mejor.
En su declaración de guerra, hablaron el anfitrión Julio Cobos, Mauricio Macri, Francisco De Narváez y por el radicalismo, Jorge Aguad y el senador Ernesto Sanz.
La primera Ley de Comunicación de la democracia, ésta que se va aprobar en los próximos días en el Congreso, que convocó al debate abierto y participativo de distintas organizaciones libres del pueblo, que sepultará definitivamente a la “ley” de la dictadura, que no permite ningún monopolio pero garantiza que todas las expresiones organizadas de la cultura nacional y popular tengan sus propios medios de expresión, esta Ley encabeza la lista de las futuras victimas de la guillotina opositora.
¿Saben qué? Les creemos. Son sinceros a la hora de aullar a la luna como lobos hambrientos. Se muestran sedientos de venganza por todo lo que perdieron en estos años. Vendrán por todas las conquistas sociales. Si pueden.
¿Planes de empleo a través de cooperativas populares? Es intolerable para Cobos o Macri que el país desande lo plantado durante el neoliberalismo de los años noventa, Menem y De la Rúa mediante.
“Esto no es ni será una nueva Venezuela”, asustan a los cuatro vientos. Ellos conciben al trabajo como una variante más de las leyes del mercado. El Estado no debe meterse en asuntos que son propios del mundo de lo privado. El que consigue empleo, que lo haga leyendo los clasificados a las dos de la mañana para correr luego a la cola de desempleados.
Todo plan social promovido por este Gobierno, pasará por la guillotina y que el mercado diga si hay empleo o no y qué tipo de producción tendremos.
Caramelos o acero. Soja a granel o maíz, trigo, leche, tomate, papa, lechuga, mandioca y carne. Da igual.
En el altar del mercado, sangrarán heridas de muerte todas las doncellas justicieras, empezando por las porristas del fútbol para todos.
¿Y las AFJP qué? Volverán a restaurarlas y que los jubilados se las arreglen como puedan. Nada de administración estatal que les garantice lo que el mercado no está dispuesto a hacerlo.
¿Y Aerolíneas Argentinas qué? Hay que entregar las naves en un desguase de chatarras o que se las lleven empresas extranjeras por dos chirolas. ¿O acaso no recuerdan las enseñanzas de Cavallo cuando preguntaba por qué el Estado debe verse obligado a conectar “provincias inviables” como Jujuy, Tierra del Fuego, Corrientes o Santiago del Estero?
¿Y los juicios por los derechos humanos? Atrás con todos estos disparates de los Kirchner que sólo dividen a los ciudadanos y permiten el escarnio contra hombres de bien como el ex comisario Fino Palacios.
Lo admitió Macri días antes de las últimas elecciones y muchos no le creyeron. Créanlo ahora. Por que después será muy tarde para arrepentirse.
Como dijimos ayer, los legisladores esclarecidos, los que temen mucho más a los monopolios que no existen que a los monopolios que sí ostentan el poder, los que son más amantes del perfeccionismo que de la profundización de la democracia, deberían saber que la historia no los absolverá, si finalmente colaboran con los que ya sacaron la guillotina del armario senatorial.


Jorge Giles. El Argentino. 14.09.09
http://www.elargentino.com/nota-57877-La-guillotina-ya-no-esta-en-el-armario.html

domingo, 13 de septiembre de 2009

LA HISTORIA NO LOS ABSOLVERÁ


No es un domingo cualquiera. Hay vientos de presagios en el aire, que siguen soplando por una democracia más participativa, más justa, más humana, más equitativa.
*El homenaje del Gobierno de la democracia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al cumplirse 30 años de la histórica visita que rompiera el cerco informativo impuesto por la dictadura.
*La decisión gubernamental de establecer retenciones cero al trigo y al maíz para los pequeños y medianos productores, tal como lo venían reclamando todas las entidades.
*La decisión de Cristina de enviar al Parlamento un Proyecto de Ley que elimina la figura de calumnias e injurias en el desarrollo de la libertad de expresión del periodismo.
*Pero por sobre todo, el avance de las Audiencias Públicas en el Congreso debatiendo el Proyecto de Ley de Comunicación, que dejará atrás definitivamente el “decreto ley” de los genocidas, constituyen un ramillete de acciones que hicieron de la semana que termina una semana trascendente y que preanuncia un momento histórico.
Circulan ideas y propuestas que acompañan socialmente este deseo fundacional de la democracia.
Como por ejemplo, prenderse en la solapa una cintita verde que indique la adhesión al Proyecto de Ley de la Democracia y a lo manifestado por Juan José Campanella, Victor Hugo Morales, el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel y todos los que coinciden en la trascendencia de votar una nueva Ley, perfectible, mejorable, pero de la democracia.
Los opositores que voten en contra o se abstengan, no tendrán justificativo alguno ante la historia de un pueblo que escribe su destino democrático como le sale, como puede, como convenga. Pero la escribe al fin.
Ojala que algunos puedan liberarse de las ataduras que mental y políticamente los atan a las corporaciones, en lugar de atarse al pueblo que representan.
Si así no fuese, la historia no los absolverá.
Quien prefiera apoyarse en un monopolio privado para seguir sosteniendo una “ley” de Videla y Martínez de Hoz que rige sobre la prensa en su más amplio concepto, deberá ir sabiendo que serán tildados y recordados para siempre como colaboracionistas y perpetuadores de las mordazas dictatoriales.
La democracia es generosa, pero no es boba.
Los datos objetivos, permiten suponer que la votación será positiva en ambas Cámaras Legislativas, alumbrando más pronto que tarde, la nueva Ley.
Pero más que detenernos en estas elucubraciones, queríamos festejar con el lector esta sensación de libertad que empezó a soplar en el país.
Ya sabemos quiénes nos mienten, cómo lo hacen y por qué lo hacen.
Se terminó el mito de los productores de la verdad irrefutable, los que ejercen la dictadura de los titulares y los largos monólogos que atentan contra la institución presidencial y contra el buen gusto de los argentinos.
No aprobar esta ley ahora, sería en el peor de los casos, una postergación en el tiempo. La única sepultura definitiva la recibió la mentira organizada de quien fuera y es el monopolio del discurso hegemónico.
Se demostró que, además de justa y necesaria, es posible librar la batalla por la verdad y la libertad; el fútbol para todos es la primera victoria obtenida.
Lo demostraron las distintas voces que se hicieron oír en las Audiencias y un Gobierno nacional que, por tal motivo, recibe la balacera mediática e injuriosa de los grandes medios.
La semana que se inicia promete ser digna y feliz para los sectores populares, pero habrá que tener el temple suficiente para atravesar el círculo de fuego con el que intentarán impedir que la democracia se democratice aun más.
Todos están preparados para empezar.
Cobos cobrando un sueldo de arriba y vistiendo galera de “vicepresidente de la oposición”.
La oposición que ya es un calco de la vieja Unión Democrática que atentó contra el proyecto nacional y popular.
Este pueblo digno que forja como puede su propio destino.
Y Cristina, que en Misiones como en la ESMA, demostró que es posible endurecerse, sin perder la ternura.


Jorge Giles. El Argentino. 13.09.09

LA POLÍTICA Y LA CONDICIÓN HUMANA

PANORAMA POLÍTICO

La historia se da el gusto de pintar los cuadros que simbolizan el fin de un ciclo y el inicio de otro. Uno de ellos es el acto realizado en la ESMA para rendir homenaje a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a 30 años de la histórica visita al país de las sombras largas de la dictadura.
Quienes rompieron el cerco impuesto por el silencio del terrorismo de estado, regresaban para valorar la plena democracia conquistada por el pueblo.
No lo dijeron en un acto meramente protocolar, sino ante los ojos llorosos de la Presidenta de la Nación, de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de jóvenes, de representantes de distintas organizaciones sociales, ex detenidos políticos y familiares. Juntos, componían un retrato de familia, con una pincelada que unía lo más doloroso del pasado con las expectativas crecientes de un nuevo país más libre, equitativo y democrático.
El que fuera un tenebroso salón donde se decidían los vuelos de la muerte, fue ahora el marco de un paisaje donde la condición humana, unida a la voluntad política del Gobierno nacional, restañaba en parte los más profundos dolores colectivos y personales del que tengamos memoria.
No fue casualidad que en ese acto la Presidenta anunciara el Proyecto de Ley que elimina la figura de calumnias e injurias en materia de libertad de expresión.
Si hubiese expresado taxativamente: “hoy finalizó la dictadura”, habría puesto en palabras la sensación térmica que en ese preciso momento medía la razón y las emociones que allí sobrevolaban.
Los últimos grilletes empiezan a ser rotos y la Argentina construye el bicentenario de su propia identidad, como puede. No le es fácil y nunca lo fue a lo largo de la historia.
En la semana que pasó se sintieron nuevamente los crujidos provocados por las medidas gubernamentales que impactan sobre el andamiaje de la vieja república.
La democracia puja y seguirá pujando hasta encontrar la exacta medida de su tiempo histórico, desde su lugar en el concierto de la América Latina.
El desarrollo de los movimientos efectuados desde el campo nacional, popular y progresista, con sus propios bemoles, provocó la airada reacción opositora.
La realización de las Audiencias Públicas para debatir, a favor o en contra, el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de la democracia, constituye un punto de avance e inflexión de todo el proceso político.
La decisión de decretar las retenciones cero al trigo y el maíz, tal como lo reclamaban las distintas entidades agropecuarias y la presencia de Cristina en el pueblo misionero castigado por la tragedia que desató el tornado, constituyen mojones que dan la exacta dimensión política y humana del proyecto político gobernante.
Una oposición que se desgarra las vestiduras en defensa del monopolio de Clarín, pero a la que no se le cae una lágrima por los pibes muertos en Misiones, está mostrando la condición de amianto con que están recubiertos.
El proyecto de Comunicación sigue avanzando, mientras la oposición de derecha resiste con todas las armas, lícitas y no lícitas, a su alcance. En el Congreso expusieron representantes de sindicatos, pueblos originarios, movimientos sociales, cooperativas, así como artistas, juristas, periodistas, empresarios, miembros de la radiofonía, la gráfica y la televisión. Vinieron a participar desde las distintas provincias que componen el país federal, en un marco de respeto y de tolerancia, pilares indispensables para el feliz balbuceo de la incipiente democracia participativa que se empieza a ejercitar.
No se merecen los ciudadanos que participaron, semejante maltrato y ninguneo de los medios y los políticos opositores que cansaron con su retahíla de “ley K” y otros adjetivos de baja estofa.
Los opositores podrán argumentar lo que les venga en ganas para explicar su voto en contra. Lo que no podrán justificar ante la historia, empezando por la propia, es que en la negación a un proyecto de la democracia, estarán reafirmando un “decreto ley” de la dictadura.
En ninguna cuestión que sea trascendental para la vida democrática y el pueblo, las posiciones son neutras. Como en los momentos de un parto histórico; o se puja por una nueva vida o se le pone tapias al desarrollo. No hay lugar para la abstención.
Habrá que repasar las reflexiones de personalidades no oficialistas que argumentaron a favor de aprobar el proyecto, haciendo reservas al mismo tiempo de sus objeciones al mismo. Coincidieron en la necesidad de aprobar ya una ley democrática y en la no aceptación de ninguna excusa, por justificada que parezca, para no hacerlo.
La oposición pretende convencernos que la política es plana. Como la tierra antes de Colón. El poder de un multimedia privado es igual al poder del Estado y al del club del barrio, en esta caprichosa mirada de la antigüedad feudal.
La historia de los pueblos rompe la ley de gravedad que le es impuesta desde el poder económico, imponiendo su propia cultura, sus ideas del mundo. Se vale del Estado para ello. Y es este el fondo de la cuestión. Cruje el escenario por que se puso en disputa por primera vez la potestad de producción de pensamiento propio. El escenario que eligieron para desplegar sus argumentos fueron los estudios televisivos, en un total desprecio irrespetuoso contra la casa de la democracia, el Parlamento de la Nación.
Un elenco fijo de legisladores opositores desfiló por radios y canales replicando la línea que baja del monopolio Clarín y sus repetidoras y suplementos.
Indigna el nivel de agresión de los medios que acuden a la injuria y la ofensa permanente, de manera verbal y escrita para atacar al Gobierno nacional y particularmente al ex Presidente Néstor Kirchner. Los comunicadores ya no actúan como tales sino como auténticos lobbistas, defensores fanatizados de los mismos.
El desembarco explícito de la oposición en el despacho senatorial del vicepresidente constituye, se lo mire por donde se lo mire, un nuevo capítulo del golpe institucional de baja intensidad que viene ejecutando Julio Cobos desde su voto no positivo a favor de los patrones rurales de la mesa de enlace, en julio del 2008.
Puede oponerse a cualquier medida del Gobierno, pero no mientras esté formando parte de él. Es de una miserabilidad sin antecedentes seguir cobrando un sueldo y valerse del mobiliario del cargo, para atacarlo. La ética más elemental indica que debió renunciar la misma noche que decidió sacar patente de opositor. No es un legislador rebelde para con su bloque. Fue designado para representar al Ejecutivo en el Senado.
Cobos termina siendo la versión moderna y corregida de Jorge Paladino, aquel que fuera nombrado delegado de Perón ante los golpistas y que el mismo Perón terminó echando después por convertirse en delegado de los militares ante Perón.
Preocupa advertir que su actitud no obedece a ninguna picardía o engaño pasajero, sino que es parte de un entramado desestabilizador más amplio. La convocatoria que hiciera a la derecha opositora en su despacho muestra la decisión de descorrer el telón, tomar por asalto el espacio institucional, atrincherarse y apropiarse de esos recursos y mostrar al mundo que allí está una base de la oposición para las maniobras que resulten útiles y necesarias en el afán de debilitar y derrotar más pronto que tarde al Gobierno democrático. Si avanzan en su cometido, estarían provocando en demasía a un pueblo que solo busca realizar su destino en paz.
Nada más, pero tampoco nada menos.
El capítulo local de la nueva doctrina justificadora de los golpes antidemocráticos, llegó con la pluma de Morales Solá. En su editorial de La Nación, afirmó que “Venezuela, la Argentina, Ecuador, Bolivia y Nicaragua tienen gobiernos democráticos por elección, pero están perdiendo esa condición en el ejercicio del poder”.
¿No es el mismo discurso de los golpistas en Honduras? ¿No es la misma tesis que sostiene la internacional derechista que se reunirá en Buenos Aires a partir del próximo lunes, con Vargas Llosa, José María Aznar y Mariano Grondona?
Un rejunte neoliberal anacrónico pero con un poder económico que lo convierte en peligroso.
Es hora de decisiones trascendentes. Lo saben todos los que de un lado y otro protagonizan los días que corren.
Los que habiendo sido parte de este proceso terminaron eyectados por sus propios límites y hoy desfilan por las pasarelas mediáticas alimentando al viejo poder económico que alguna vez dijeron combatir. Los que no pueden desacoplarse de su concepción exógena de la política y admiran en los líderes latinoamericanos lo mismo que aquí critican a Cristina.
La historia es la que pone sus tiempos. Y es evidente que ha decidido recuperar para el Estado la capacidad soberana de construir sus propias ideas y pensamientos.
La correlación de fuerzas sociales se acerca a su momento de inflexión.
Que cada cual ocupe su lugar. Esto recién está por empezar.




(Jorge Giles. Miradas al Sur. 13.09.09)