domingo, 30 de noviembre de 2008

KEYNES EN LA UNIDAD BÁSICA

La fragmentación del pensamiento sucede a la del Estado y la sociedad, víctimas de la política neoliberal que concentró el capital y fragmentó el movimiento popular.
Hoy la balacera mediática continúa con la misma estrategia. Hacen terrorismo comunicacional con el pesimismo y la desconfianza. “Nos quieren ver tristes”, dice Jauretche.
Una primera respuesta es comprender y difundir las decisiones políticas y económicas del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de una manera coherente y abarcadora. Porque no es cierto que sean medidas aisladas y obligadas por la crisis internacional, como proclaman los escribas del poder y algún perro en cancha de bochas.
Están en la génesis del proyecto nacional y popular que gobierna desde el 2003. Son parte indisoluble del modelo de desarrollo con inclusión social. Más obras públicas, más empleo, más institucionalidad con el Ministerio de la Producción y la decisiva participación del Congreso, más fortalecimiento de nuestros vínculos comerciales con América Latina, África, China, Rusia. Todo en su medida y armoniosamente.
Así se entiende el keynesianismo en este lugar del mundo, construyendo sobre las ruinas que dejaron los que gobernaron este país y que hoy vuelven a las pantallas cual si fueran sabios de la tribu, como Cavallo, Menem, López Murphy o Duhalde. Nos salvamos de ver a De la Rúa porque duerme y a Carrió porque adelantó el verano en Punta del Este.
Mauricio Macri, hace keynesianismo al revés, demoliendo calles y lugares históricos. Alguien tiene que parar tanta locura. Está bombardeando Buenos Aires y a punto de hacer polvo el cine El Plata, el “Cinema Paradiso” del popular barrio de Mataderos. Le resultará insoportable que haya una obra tan majestuosa, sostenida por los vecinos, nutrida de cultura y encima edificada en 1945, el año que los trabajadores y el pueblo fundaron, sobre los adoquines que hoy nos roban, una patria justa, libre y soberana.
La crisis del sistema demuestra que el dinero no se multiplica infinitamente. La política tampoco debería reproducirse eternamente con gerentes politiqueros. Sería bueno que los nuevos keynesianos, esos tipos que hacen cosas por la comunidad, que trabajan, que militan, que se embarran todos los días por solidaridad, sean los que hoy dignifiquen la política como la herramienta más bella que tienen los pueblos para cambiar su destino.
Un día de estos tendríamos que invitar a Keynes a tomar unos mates en el local del barrio.


(Publicado en Miradas al Sur, 30/11/08)

miércoles, 26 de noviembre de 2008

LA PRESIDENTA Y LA CARTA DE NAVEGACIÓN


VOLVIÓ KEYNES, VOLVIÓ PERÓN
La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner pareció mirar a los ojos de cada uno de los presentes cuando anunció el rosario de medidas que profundizan el modelo social y económico en marcha desde el 2003. El aplauso cerrado tras sus palabras parecía bajar desde la Quiaca hasta Tierra del Fuego, desde los empresarios industriales hasta los trabajadores que seguían, por los medios, el discurso presidencial. Advertíamos, una vez más, que la Carta de navegación sigue apuntando su brújula en el trabajo y el desarrollo productivo. Acá no hay despidos, hay más trabajo; no hay fuga, hay repatriación de capitales; no hay persianas de empresas que se bajan, hay mayor promoción de trabajo registrado. En definitiva, es una concepción de la vida la que se está instrumentando.En la previa a los anuncios, los francotiradores mediáticos de la derecha política y económica del país, disparaban con munición gruesa contra el Gobierno, instando a la rendición de cualquier asomo de optimismo en nuestro presente y futuro como Nación. No aprenden más. Cae nieve en Nueva York y ellos insisten en salir abrigados a las calles de una Buenos Aires que se calcina al sol. Operan mensajes desalentadores todo el tiempo contra la población y evangelizan con el enfriamiento de la economía porque es lo único que aprendieron en los años de neoliberalismo. Si se les hiciera caso, el país entero sería una “puerta 12” para nuestro porvenir. Pero esta vez la taba se dio vuelta a favor del desarrollo, del trabajo, de la producción, de la inclusión. La decisión de crear el Ministerio de la Producción es un nuevo paso en el giro copernicano que imprime el gobierno en cumplimiento del mandato popular votado por la mayoría de la sociedad. Es una forma de expresar con toda elocuencia que la época de los ajustes, de las rebajas salariales, de los despidos, de los impuestazos, del congelamiento de la producción, ya son parte de la prehistoria menemista y aliancista. Se trata de construir una herramienta jerarquizada para que propios y extraños tengan un interlocutor privilegiado a la hora de convenir inversiones productivas que sirvan a nuestro desarrollo. Lejos de desmantelar el Estado, este Gobierno sigue apostando por más Estado.Este conjunto armónico de medidas, más las obras públicas que se implementarán a lo largo y ancho del país, por valores inéditos en nuestra historia contemporánea, está en la génesis del modelo gobernante, aunque los escribas del atraso continúen vociferando sus canalladas. Un repaso de medidas y mensajes del ex Presidente Néstor Kirchner desde el año 2003, demuestran a las claras que venimos a paso redoblado avanzando en este rumbo, consolidando posiciones con la recuperación estatal de la administración del sistema jubilatorio, el superavit fiscal y comercial, el desendeudamiento externo, el acento en el intercambio con los países hermanos de la región, particularmente Brasil y México, con China, India y al que ahora se suman los países del continente africano que visitó días atrás la Presidenta. Cuando en el hemisferio norte tiemblan de espanto por la feroz crisis sistémica que los acosa y recurren al tan maldecido Estado para salvarlos del naufragio final, nuestro Gobierno, que reivindicó el rol regulador del Estado desde el primer día de gestión, interviene decididamente, no para plantar medidas fiscalistas, que se corresponden precisamente con la etapa anterior a la crisis, sino para apostar hacia adelante pensando en el consumo, en el mercado interno y en el empleo. Si hasta la reciente cumbre del G-20 se vio obligada a declarar que “la regulación es primero, y ante todo, responsabilidad de los reguladores nacionales, que constituyen la primera línea de defensa contra la inestabilidad del mercado”.Néstor Kirchner y la Presidenta podrán decir con toda solvencia y modestia: “Es lo que venimos diciendo hace mas de cinco años”. En la última Sesión anual de la ONU, cuando el derrumbe ya se mostraba inevitable, la Presidenta de los argentinos expresó categóricamente: “…durante la vigencia del Consenso de Washington, nos decían que el mercado todo lo solucionaba, que el Estado no era necesario, que el intervencionismo estatal era nostalgia de grupos que no habían comprendido cómo había evolucionado la economía”Volvió Keynes y Perón, volvió el trabajo como regulador social, volvió Copérnico para que los planetas giren naturalmente alrededor del sol. Tenía que volver el Estado. Y un Gobierno que, como el de Cristina, se parece mucho a su pueblo.


Publicado en BAE y El Argentino del 26 de noviembre de 2008

martes, 25 de noviembre de 2008

domingo, 23 de noviembre de 2008

LOS PIES DESCALZOS DE LA VICTORIA

La historia es así de caprichosa. Elije su destino, determina sus tiempos, llama a silencio o bullicios y andá a cantarle a Gardel. Se sube a un tren en La Plata y baja en el Malgreb, dialoga con Perón por la mañana y a la tarde borronea con Khadafi una amistad del Sur que nos haga más libres, en un mundo nuevo que habrá que inventar.
Es tan sabia que cuando algunos creían que doblaban las campanas en el funeral de las utopías, un vendaval de pueblos olvidados irrumpió en el momento exacto que los mercaderes caían atragantados con su codicia. El banquete neoliberal ha terminado.
Ahí se despide Bush como alma en pena, con tantos pibes muertos al pie de sus misiles. Él y sus banqueros fingen que es apenas un malestar pasajero y es el sistema arterial financiero el que les estalló en las entrañas, dejándolos sin aire.
Hoy estamos de nostalgia y alegría. Con una flota de aviones que vuelve a ser argentina y un Estado que se reconstruye sobre sus escombros, recuperando la soberanía de nuestros ahorros. Vamos por el futuro, ahora o nunca. No hay tiempo que perder. Ni demorarse bajo el fuego a granel de los grandes medios. Ni caer en la trampa del divisionismo. Ni responder la ofensa de una señora regordeta y republicana, formada en un cuartel del Chaco, ni la provocación de los vice gansos ni los pituquitos como Isidorito Macri.
Esta vez no habrá más penas ni olvidos, aunque duela que no estén aquí todos los compañeros, duele que sean para siempre parte del río y el mar y que no puedan disfrutar lo que les pertenece por dolores propios.
Hay que agrupar filas con Néstor y Cristina, saber que llegó la hora de los pueblos, así en Bolivia como en el cielo de la América toda, así con Lula, Chávez y Correa. Lo que se muere es un mundo viejo, injusto y guerrero. Es su caída, no la nuestra. Vamos a alumbrar otro mundo de aquí en adelante. Nada nos será fácil ¿o alguna vez lo fue?
Mientras la derecha derrama leche en los caminos y faena lecheras sin compasión, nosotros decidimos vivir, no de cualquier modo, sino justos, libres y solidarios.
Es ahora la hora de la historia que tarda en llegar pero no sabe esperar cuando lo decide. Se llamará Evita, se llamará Germán.
Los que pudimos ver tan sólo los pies descalzos de la victoria, creemos que es tiempo de verla todita, bella y desnuda, con la melena al viento y un pan bajo el brazo, junto a un pueblo entero.

(Miradas al Sur, 23/11/08)

jueves, 20 de noviembre de 2008

DE LA VUELTA DE OBLIGADO A LA VUELTA DEL ESTADO

¿Quién escribirá la historia de estos días que corren? ¿Alguien tomará de las solapas, con la prosa y la palabra, a los canallas y los cínicos que sólo braman blasfemias en las penumbras, cuando asoma algo de luz? ¿Podrán decir los escribas que después del saqueo contra las arcas del pueblo, sucedió la vuelta a casa de nuestra línea aérea, el juzgamiento a los genocidas, la caída del desempleo, la integración latinoamericana, la liberación de las garras del FMI? ¿Se dignarán en nombrar a Néstor Kirchner y Cristina Fernández como los hacedores de un tiempo forjado por esa mayoría que sólo quiere vivir mejor?
Por si acaso, los mansos y los justos deberían dejar las huellas de estos días a resguardo para los que vendrán después. No importa, siempre que sea digna y auténtica, lo tosca que la huella sea. Pero decir claramente que hoy volvimos a tender las cadenas de la Vuelta de Obligado para que la codicia de los mercaderes no pase nunca más contra nuestro destino de libres.
Es 20 de Noviembre y resignificamos el Día de la Soberanía con la recuperación de la administración estatal del patrimonio de los trabajadores y los jubilados. En la votación parlamentaria no nos separarán sólo dos maneras de gobernar nuestros ahorros, sino dos visiones de la Argentina, dos modelos en pugna, dos formas de vivir la vida en este bello país. Es la disputa entre lo viejo y lo nuevo, entre lo justo y lo injusto, en el momento que se define el rumbo de un mundo en llamas.
Duele saber que la palabra se rompió cuando, dictadura, menemismo y alianza mediante, rompieron los cimientos del Estado, pero hay que decirlo. ¿Cómo no se iba a fragmentar la palabra y la política si la sociedad fue bombardeada mediáticamente hasta hacerla refugiar en los rincones de la sobrevivencia?
“Salvese quien pueda” fue la consigna. Saquearon nuestros ahorros pero el verdadero propósito de inventar el negocio de las AFJP, fue rasgar y romper el tejido social para eliminar todo sentimiento organizado, atentando así contra la solidaridad colectiva, que es constitutiva de la condición humana. Por eso, cuando decimos que este cambio es estructural no estamos pensando desde una máquina registradora sino desde el alma de un pueblo que vuelve a juntar sus parcelas dispersas, su identidad de nación, un futuro compartido.
Seamos definitivamente un pueblo y una nación y no esa aritmética feudal del neoliberalismo. No somos clientes ni socios ni meros consumidores. Somos ciudadanos, que es un rasgo superior de la escala democrática. Y desde hoy lo somos más que ayer.
Duró catorce años este debate. Mienten los que aúllan clamando más tiempo para analizar y decidir. Ya nos robaron bastante para que sigamos marcando el ritmo del reloj con la letanía de una cigarra. Esta es la hora y no mañana. Mientras otros corren en auxilio de sus banqueros, nosotros lo hacemos a favor de la justicia social. Vaya con la diferencia. Se dirimen estas cosas en una sesión que compromete a todos, oficialistas y opositores, en la posibilidad histórica de hacer causa común cuando se construye ciudadanía y no partidismo de cuarta. Tengamos memoria cuando mañana elijamos nuestros representantes, recordando el voto de este día.
Recuperar nuestra identidad es escuchar el canto destemplado y heroico de los criollos que en la Vuelta de Obligado entonaban el Himno Nacional mientras combatían contra la más poderosa flota naval de esos tiempos. Es alzar en los brazos de la memoria al Gaucho Antonio Rivero, el mismo que recuperó en 1833 nuestras Malvinas al mando de un pequeño ejército compuesto por dos gauchos y cinco indios y que alcanzado por el fuego enemigo, caía para siempre ese 20 de noviembre de 1845. Ellos, con el General Lucio Mansilla al frente, también peleaban contra la fragmentación de la patria que nacía a ponchazos y sablazos, al grito de “¡Viva la soberana independencia argentina!”
Por eso, como ya se dijo desde lo más alto de la representación popular, no es una casualidad que sea hoy el día en que vuelve el Estado a resguardar nuestro destino común.
Claro, la batalla es muy distinta. El campo de disputa es el campo del debate y es esta democracia a la que habrá que seguir vigorizando con la profundización de este modelo de desarrollo con inclusión social.
Sólo así honraremos a los patriotas que supieron defender con honor nuestra Soberanía.
(BAE, 20/11/08)

domingo, 16 de noviembre de 2008

EL TIEMPO DE LA MILITANCIA

En Washington, la Presidenta argentina y el Presidente Lula, blandieron el pensamiento autónomo latinoamericano ante los poderosos del mundo reunidos en el llamado G-20. Más Estado, más consumo, empleo, producción y multilateralismo, dijeron a coro.
En Chile, Néstor Kirchner acomodó como pudo su larga humanidad en la modesta silla del estrado, miró a los presentes y parecía que no estaba allí sino pensando lejos, quién sabe dónde, tomó aire y al galope de sus palabras en el Foro del Progresismo, interpeló: “Los militantes progresistas, nacionales y populares, debemos decidirnos de una vez por todas entre optar ser políticamente correctos, aceptando las reglas de juego que nos impuso el poder y el neoliberalismo, o nos animamos a cambiar para siempre nuestro destino como pueblo construyendo una región más democrática, más justa, soberana y solidaria”. Algunos aplaudieron entusiastamente y otros, convocaron sus antiguas rebeldías colgadas en el placard.
En nuestro país, el centro derecha es un turco en la neblina; ata un nudo y se le desatan otros. Carrió, Patricia Bullrich y Gerardo Morales inauguran a destiempo la segunda fase de la Alianza que escapó en helicóptero y alborota a eventuales socios. Felipe Solá amaga irse y queda desolado. Mauricio Macri es “Carlitos bombero”, apagando incendios en hospitales y escuelas. El diario mitrista degrada en un pasquín de albañal y a falta de creatividad, parafrasea en clave de brulote “no ahorrar la honra de los gauchos”.
Es la hora de los pueblos, por eso pretenden contagiarnos el espanto de una época que expira. Debemos evitar que las máscaras y los maquillajes no le ganen al cambio profundo que nos debemos. Será la juventud la que escriba el relato de los tiempos por venir.
Mañana es el Día del Militante y el jueves 20 el de la Soberanía Nacional. Ayer tendimos las cadenas contra el colonialismo en La Vuelta de Obligado y hoy recuperamos para nuestros jubilados la alcancía solidaria que los mercaderes nos saquearon en la noche menemista.
Para profundizar este modelo en marcha, es preciso esa mística y ese compromiso. Porque esta vez se juntó el “se debe” con el “se puede” y eso ocurre muy de vez en cuando en la historia, cuando los gobernantes se parecen a sus pueblos y no claudican jamás.
En eso habrá estado pensando Kirchner, el militante, sabiendo que hablaba desde la tierra de quien fue un gran amigo del Tío Cámpora, el Presidente Salvador Allende.
(Publicado en Miradas al SUR el 16/11/08)

jueves, 13 de noviembre de 2008

LA PRIMAVERA Y EL TÍO CÁMPORA

El ex Presidente Héctor J. Cámpora, que hoy regresa a la Casa Rosada de la mano de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es infinitamente más contemporáneo nuestro que muchos políticos de la oposición. Su reloj sigue marcando esta hora y la que vendrá. Por eso su presencia no se corresponde con las efemérides sino con la Política. Así, con mayúsculas.
No habrá que asombrarse si las palomas de la Plaza se alborotan sin saber porqué. Intuirán que alguien muy importante, a quien llamaban El Tío, ha vuelto con nosotros culminando para siempre un largo exilio. Y entonces le dedicarán una ronda de júbilo porque es jueves y las Madres y las Abuelas de aquellos imberbes que lo querían tanto y ya no están aquí, darán testimonio de vida en nombre del país que somos y queremos ser.
Tanta cárcel, tantos dolores y desencuentros, tanta dictadura, terminó con la vida de un gran romántico de la política. El Movimiento fue su casa, la lealtad al Líder y a su Pueblo, la razón de su vida. Quizás por eso, los latidos de los bombos de la Juventud entrelazan su nombre y el de Evita en lo más alto del sentimiento colectivo.
Vuelve el Tío con un Gobierno que honra su memoria día a día y que en su homenaje, el próximo 20 de Noviembre desde el Congreso de la Nación, hará posible que celebremos el Día de la Soberanía recuperando para los trabajadores el mayor instrumento de solidaridad social: el Sistema de Jubilación, administrado desde ahora nuevamente por el Estado. Nunca más los mercaderes del templo podrán lucrar con el ahorro de los argentinos. Con este Gobierno, el egoísmo individualista del “sálvese quien pueda”, está en retirada.
Es una pena que el sectarismo de algunos nos impida emocionarnos juntos, pensemos como pensemos partidariamente, pero creyendo en esta Argentina que estamos reconstruyendo. Duele que los radicales de hoy serruchen la escalera que los radicales de ayer construyeran para que pase Ricardo Balbín hacia el abrazo de la unidad nacional que pergeñaron junto a Perón. Duele y lástima en lo más hondo del tejido social que se nieguen a votar a favor del pueblo, rechazando el proyecto de Ley que, curiosamente, dicen compartir. Desconfían de un Gobierno elegido democráticamente y sin embargo entregan su voto de confianza a los atildados buitres que se alzaron con sueldos mensuales de 100.000 pesos mientras vaciaban las cajas de las AFJP. Los radicales de Gerardo Morales, se escandalizan con las futuras inversiones en obras públicas pero no se escandalizan con el verdadero robo de los privatizadores que se enriquecieron personalmente, invirtiendo en oscuros fondos el producto del saqueo a nuestros jubilados.
Para colmo de males rehacen la Alianza con Elisa Carrió, aquella abogada que inauguró su carrera “repúblicana” como integrante del poder judicial de la dictadura que en su provincia, Chaco, produjo entre otros males, la Masacre de Margarita Belén y las torturas y encarcelamiento de miles de compatriotas. Para entender la dimensión histórica de las cosas hay que decir que la doctora Carrió es la misma que asesoraba a los dictadores que mantenían cautivo al Presidente Cámpora tras los muros de la Embajada de México cuando el cáncer quemaba su digna vida sin poder ser asistido por los médicos que entonces precisaba. Pero ahí anda la sombra predemocrática de Carrió dictándonos sentencia moral desde el lugar de blonda fiscal de la dictadura al que se niega dejar atrás, revistiendo su falso moralismo con el peor de los cinismos de la política. Así, con minúsculas.
Los enemigos de la democracia siempre intentan montar escenarios propicios para frustrar la unidad del pueblo. Habrá que andar con cuidado para no caer en la trampa de los ajenos que muerden y los cercanos que ladran, los que inundan las pantallas de terror y miedo y cuelgan carteles en los potreros advirtiendo la presencia de menores como potenciales delincuentes y apuestan al descalabro económico de lo que construimos colectivamente desde Néstor Kirchner hasta aquí. Disparan con mensajes divisionistas al centro del proyecto nacional, popular y progresista. Buscan fracturar o al menos astillar la confianza del pueblo en su Gobierno. Pero sabiendo donde están los leales, es más fácil saber por donde andan los que no lo son.
Además, tenía que ser primavera: volvió para alumbrarnos el camino, la mirada mayor de la Lealtad, el Tío Cámpora.
(BAE, El Argentino, 13/11/08)

lunes, 10 de noviembre de 2008

APUNTES PARA LA INOCENCIA

Estamos atravesando la segunda etapa del proyecto político que empezó con Néstor Kirchner y hoy continúa con la Presidenta Cristina Fernández.
Cuando se quiso redistribuir equitativamente la riqueza, la oligarquía apretó filas, disputó el sentido común de la sociedad, resistió en defensa de sus intereses sojeros, lanzó sus misiles mediáticos y terminó ganando por una cabeza de ganso de diferencia.
De este lado, curaron las heridas y volvieron a la carga, mejorando notablemente la puntería. Tras el anuncio de la recuperación pública del sistema jubilatorio, se dio giro de inmediato al domicilio de la democracia, el Congreso de la Nación, para que los legisladores deliberen y decidan. Se ganó en Diputados por amplio margen, aunque habrá que velar armas en el Senado y rogar que ni el diablo ni el ganso tengan oportunidad de meter la cola.
La batalla por la recuperación de un Estado democrático al servicio de los intereses del pueblo y la nación es la medida exacta de nuestros antiguos sueños, está en la génesis constitutiva del país, en la memoria de nuestros muertos y desaparecidos, en el presente y futuro de nuestros jóvenes y en el justo y digno abrigo que merecen nuestros viejos queridos. Por eso nos combaten.
Compartimos hasta aquí la inocencia del día que descolgaron los cuadros de los genocidas y nos independizamos del FMI y rechazamos el ALCA y exorcizamos con la memoria popular la ESMA y La Perla y los cuarteles se llenaron de democracia y ciudadanía y la Ministra Garré se abrazó a las tropas jurando defender para siempre la Patria y la Constitución y los derechos humanos y los pueblos hermanos de nuestra América del Sur.
Ya nos descubrieron. Saben que para nosotros, la democracia despierta causas colectivas y despliega banderas allí donde soplan los vientos del pueblo. Por eso mismo debemos seguir juntando fuerzas en el boca a boca con nuestros vecinos, advertidos que la televisión no transmite la realidad que vivimos o impone otra virtual y caótica para que naufraguemos en medio de la mar. No nos dejemos confundir. Hemos echado proa hacia nuestro destino y nada ni nadie nos detendrá.
La inocencia es lo último que se pierde. ¿O no era así? Defendámosla, pero juntando más fuerza para celebrarla y sostenerla, ahora que “el cambio recién empieza” y un ciudadano negro llamado Barack Husseim Obama es el nuevo Presidente de los EEUU. Y Martin Luther King vuelve a tener un sueño.

(Publicado en Sur del domingo 9 de noviembre y El Argentino del 10/11/2008)

miércoles, 5 de noviembre de 2008

LA OPCIÓN NO ADMITE MEDIAS TINTAS

Las cosas ya están claras para todos. Esta vez no nos asiste el derecho a invocar el tan meneado “yo no lo sabía”, ahora que los campos en pugna están posicionados y batallan en el recinto del Parlamento, en procura de lograr la aprobación o no del proyecto oficial que devuelve a los jubilados y a los trabajadores el sistema de previsión solidaria que le robaron en la larga noche menemista. La opción es precisa y contundente y por ello, no admite medias tintas: O recuperamos el país solidario que nos robó la dictadura y el menemismo o retrocedemos cincuenta años.En este marco, no se equivocó Eduardo Buzzi en su discurso cuartelero; identificó al gobierno democrático como su enemigo y ordenó el desgaste como método de ablande antes de asestar un golpe rutero. Ni se equivocan Llambías, ni Biolcati, ni De Angeli, cuando enarbolan la defensa de la “propiedad privada” batiendo tambores de guerra mediática, azuzando nuevamente a quienes permanecen indiferentes o expectantes a la vera del camino. No se equivoca Carrió cuando rasga los tejidos más sensibles de la democracia con sus ofensas y agravios a la institución presidencial. No se equivocan las plumas mitristas ni los clarinetes que llaman a la desesperanza y al descreimiento más infame sobre el destino nacional. Todos ellos operan para el país desigual e injusto. Los mismos que se jactaron en desabastecer a la población, enfrentando al gobierno cuando avanzó en su proyecto de redistribuir la riqueza de manera solidaria y equitativa, son los que hoy marchan para defender sus privilegios, obligados a dejar un rato sus poltronas porque el Estado, que les pertenecía, ahora trabaja para los argentinos que fueron saqueados y no para los saqueadores. Hoy los veremos juntos a muchos de ellos marchando con sus cacerolas inflamadas de odio y resentimiento en un vano intento de desgastar y acorralar a este gobierno que pretende reconstituir la nación que supimos ser y que para lograrlo, empieza por recuperar el valor conceptual de pueblo en reemplazo de ese genérico placebo a quien ellos llaman “la gente”.Para eso sirve devolver al Estado la administración y el resguardo de los fondos que pertenecen a los trabajadores activos y jubilados. Para que la solidaridad sea la garantía de que estamos construyendo estructuralmente un país para todos y no para robustecer los fondos de quienes sólo lucraron con los dineros del pueblo. Claro, como el ladrón cree que todos son de su misma condición, hacen reduccionismo mediocre y ladran sus desverguenzas como si se miraran sólo en sus propios espejos. No dicen que son ellos, los poderosos, los que hicieron “caja” durante décadas con el dinero que nos pertenece a todos, en beneficio de sus campos, de sus vacas, de sus riquezas. Que volvamos a tener un gobierno que recupere esa caja para los trabajadores, es poner las cosas en el justo lugar de la equidad social. Ni mucho más ni mucho menos.Quienes participamos de aquellas flacas marchas de resistencia contra la embestida neoliberal de los años 90 éramos muy conscientes de que el derrumbe del sistema jubilatorio estatal significaba lisa y llanamente un golpe al corazón de nuestra propia identidad como pueblo. Por eso lloramos cuando vimos la difusión en cadena de la implosión del Albergue Warnes, cual si fuera una representación dramática y cínica montada por el menemismo para demostrarnos que su latiguillo preferido de “cirugía mayor sin anestesia” era en verdad una “política de estado” y no una simple bravata de ocasión. Muchos argentinos se estremecieron de dolor e impotencia cuando sobre los escombros del sistema estatal de reparto, los neoliberales de guante blanco inventaron el más ruin y fabuloso negocio llamado “Afjp”, haciéndonos creer que cada individuo se convertiría en un prospero capitalista independiente, un ser sin patria y sin historia. Por eso hoy es posible y hasta fácil entender semejante conglomerado marchando juntos; están defendiendo su caja, su propiedad privada, sus ganancias y sus privilegios de clase, ese modelo de país en el cual algunos son y serán siempre ricos y otros son y serán siempre pobres, como le gustaba decir a Menem.Hay que estar atentos pero sin temerles. Son tan sólo, el estertor del viejo país que no suelta el hueso. Tendrán que entender que hay lugar para todos. Y aunque no les guste, deberán resignarse a que sigamos escuchando la más maravillosa música que, para nosotros, es la palabra del pueblo argentino.
(BAE el 5 de noviembre)

domingo, 2 de noviembre de 2008

EL HUEVO DE LA SERPIENTE

Este Gobierno puede ganar o no una votación en el Congreso sin perder la dignidad; salir airoso aunque malherido de esta pelea como sale un perro callejero enfrentado a una jauría de Rottwilers adiestrados para matar. Batirse a duelo contra sus propios fantasmas y despertarse agotado pero enteramente vivo.
Pero no hará lo contrario. Como anunciar en cadena que los tiempos de crisis que corren por el mundo no aconsejan enfrentarse a las “AFJP” ni redistribuir ingresos ni ser solidarios ni torear a los dueños del poder ni seguir peleando por una patria justa, libre y soberana ni tener utopías ni sueños ni nada.
Nunca dirá: “hasta aquí llegamos” y si así prefieren, que venga Macri, con Menem, De la Rúa o Blumberg y De Angelis sea el López Rega de los nuevos tiempos y el juez de los buitres, Mr. Griesa, sea nombrado ciudadano ilustre. Por algo será, la gente es así, este país de mierda, serán las voces que se escucharán.
Pasa que este Gobierno no claudica, no se rinde y libra la más grande batalla por recuperar el país solidario que nos robó el menemismo. Y no quiere darla solo sino compartirla. Desafía a mostrarnos a nosotros mismos, sin otro carnet de afiliación que al pueblo, para que seamos capaces de vencer el egoísmo, el sectarismo, el posibilismo, el derrotismo. Mostrarnos juntos con nuestras diferencias la próxima sesión en Diputados, en Senadores y en la calle y en las plazas, para que el golpismo televisivo de Carrió, por ejemplo, no sea nada más que un grotesco de mal gusto de aquella dictadura de Videla que la sigue desflorando en su moral de falsa republicana y auténtica idiota del planeta de los simios y la Banca Morgan.
El huevo de la serpiente reapareció en estos días y dicen las comadronas de la pluma mitrista, es decir cipaya, que la cría venenosa cercará el Congreso y el Obelisco desde la Recoleta, con sus cacerolas y sus bronceados, mordiendo a estos bandoleros que hoy gobiernan pretendiendo que los jubilados tengan el mismo amparo que tuvieron en vida del “anciano prófugo”, es decir, Perón.
Frente a semejante odio, juntaremos fuerzas para vivir en paz, profundizando este modelo de desarrollo e inclusión social de fabricación argentina.
Y porque este Gobierno es Nosotros. Con virtudes y defectos.
Y porque no nacimos para desertar cuando el destino de este pueblo llama.
(Miradas al Sur, 2 de Noviembre de 2008)